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—Bienvenido, Sr. Jeon.

El gerente del hotel, que había sido contactado anticipadamente, con una sonrisa profesional en su rostro, dio la bienvenida a Jungkook, tan pronto como este bajó del coche. Jungkook rápidamente me tomó en sus brazos y caminó con indiferencia. El gerente lo alcanzó de inmediato y lo guio directamente al ascensor.

—La habitación fue preparada como lo indicó. También preparamos habitaciones adicionales para que sus guardaespaldas se hospeden, pero lamentablemente no había vacantes en el mismo piso, por lo que los ubicamos abajo. Espero que no le importe.

El lugar que Jungkook usaba era un Pent-house con solo dos habitaciones.
La forma consistía en 2 habitaciones, una frente a la otra divididas por un pasillo. Quizás era natural que no hubiese lugar. Jungkook asintió brevemente sin mucha reacción.

Luego me sostuvo en sus brazos hasta que llegamos a la habitación. La cantidad de feromonas que desprendía era mucho más baja, pero no dije nada porque estaba completamente sin fuerzas debido a la fiebre. Cuando Namjoon pasó la tarjeta para abrir la puerta de la habitación, repentinamente recordé y murmuré:

—Debo ser pesado...

Jungkook bajo su mirada captando el débil susurro.

—¿Estas bromeando?

No respondí nada más ante su molesto bufido. Jungkook dio un paso adelante y se dirigió directamente al dormitorio. Como si ya conociera perfectamente la estructura, no dudó ni por un momento.

Claro que sí... Pensé con amargura. Estoy seguro que ya llegaste a cansarte de esta habitación. Jungkook solía preparar encuentros en ese hotel para tener sexo e implemento varios cambios por si no estaba a gusto con algo. Igualmente, este hotel se ha utilizado durante años. Aparte de eso, el confía en el servicio del hotel porque este parece estar al día con sus gustos difíciles de complacer. Él tiene mucho dinero y puede ser tratado de forma muy especial y, además, es un Alfa dominante. Mientras pensaba en eso, Jungkook me acostó en la cama, y clavó intensamente sus ojos en mí por un momento.

Oh, ahí me di cuenta.

—... ¿Qué estás haciendo?

Jungkook frunció el ceño mientras yo me quitaba la camisa. Hable terriblemente exhausto por la fiebre.

—... Es lo que quieres hacer, ¿verdad?

—...

—Creo que será posible que lo hagas dos veces, así que súbete encima de mí. En cambio, no voy a hacer nada.

Jungkook me miró sin comprender mientras le hablaba sin energía. Seguí quitándome la ropa y finalmente preguntó con un suspiro:

—¿Cuándo pedí que tuviéramos sexo?

—Entonces ¿cuál es la razón por la qué me trajiste aquí? —pregunté con la voz quebrada por la fiebre—. Cuando quieras, puedo solamente abrir las piernas, ¿verdad? ¿Qué otro uso puedo tener para ti?

Por un momento, Jungkook se quedó en silencio. Solamente me miraba con una expresión deprimida y pronto soltó un suspiro.

—¡Oh, Dios mío...! ¡Ya te lo dije, no te tocaré mientras estés enfermo!

—Si piensas en aguantar y salir corriendo en busca de otro amante para hacerlo, entonces mejor hazlo ahora. O renuncia a mí completamente.

Jungkook estaba perplejo. Como si yo estuviera diciendo tonterías. Pero ¿qué más quiere este hombre de mí además de sexo?Abrió la boca para decir algo, pero lo detuve.

—Si vas a decir tonterías, como que me amas o algo así, mejor déjalo.

Por un momento, Jungkook se detuvo.

𝐊𝐈𝐒𝐒 𝐌𝐄 𝐋𝐈𝐀𝐑 | 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐦𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora