Cap:23

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9/10...

La primera semana en casa fue agotadora para las dos.

Valeria hizo todo lo posible para asegurarse de que Yuri estuviera cómoda en todo momento, y era demasiado terca para aceptar ayuda de nadie, excepto de julio. El insistió en que podía hacer todo solo. Y así lo hizo. Julio llegó a la hora del almuerzo y les trajo café y donas.

Al final de la semana se habían acostumbrado a una rutina, finalmente encontraban su ritmo. Nunca pelearon, pero durante esa semana, los ánimos estallaron en ambos lados. No por enojo a la otra, sino a sí mismos por no poder hacer las cosas correctamente.

Yuri se enojaría porque no podía caminar, no podía ir al baño sola, no podía vestirse sola. Todas las pequeñas cosas que siempre hacía en su vida diaria.

Valeria se frustraría por no ser lo suficientemente fuerte como para llevar a Yuri al baño correctamente; preocupada de que la estuviera lastimando mientras medio la acercaba hacia el baño. Se enojaría cuando Yuri sufriera, culpándose por ello.

Mientras le habían quitado los clavos y se habían curado sus huesos, todavía había mucho dolor. Tardaría un tiempo en desaparecer. Ella hizo todo lo posible para no mostrarlo, sabía cuánto le preocupaba a Valeria, pero a veces le dolía todo el cuerpo. Excepto por sus piernas, era como si ni siquiera estuvieran allí. Por la noche, se quedaba despierta, observando a Valeria dormir hasta que la medicación para el dolor hacía efecto y podía quedarse dormida.


El primer viernes en casa, Kira insistió en una noche de juegos. Había pasado demasiado tiempo desde que todos habían estado juntos y discutían sobre quién estaba ganando en el monopoly. Especialmente desde que Valeria se había ido por un tiempo, y ella era el objetivo principal para que todos se unieran.

Julio y Kevin llegaron primero, llevando media docena de juegos de mesa cada uno mientras entraban. El único juego que Valeria tenía en su departamento era el ajedrez, porque era uno de los pocos juegos que se podían jugar estando solo.

-"Hola ustedes dos", julio sonrió mientras caminaba hacia los sofás. El y Kevin dejaron los juegos en la mesa de café y le dieron un abrazo a Yuri. Le sonrieron a Valeria, sabiendo cómo se sentía con los abrazos.

-"Kira va a traer la pizza en el camino de su trabajo", dijo julio, poniéndose cómoda.

-"¿Quieres algo de tomar?" Preguntó Valeria, levantándose y caminando hacia la cocina. -"Tengo vino, y tengo cerveza q de la que te gusta, Kevin", dijo Valeria por encima del hombro mientras sacaba una botella de vino.

-"¿He mencionado cuánto amo tu apartamento?" Kevin preguntó, caminando hacia la cocina para tomar una cerveza de Valeria. Ok q

-"Como mil veces", gruñó Yuri, dejó escapar una risa ahogada mientras intentaba aclararse la garganta.

Julio le sonrió a su hermana, su rostro lleno de asombro. Eran hermanos en todos los sentidos de la palabra, habían sido familiares durante trece años, pero el nunca había escuchado una sola palabra ni se había reído de Yuri en ese momento. En los últimos dos meses, cuando Yuri comenzó a pronunciar lentamente sílabas completas, Julio se llenó de asombro. ¡Ella podía hablar!

Su voz todavía era áspera, y Valeria todavía la ayudaba con sus ejercicios vocales todas las noches, pero la voz de Yuri le quedaba bien. Era burbujeante y excitada, se adaptaba perfectamente a su personalidad optimista. Cada vez que hablaba, todos se detenían a escuchar, apreciando el sonido de cada palabra.

-"¿Julio?" Llamó Valeria, sosteniendo la botella de vino.

-"¡Ugh sí! Gracias", gruñó julio, -"Ha sido una semana difícil ". Valeria sacó el corcho y sirvió dos copas grandes de vino; ella lo sabía lo difícil que había sido esta semana. También compró una lata de refresco para Yuri, ya que, no podía mezclar alcohol con sus analgésicos. Llevando las bebidas, se sentó junto a julio y sorbió su copa de vino.

Señas-adaptacion-(Yuleria)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora