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Espere pacientemente a mi madre en el aeropuerto y mientras lo hacia mi menta divagaba en el recuerdo de Yoko y su suave mejilla. 
Ella es muy hermosa, pero tiene veintidós años y yo treinta, demasiada diferencia de edad.

- Querida Faye - La mujer mayor que había estado esperando por fin estaba frente a mi. La abrace con delicadeza y ella beso mi mejilla. 

- Hola madre - a pesar de que Duangkamol no es mi madre, hace algunos años me pidió que la llamara así si quería, pues por mucho tiempo me ayudo como una madre ayuda a sus hijos, incluso diría que mas. También insiste en que debería casarme con Tanya, pero tampoco se obsesiona con el tema. - ¿como estuvo su viaje?

- ya lo sabes, terror a los aviones igual a estrés innecesario. Por fin estoy aquí, mírate Faye, estas hermosa - sonreí. Lleve a Duangkamol a la casa de Tanya y me sorprendí de ver ahí a Yoko.   

- ¡Abuela! - Yoko corrió a abrazarla y besar su cara en repetidas ocasiones. Chiquilla empalagosa, incluso si trato de que no me agrade estoy sonriendo. 

- ¡Mi Faye! - También corrió e iba a abrazarme pero puse mi mano sobre su cabeza para detenerla. 

- Hola Yoko - baje mi mano y ella sonrió 

- Hola Faye - ¿que ya no me hablara de usted?

- niña, muestra mas respeto, es mayor que tu - dio un golpe en su brazo y Yoko hizo pucheros 

- Abuela es que Faye es mi...

- ¡Madre! - Tanya al igual que Yoko corrió a abrazar a su madre y a besarla.

- Hola cariño - la alejo y la miro - mira lo hermosa que estas ¿ya le proppusiste matrimonio a Faye? - Tanya rodo los ojos y nego 

- madre, ya te dije que Faye y yo solo somos amigas. Bueno somos mas - la mujer sonrio - hermanas - dejo de sonreir y me miro. 

- No voy a rendirme - rodé los ojos mientras reía.

- lo se - era divertido cuando insistia. La verdad Tanya y yo nunca nos vimos como algo mas, incluso una vez en una borrachera nos besamos y ambas después solo reímos y prometimos no volverlo a hacer.

- Hey, de que están hablando aquí, Faye es mi novia - Yoko, en este momento si que te cosería la boca. Madre me miro molesta y luego rio.

- oh, mi niña - le toco la cabeza como si fuera un cachorro - te enamoraste de Faye - negó - ella es una mujer que solo esta con mujeres cariño, tu apenas saliste de la adolescencia. Jamás va a mirarte de otra manera. - Yoko bajo la cabeza con tristeza - Ella ganaba concursos de belleza desde que era niña, fue alumna de excelencia ¿y tu? cariño, tu apenas te estas formando, no vivas en una ilusión. Ella es una mujer hermosa y tu una linda chica, pero no estas a su nivel.

- madre ya basta ¿por que eres cruel? - negó 

- quiero que vea la realidad de las cosas - Yoko tenia lagrimas en sus mejillas y es extraño verla así cuando siempre esta sonriente. Duangkamol fue dura... pero no tenia razón. Claro que veo a Yoko, es una chica, pero la palabra linda no hace justicia a su belleza, es mucho mas. 

- saldré un momento  - dijo Yoko. Quise seguirla, pero me detuve en cuanto la puerta se cerro... tal vez sea lo mejor ¿No?

- Bueno. Vamos a cenar - me sonrió - cuéntenme como van sus vidas  

- La academia cada vez crece mas madre y es gracias a Faye. Todo el mundo quiere tener clases con ella. Ya estoy viendo lo de ampliar, así podríamos tener mas cubículos donde los alumnos puedan practicar. En la música no suele haber mucho apoyo por parte de los padres y no se les permite en su casa hacer ruido... bueno es una de las peticiones de los alumnos.  - Yo no podía dejar de pensar en Yoko. Mi teléfono sonó y conteste de inmediato, me escuse y salí de la casa, colgué la llamada y busque a Yoko por todas partes hasta que la encontré recostada en el césped de la casa del vecino. 

- Yoko - me miro y limpio sus lagrimas. 

- señorita Faye - se acomodo quedando sentada.
 Me senté a un lado de ella y le tome la mano. - Siempre pienso que yo no estoy a la altura para amar a alguien como usted, pero aun así disfruto embelesarme...

- Yoko... - me miro - tu eres mucho  y no puedes dejar que un simple comentario te haga pedazos - le sonreí - Tu eres muy hermosa y cualquiera que se fije en ti es afortunado, nunca creas que eres mas o eres menos ante otra persona. - me abrazo y sollozo en mi pecho 

- es que usted es tan linda - sonreí. Supongo esas palabras también me las dije a mi, no debería seguir esperando a alguien que ya se fue. Ni darle más valor que mi propia vida.

- ¿te sientes mejor? - asintió sin alejarse de mi 

- ¿puedo quedarme a dormir en su pecho? - mi corazón se acelero - hace un segundo su corazón latía lento y ahora parece que acaba de correr. 

- Vamos a dentro - le aleje como pude y cuando estuve de pie le di la mano para ayudarla a levantarse. 

Entramos juntas, ahora Yoko parecía sentirse mejor, rápido volvió a abrazar a su abuela e ignorar malos comentarios que le hizo hace un rato. La cena fue agradable, la charla fue respecto a la vida de Duangkamol, lo que nos mantuvo a las tres completamente entretenidas. Me ofrecí junto a Yoko a limpiar y al estar haciéndolo una duda creció.

- ¿sigues viviendo con Tanya? - asintió 

- Si, lo creí mejor, al menos por un tiempo. 

- Yoko ¿por que escogiste como instrumento el violín? 

- bueno. Su sonido es hermoso, complejo y  me recuerda a una persona. 

- ¿como puede recordarte a una persona? - sonreí.

- bueno es difícil de explicar... esa persona es hermosa,  melodía perfecta, aunque a veces no la entiendo porque suele ser tan complicada logro ver la belleza de su alma y enamorarme profundamente de su sonido. 

- eso es muy bonito - no lo comprendí del todo, pero para ella hace mucho sentido. ¿Quien será esa persona?

- ¿se pregunta de quien se trata? - rio - bueno cuando este frente al espejo podrá entenderlo. - volvió a ser atrevida. Olvida que soy mayor ¿será que no lo entiende? Me he permitido sonrojarme y sonreírle, esta vez no hay excepción y eso me molesta.

- Debo irme - seque mis manos y tome las llaves de mi auto. No lo uso porque prefiero caminar, pero como fui al aeropuerto decidí conducir.  

- Hasta mañana Malisorn - sonrió y me mando un beso. La ignore y salí corriendo, ni siquiera me despedí.

Maldita sea Yoko, siento que se me saldrá el corazón. 

un mes después...

Todo sigue igual entre Faye y Yoko, sonrisas, caras rojas, tacto repentino... lo que no se ha repetido son los besos en la mejilla. Faye los prohibió estrictamente amenazando a Yoko con dejar de darle clase. Pidió ser únicamente amigas a pesar de desear mas, quería ir lento y saber bien que es lo que siente.

Faye

Ice se ha vuelto muy amiga de Yoko. Llegan juntas, se van juntas, a veces comen juntas.

- Nos vemos después mi Yoko - le dijo Ice al dejarla en la puerta - hasta luego profesora - intente sonreír, pero creo que fue más una mueca.

- Mire - me mostró un estuche - Ice me vendió esta hermosura - yo se lo habría regalado - incluso me lo dejo a muy buen precio - asentí.

- que bueno Yoko - lo saco del estuche y me lo entrego para que lo afinara.

- yo le puse las cuerdas nuevas con un tutorial de Youtube ¿Que tal quedaron?

- No me sorprende, eres muy lista. Están perfectas, incluso acomodaste bien el puente. - se me ocurrió una idea - que tal si hoy tu lo afinas - sonrió

- pero no podría...

- sí, si puedes. Anda primero intentas luego afirmas.

Faye & YokoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora