(17 de abril)
-¡Príncipe!- Las voces de las sirvientas resonaban por los pasillos del segundo piso del castillo -¡Se va hacer tarde para su reunión!- hoy cumplía 18 años, y quería faltar por claras razones, era mejor encerrarse en su cuarto o en los miles de cuartos que habían de innecesarios.
Una de las varias mucamas que lo buscaban, abrió la puerta de la biblioteca encontrando así al dichoso príncipe.
-Señor Fever- empezó ella haciendo una pausa, un tanto exhausta de correr por haberlo hallado -Lo hemos buscado por varias partes señor, debería preocuparse de estar temprano para su reunión de hoy- Realmente no sirvió mucho de lo que dijo, ya que ella misma sabía, al igual que todos en el castillo, que a Fever no le interesaba ese tema que dígamos.
Fever cierra su libro disgustado, la flama de su cabeza se removía por el movimiento y el aire que provocó al hacerlo, para luego pasar a pararse sin hacer contacto visual con la servidora -...Pues dígales que me tomaré el tiempo necesario y que desee- la miró intimidantemente.
-Pero, Señor, sus padres están impacien- Fever impidió que continuara, su expresión era más que suficiente, así que por su cuenta salió de la habitación llendo dirección hacía la zona gigante de reuniones.
Fever consideraba su vida una basura comparada con esos libros de cuentos de hadas de príncipes y princesas. Aunque Fever no esperaba tanto una princesa. Una vez ya confesó que si fuera como lo escribían, le daría demasiada pereza ir al otro lado del mundo, derrotar a un dragón y casarse con una chica que jamás vió en su vida.
-Fever...- Su padre lo recibió con brazos cruzados y una mirada seria.
Fever no se inmutó a mirarlo.
-Hijo, deberías tener precaución con el tiempo- Su madre comentó
-Da igual lo que haga, todos mis cumpleaños son lo mismo- hace una pausa y luego los mira -Banquetes gigantes con comida horrible, y un montón de desconocidos felicitándome- Fever se vuelve a quedar callado y pasa a mirar a sus padres.
-Hemos hecho todo para educarte, y solo te fuerzas a contestar de mala manera- su padre lo regaña, a lo que ni siquiera se acerca a una molestia para el príncipe.
-Además, hoy cumples 18 años, eso declara que ya tienes la edad para casarte...- Su padre para por un momento al ver a su hijo enojado -pero no sucederá hasta dentro los 3 años- generalmente los casamientos en reinos se hacen con el fin de hacer alianzas, solo que en este caso no lo hacen más que por puro beneficio de riqueza.
-Hoy tu cumpleaños será diferente- Su madre entrelazó sus dedos -Ya no será un banquete- al menor se le iluminó la flama al escucharlo para luego apagarla de nuevo -¡Ahora será una reunión!- Fever sabía que esa reunión no tenía nada que ver con él, pero es mejor que estar sentado comiendo todo el día -Y... hemos aprovechado la oportunidad de hablar con el general del ejército mientras su equipo más relevante descansa por aquí- su madre termina y luego habla su padre -generalmente no dejamos que soldados entren al castillo amenos que sea un caso especial, pero vemos una gran oportunidad de poder visualizar un poco los soldados experimentados-.
-El punto es...?- el chico interrumpe
-... Pues, debido a que es una reunión personal entre el general tu madre y yo, tú no podrás estar presente, y es tu decisión quedarte afuera, tomate tu cumpleaños como un día libre- Fever se emocionó con lo del "día libre", pensó que como eran 18 años, iban a hacer la celebración de su vida, que duraría días, todo el pueblo estaría y otras cosas que no quería ni pensar, pero ahora se convertía en su decisión.
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Vapor, Gotas Chispeantes
RomansFever, un príncipe de un reino donde las personas poseen características extrañas como cabezas de objetos o animales. Chill, un soldado de la parte del ejército mandado que protege a la familia real al igual que el pueblo. En una reunión con los mej...