La noche en que Elisa partió con el Orbe d los sueños, el Bosque de las Sombras parecía cobrar vida. Los árboles susurraban entre sí, y las luciérnagas tejían patrones en el aire, como si guiaran su camino. Elisa, con el corazón palpitante de anticipación, se adentró en la oscuridad del bosque, donde la magia latía con más fuerza.
No estaba sola. A su lado, Frost, el lobo de nieve, llegó a como un regalo del destino, un aliado fiel en su camino hacia el descubrimiento del poder del Orbe y los misterios de Somnoria, caminaba con paso seguro, sus ojos brillantes cortando la penumbra. Elisa podía sentir la presencia reconfortante de su compañero, una promesa silenciosa de protección y lealtad.
El bosque era un laberinto de sombras y misterios, pero Elisa no le temía porque la esfera que estaba en su mochila era como una brújula, guiándola a través de la espesura. Sentía cómo la esfera vibraba, resonando con la energía de los sueños que contenía.
De repente, una luz suave apareció entre los árboles. Elisa y Frost se acercaron con cautela y descubrieron un claro iluminado por la luna. En el centro, un árbol antiguo se elevaba hacia el cielo, sus ramas retorcidas formando patrones extraños.
El árbol era un guardián, un testigo de los siglos que había visto nacer y morir a Somnoria. Elisa se acercó y sin saber cómo, colocó su mano sobre la corteza rugosa. Por un momento el Orbe reaccionó, emitiendo un resplandor que se fusionó con la luz de la luna.
De repente las visiones llegaron como unas oleadas de energías: un príncipe exiliado vagando sin rumbo, un hada de las estrellas tejiendo destinos en el firmamento, y un bardo cuyas canciones podían abrir puertas a otros mundos. Supo que estos serían los compañeros de su viaje, los que la ayudarían a descubrir el verdadero propósito del Orbe.
Con la primera luz del alba, Elisa y Frost abandonaron el claro y aquel bosque parecía menos sombrío y las criaturas que lo habitaban observaban con curiosidad a la joven maga y su lobo que se alejaban de ellos. Había un sentido de expectación en el aire, como si toda Somnoria contuviera la respiración, el desenlace de una historia que apenas comenzaba.
Elisa y su fiel compañero siguieron su camino sin mirar atrás. Con el Orbe como su guía, se adentró en lo desconocido, lista para enfrentar lo que el destino le tenía preparado.
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SOMNORIA-EL ORBE DE LOS SUEÑOS
Short StoryBienvenidos a Somnoria, un mundo donde la magia no es un mero susurro entre las sombras, sino una melodía vibrante que impregna el aire, la tierra y el mar. Aquí, en este rincón olvidado del universo, la fantasía se entrelaza con la realidad, y los...