Fina Valero tenía razones para estar nerviosa, era su primer día de clases. Después de las vacaciones familiares durante esos dos meses había olvidado completamente que tendría que volver al colegio. Ahora cursaba su primer año de secundaria. Esperaba que cualquier compañero de su anterior escuela estuviese en la misma clase que ella, aunque no serían muchos.
Echo su cabello hacia atrás como un acto nervioso, sentía las manos bañadas en sudor al entrar al salón. Habían muchos chicos y chicas que no conocía, comenzaba a sentirse nerviosa, en verdad. Eso, hasta que logro visualizar una cabellera rubia entre la multitud y prácticamente saltó, pegando gritos.
-¡Carmen!- la llamó, emocionada.
Mientras se acercaba a la chica, la mencionada pareció reconocerla y se lanzó a abrazarla. Su amiga era un poca mas pequeña que ella y siempre andaban sonriendo, sus ojos eran color miel claro y su piel mas clara que la de Fina. Eran todo lo contrario, la piel de Fina era morena y su cabello negro, que le hacia resaltar sus ojos.
-¡Fina, gracias Dios! Pensaba que estaría sola- le sonrió y fueron juntas a sentarse, en el salón.
- ¿Has visto a alguien mas? yo juraba que estaba sola, no muchos se matriculan en este colegio - comento, cruzando las piernas, Fina se recostó en la mesa.
-Hasta ahora solo tu, pero es mejor así- confeso son una sonrisa juguetona.
Los estudiantes iban entrando al salón y la chica no reconocía a nadie, parecían estar en mundos diferentes. Fina era una chica relajada, Podría durar todo el día dibujando o escuchando música, también utilizaba ropa cómoda: un jean desgastado, camiseta blanca, zapatillas deportivas y un saco.
Ella no tenía muchos amigos pero en estos momentos se encontraba feliz con Carmen, desde casi siempre había sido amigas y ahora no estarían solas, se tenían una a la otra, las chicas estuvieron un rato conversando sobre sus vacaciones, hasta que Fina escuchó unas risas.
Por la puerta del salón entraron dos chicas, una morena y otra de piel mas clara, pero quien capturo la atención de Fina fue la chica mas alta, lograba emanar alegría mientras reía por uno de los chistes de la otra chica, quien es un poco mas baja que ella y de cabello liso, sus miradas se encontraron por unos segundos.
Fina se perdió en unos ojos azules tan profundos como el océano.
Tan pronto como empezó, todo acabo, ella aparto la mirada y la chica castaña hizo lo mismo mientras se marchaba con su amiga a los asientos frente al pizarrón.
-¿Que paso?¿Encontraste a alguien conocido?- pregunto Carmen, levantando el rostro para buscar entre las personas, Fina negó.
-No fue nada- sonrió a su amiga y cuando entro el profesor, empezó la clase.
Se presento a los estudiantes y comenzó a dar un pequeño discurso, les indico que por orden de mesa deberían ir al centro de la clase y presentarse, Fina no quería, siempre le entraban los nervios al hablar en publico, por suerte, ella se encontraba en la cuarta fila y tardarían un poco en llegar a ella, los chicos fueron pasando y la ojinegra se sorprendió cuando Carmen fue sin problemas y al volver le sonrió divertida, por eso le agradaba, siempre había admirado su seguridad en si misma.
Comenzó a hacer garabatos en su cuaderno, para distraerse, iba muy bien, cuando llamaron a una chica, vio a la misma castaña alta levantarse, se veía muy linda con su jean oscuros y una blusa roja, caminaba con seguridad y confianza mientras mostraba una sonrisa coqueta en sus rosados labios, se paro al frente de todos, sin mirar a nadie en especifico, era muy femenina o eso pensaba Fina, por sus cejas delgadas y su manera de caminar.
-Marta De la Reina, un gusto- sonrió pestañeando y de seguro la mitad del salón ya pensaba que era linda.
Fina aparto los ojos de la castaña y volvió a hacer garabatos, no le importaba. Después de un rato fue el turno de ella, se levanto seguramente con el rostro pálido y siguió, desde que estaba en primaria siempre era el centro de las burlas, pero con el paso de los años había aprendido a no darle importancia.
Marta la miraba con interés, apoyaba la barbilla en su mano y mordía uno de sus dedos, aun haciendo aquel gesto, se veía increíblemente guapa y por mas que decir femenina, Fina intento por todos los medios no observarla y al terminar fue como un rayo a sentarse, soltó un suspiro y observo como su amiga alzaba los pulgares, en señal de animo.
Después de dos horas tenia que cambiar de clases, Fina apresurada recogía sus libros, mientras su amiga la apuraba.
-¡Fina, mueve el culo!- apresuro Carmen en la puerta.
-¡Espera, Carmen!- le pidió, siguiéndola, porque Carmen se había ido al pasillo.
Sintió que alguien la empujaba por el hombro y se le cayeron todos los libros, Había una chica de piel morena y cabello castaño frente a ella riéndose.
-Ay, disculpa, no te había visto- mintió con ojos burlones, Fina la miro mal y comenzó a recoger sus libros.
A su lado pasó otra chica, que pateó uno de los libros en el piso, era otra de las amigas de Marta, la castaña mas pequeña que entro con ellas.
-Estabas en mi camino- excuso y se echó a reír con la otra chica, Fina frunció el ceño y miro a Marta, que apareció junto a ellas.
-Chicas, no sean tan malas- les dijo en broma, aunque también sonreía y miraba a la ojinegra en el suelo -Pobrecita, Vale-.
Daniela se estaba burlando de ella, y a pesar de eso, Fina seguía pensando que era hermosa, intento descubrir el porque, pero no lo consiguió, logro volver en si misma cuando las tres chicas se fueron por el pasillo, Carmen llego hasta ella, disculpándose por dejarla sola, Fina le resto importancia, pero seguía pensando si Marta De la Reina y sus amigas serian las idiotas que le harían la vida imposible el resto del año, puede que estuviera en lo correcto.