Querida alma mía:
Cuando vi tus ojos por primera vez sabía que ibas a ser mi gran perdición. Sabia que buscarias una rendija en lo más profundo de mi corazón para quedarte y llenar todo a su paso con el gran poder de eliminarlo todo.
Lamentablemente tus ojos nunca me buscaban en la oscuridad, no eran precisamente los míos los que esperabas encontrar. Vi cuando tu mirada brilló y este me afectó los ojos. Tomaste mi corazón sin darte cuenta y lo tiraste al mar, esperando que la persona que lo había hecho fuera a sufrir. Una semana después me dijiste que habías perdido la cabeza por alguien.
Y ahí lo supe, que a pesar de todas las adversidades que afectaran mi pobre corazón mal herido; sostendría tu mano cada vez que te rompieran, sin importar que tan roto estaba por dentro. ¿Sabes lo peor de todo reina mía? Que jamás sabrás dichas palabras que lamentablemente nunca me dignaré a expresar.
Con mucho amor,
Ashton.
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Cartas que nunca enviaré
RomanceY si te dijera que no lo viví y lo sentí; ¿Qué me dirías? Y si te dijera que lo viví y no lo sentí; ¿Qué me dirías? Y si te dijera que lo viví y lo sentí; ¿Qué me dirías?