Memento Mori || Pietro Maximoff ||

I reached and you were gone

Where are you now? Are you lost? Will I find you again? Are you alone? Are you afraid? Are you searching for me? - Red / Hymn For The Missing

(Hace un año atrás)

-no lo viste venir, eh?- dijo Sam, sonriéndole

Abrí los ojos. Prefería que ella me siguiera sonriendo.

Me voltee para quedar de espalda en la cama, con la mirada fija en el techo. Así partían todos los sueños: ella sonriéndome, diciéndome cuanto me amaba, regañándome con ternura por algo, para luego reír y tomar mi mano, luego todo se tornaba oscuro. Podía sentir como ese día se reproducía una y otra vez en mi mente, las explosiones, los gritos, Steve preguntando por Sam.

¿Por qué no corrí por ella?

La veía morir una y otra vez en mi mente, sin hacer nada para impedirlo. La escuchaba gritar mi nombre, pedir que la salvara, pero estaba petrificado, mirando el fuego crecer alrededor de ella.

"Tienes que dejarla ir, hermano. Sam merece descansar. Siempre estará a nuestro lado."

No quería dejarla ir, no quería olvidarla. A pesar de despertar todas las noches gritando y llorando, necesitaba verla, necesitaba escuchar mi nombre en sus labios y cuanto me amaba.

-no te preocupes Pietro- Sam se encogió de hombros- todos tenemos pesadillas, digamos que vienen en el pack cuando decides tener poderes o salvar el mundo

Pero yo no la había salvado, no había salvado a mi mundo.

Me levante y camine al baño. Mire mi reflejo en el espejo, estaba cansado, mi piel tenía un color blanco enfermizo, el alrededor de mis ojos era de un color rojizo y estos ya no tenían brillo.

Apreté mis puños y golpee el lavatorio. Quería odiarla por dejarme solo y olvidarla, pero no podía. La seguía amando.

-Pietro... tu me amas?- dijo Sam con un hilo de voz, tratando de impedir que las lagrimas salieran de sus ojos

-no

Golpee el lavatorio de nuevo cuando las lágrimas comenzaron a salir. Envidiaba a los demás por haber pasado más tiempo con ella, por haber disfrutado más su sonrisa, su compañía, por hacerla sentir parte de una familia antes de que yo hubiera llegado. Me arrepentía tanto no haberle dicho desde un principio que la amaba, que la quería al lado mío para siempre.

¿Habría eso cambiado algo?

La conocí peleando y la perdí de la misma forma. Pero yo no pude pelear por ella.

-no la merezco... ella se merece a alguien que no le cause tanto daño

Me puse un polerón y salí a caminar por el edificio, tratando de calmar un poco mi mente. Pase por afuera de su habitación. Me detuve y mi corazón comenzó a latir rápido. Había abierto tantas veces esa puerta esperando verla en su interior, pero solo había encontrado soledad.

Seguí caminando y me detuve a unos pasos de la sala de entrenamiento, ya que la puerta estaba entreabierta y las luces estaban prendidas en su totalidad. Me asome y me encontré a Camille golpeando el saco de boxeo con dificultad.

Camille era sido el único de los experimentos que había sobrevivido ese día y paradójicamente, podía controlar el fuego. Se veía cansada.

-que haces despierta a esta hora?- dije, apoyándome en el marco de la puerta. Camille saltó asustada y se giro para verme

-lo siento Pietro, te he despertado...

-no, solo pasaba por aquí para tomar un vaso con agua- mentí- que haces aquí?- repetí la pregunta

-estaba entrenando- dijo y se sonrojo- me quiero ganar el puesto en los Vengadores

-ya lo has hecho- dije y comencé a caminar hacía ella- lo has demostrado en las últimas misiones, gente está viva gracias a ti

-gracias Pietro- me sonrió tímidamente. Para mantenerme ocupado, me había asignado a Camille para ser algo así como su mentor. La ayudaba en su entrenamiento y a controlar sus poderes

-deberías ir a descansar, el día de hoy no será fácil. Te espera un entrenamiento de armas con Natasha y créeme, desearas haber descansado más

-todavía no sé cómo manejarlas bien- dijo. Me detuve frente a ella- trabajo mejor con mis manos- me estremecí al darme cuenta de la similitud de la situación con la que había vivido con Sam. Me quede perdido en mis pensamientos- Pietro?

-qué?- mi voz sonó muy fuerte. Camille me miró asustada- perdón...

-te pasa algo?- dijo, casi susurrando- estas pálido

-estoy bien- dije, pasando mi mano por mi pelo- solo estoy cansado

-entonces debemos ir a descansar- sonrió y se sacó los guantes de boxeo. Tomo la toalla que estaba sobre una de las bancas y se la puso sobre los hombros- vamos

Me balance sobre ella y la besé. Al principio pareció sorprendida pero luego me correspondió. Lleve mis manos hacía su cadera y la acerque más a mí. El beso era violento, necesitaba destruir todo lo que quedaba de ella en mí y solo podía hacerlo de esta manera.

La sonrisa de Sam se desvaneció de mi mente, al igual que su imagen. Ella estaba muerta y yo la había olvidado.