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Por supuesto que la llame. Le pedí venir, supongo que cree que es por mi madre, pero no. Yo no quiero que me consuele, solo me gustaría saber si está con alguien.
Llegó y al instante me miró. Supongo que se asegura de que estoy bien.

- ¿La chica de la mañana es tu novia? - se cruzó de brazos.

- no entiendo su pregunta. - me acomode el cabello y suspiré.

- solo necesito saberlo, para tomar una decisión.

- ¿Qué? ¿Va a huir de nuevo? - también acomodo su cabello hacia atrás - me hubiese encantado que me contestara los mensajes al menos. Yo no quería presionar, pero si ya estábamos creando algo... ¿Sabe que? No sé porque estoy aquí... - iba irse pero la detuve abrazándola por detrás.

- te quiero - mis lágrimas salieron - por favor dime todo lo que pasa por tu cabeza. Incluso si es duro, voy a soportarlo, pero no te vayas así... Yo de verdad quiero estar contigo. - ella comenzó a llorar y yo tuve que soltarla. En cuanto se giro a verme sus brazos me rodearon.

- creí que no te importaba... - acaricie su cabello - estoy molesta contigo por ser siempre tan injusta.

- lo de injusta me lo dicen mucho - me apretó.

- te amo Faye y también quiero estar contigo, pero... - temi en cuanto dejo de hablar así que me aleje para poder mirarla. - me da miedo que solo te vayas otra vez o que cambies de opinión.

- me fui porque necesitaba aceptar la muerte de Melissa... Me sentía mal cuando me daba cuenta lo bien que tú me hacías sentir. Mientras yo comenzaba a ser feliz ella se derrumbaba y no la pude ayudar... En realidad después de que su novio la moliera a golpes ella se colgó, pero un vecino que siempre estaba atento para ayudarla después de escuchar los gritos, al ver salir al novio entro y la encontró colgada. Aún estaba viva así que la bajo pero ya en el hospital... los golpes que ese hombre le dio causaron su muerte.

- ¿Por qué el vecino no llamaba a la policía?

- lo hacia, siempre. Pero dejo de hacerlo porque Marissa  decía que todo estaba bien. Mejor decidió ayudarla de otra forma, solo curando sus heridas.

- no te vuelvas a alejar así, yo quiero estar para ti cuando te sientas mal, cuando te sientas bien, cuando estés tan feliz que te duela la cara por sonreír tanto... Quiero estar y también quiero darte tu espacio cuando necesites soledad.

- eres increíble Yoko - quiero llorar, pero estoy aguantando. - yo también quiero ser parte de tu vida y estar cuando quieras que esté.

- te quiero Faye - sonreí.

- ¿Ya no me hablaras de usted?

- claro que lo haré, de vez en cuando...

- lamento mucho lo que le pasó a la Melissa - la abrace con fuerza.

Después de un rato de estarnos abrazando nos sentamos en el sofá. Y yo pensé en pedirle algo a Yoko.

- Yoo - me miró - ¿Quieres salir conmigo? - que patética soy. Juro que siento mis mejillas tan calientes que podría cocinar sobre ellas.

- eres tan dulce... Tan imponente que te hace parecer fría, pero en realidad eres calida, muy adorable... - no contesta mi pregunta y yo quiero meter mi cabeza bajo la tierra - si quiero Faye - beso mis labios lentamente haciéndome olvidar incluso como me llamo.
Una sola vez pude besarla anteriormente, no sabía que extrañaba tanto esto. Abrace su cuerpo para acercarla lo más posible a mi, lo que ya era imposible. Paseo sus labios por mi cuello y lo mordió a su antojo.

- Yoo... - mi respiración es irregular y siento arder mi piel. Quiero que siga, pero será después.

- ¿Y si me dejas probarte? - mis mejillas deben estar más rojas que un tomate. Ella siempre es tan atrevida, aunque parece ser un dulce unicornio es quien siempre da el paso.

Faye & YokoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora