No había transcurrido mas de un mes desde que comenzaron las clases y ya Fina había demostrado un punto.
Bueno dos.
-Primero, ella era (junto con varios chicos) el objeto de las burlas en el salón.
-Segundo, Marta y sus amigas si eran unas idiotas, siempre la fastidiaban, no todo el tiempo era la castaña quien lo hacia, pero si sus amigas y Marta solo se reía de Fina .
Carmen, aunque nunca se hubieran metido con ella por su gran carácter, siempre permanecía con Fina y Claudia para que así no las molestasen mas de lo debido.
Claudia, era una chica que Fina había conocido en el baño, cunado termino embarrada de sopa, un chico le había jugado una broma a al hora del almuerzo.
Carmen falto ese día a clases y por esa razón estaba sola, o eso pensó, hasta que escuchó unos débiles sollozos que provenían del baño y descubrió a una castaña sentada en el piso, se coloco junto a ella.
También tenia el cabello mojado y permanecieron en silencio, hasta que Fina hablo.
-¿Que te hicieron?-
-Metieron mi cabeza al inodoro- le sorprendió, ya que las chicas de su salón eran malas pero no llegaban a tales extremos. -Fueron los de quinto- aclaro, al ver la mirada horrorizada de Fina.
Ella suspiro, pensando estúpidamente que Marta era mala pero tampoco tanto, se regaño mentalmente al pensar en ella, ¿Por que le sucedía ?.
-Oh, ya veo-
-¿Tu?- le pregunto, detallando su camisa manchada de un liquido espeso.
-Sopa de champiñones- arrugo la nariz y después olfateo la tela -Lo peor es que odio los champiñones- la chica soltó una risa débil.
-¿Como te llamas?-
-Claudia ¿y tu?- pregunto, estrechando su mano.
-Fina-
Eso fue hacía unas dos semanas atrás y las chicas de inmediato hicieron clic, le presento a su compañera y ahora las tres eran un trio de amigas inseparables, si alguien intentaba molestarlas, salía Carmen a su defensa e incluso dejaba en ridículo al mismo abusivo, por ello Fina y Claudia la adoraban.
Historia, se hallaba aguardando unos libros en su casillero cuando observó una libreta azul en el piso, la recogió y pensó que era similar a la de Marta, ella sabia que era estúpido pero, siempre la castaña estaba cerca de ella, Fina no podía evitar mirarla, por esta simple razón podría asegurar que esa liberta debía pertenecer a Marta de la reina, la castaña la cargaba con ella casi todo el tiempo, escucho unos pasos apresurados por el pasillo, acercándose y una voz hablándole.
-¡Oye , eso es mío!- reconoció la voz de la castaña y se volvió para mirarla, allí estaba frente a ella y pasaba sus ojos de la libreta al rostro de Fina.
-Devuélvemela- pidió, muy autoritaria.
A Fina le molesto un poco su tono de voz, pero prefería no hacerla enojar, vera Dios que le hacían ella y sus amigas si no se lo entregaba, al recibirlo, Marta lo abrazo contra su pecho y suspiro aliviada, después clavo sus ojos oscuros en Fina, muy severamente.
-¿Que hacías con el?- preguntó de forma acusatoria y Fina arqueo una ceja.
-¿Yo? nada, solo lo encontré, en el suelo- dijo, observando con irritación sus ojos azules, le fastidiaba saber que la ponían nerviosa.