Barcelona
Pasaron 3 años y los chicos seguían con la relación a distancia aunque no lo llevaban bien. Leire iba a ir esa misma mañana a hablar con él. Una vez que llegó cogió un taxi y fue a la casa de su novio. Mientras no venía, el chico se encontraba hablando con su padre.
- Papá.- dijo entrando al salón y sentándose en el sofá.
- ¿Qué pasa hijo?- preguntó Gavi sin dejar de ver el móvil.
- Leire viene para aquí.
- Qué bien. ¿Tienes ganas de verla?
- Sí, pero me dijo que teníamos que hablar.
- ¿Has hecho algo malo?- volvió a preguntar dejando su teléfono a un lado.
- No, que yo sepa.
- Entonces no tienes nada de qué preocuparte.
- Yo creo que sí. Hace mucho que no viene. El verano pasado se fue a ver a su hermana, en navidades se quedó allí para estudiar...
- Adri, no tiene porqué venir siempre.
- Somos pareja y que yo sepa una pareja es de dos personas. No una en una parte de España y el otro en otra parte.
- Bueno, tú espérate a que venga y ya verás como no es nada.
- Papá, es que creo que ya no quiero seguir con esto.
- ¿Cómo?
- Osea...- no pudo terminar la frase porque sonó el timbre.
- Corre, ve a abrir.- le ordenó.
- Voy.- gritó levantándose del sofá.
Caminó rápidamente hasta la puerta y abrió.
- Hola.- dijo ella inocentemente pero con un poco de timidez.
- Te he echado de menos.- dijo él abrazándola.
- Y yo.- contestó correspondiéndolo.
- Ven, vamos a mi habitación. Dame la bolsa, ya la llevo yo.
- Gracias.- cuando el chico se dió la vuelta ella le frenó.- Adri, tenemos que hablar.
- Lo sé, pero mejor lo hacemos en mi habitación para tener más intimidad.- dijo señalando a su padre que estaba viendo la situación indiscretamente desde el sofá.
- Hola Gavi.- saludó la chica con una sonrisa desde la puerta.
- Hola Lei, ¿qué tal el viaje?
- Bien, ¿qué tal tú y Oli?
- Genial.
- ¿Dónde está?
- Se fue a Estados Unidos para apoyar a su hermano.
- ¿Apoyar?
- Su hermano y su novio se han divorciado.
- Vaya... Pobre.
- Ya... Bueno, iros para arriba, yo no os interrumpo.
- Vale, gracias. Hasta luego.
- Si quieres algo dilo, ¿vale? Esta siempre será tu casa.
- Gracias Gavi.
Ambos subieron las escaleras hasta llegar a la habitación de él. Ella cerró la puerta y el chico dejó la bolsa de su novia encima de la cama.
- ¿Qué tal te lo estás pasando en Madrid?
- Bien... Oye, sé que últimamente no hemos hablado mucho y...
- Lo sé y lo siento mucho.
- No es tu culpa. Es de los dos.
- Ya te dije que las relaciones a distancia no funcionan...- suspiró.
- Sí funcionan, pero creo que no nos hemos querido lo suficiente.- dijo con un nudo en la garganta.
- ¿No?
- No. Y no creo que se pueda volver a intentar. Nos hemos hecho mucho daño sin quererlo.
- Espera un momento... ¿me estás dejando?
- No quiero hacerlo, pero creo que es lo mejor.
- No, no. Pensaba que sí, pero no. Estamos hechos el uno para el otro. No podemos acabar así. No podemos terminar una relación en dos minutos.- comenzó a elevar la voz.
- No la hemos terminado en dos minutos, llevamos haciéndolo desde que me fui y no nos dimos cuenta.
- Exacto, desde que te fuiste. Yo te dije que no iba a funcionar pero tú me diste falsas esperanzas diciéndome que si uno no quiere separarse no se separan pero eres una mentirosa.
- No me eches la culpa. Yo no he hecho nada malo. He estudiado lo que me gustaba y si a tí no te parece bien pues he elegido mal.
- No me dejes como el malo, porque no eres inocente. Entiendo que quisieras estudiar lo que querías desde pequeña, pero lo que no entiendo es que me dijeras que no íbamos a cortar cuando en verdad parece que es lo que quieres.- gritó.
- Joder Adri, eres increíble.- exclamó sentándose en la cama sin creerse lo que estaba pasando mientras que se le deslizaba una lágrima por la mejilla.
- Dime la verdad. ¿Desde cuándo supiste que no iba a funcionar?
- No es algo que se sabe así por así, eso se medita y llegas a la conclusión de que no hay futuro. No veo un futuro juntos.
- ¿Desde cuándo lo sabes?
- Desde hace 6 meses.
- ¿Y esperaste a decírmelo ahora? ¿6 meses más tarde? ¿Estás de coña?
- No quería creérmelo así que intenté que no fuera así. Pero el esfuerzo ha sido en vano.
- Estupendo. Has destrozado algo que construímos juntos. Te doy mi enhorabuena.
- Adrián, no te hagas la víctima porque te escuché antes de llamar a la puerta.
- ¿Cómo?
- Sí. Te recuerdo que el salón está justo al lado de la puerta y no es que hables muy bajo, la verdad.
- ¿Qué escuchaste?
- Que me querías dejar.
- ¿Y te lo has callado?
- Sí, supongo que te sientes mejor culpándome que asumiendo tus errores.
- Vale, de acuerdo. Los dos queremos cortar. ¿Cortamos?
- Creo que será lo mejor.
- Perfecto. Ya puedes volver a Madrid.
- Espera.- dijo levantándose de la cama entre sollozos.
- ¿Qué quieres ahora?
- No podemos echar a la basura la relación que teníamos antes de esto.
- ¿Y qué quieres hacer?
- ¿Amigos?
- ¿Estás de coña?
- ¿No te importa la relación que teníamos antes de ser novios?
- Sí, pero...
- Por favor. Siendo amigos nos iba muy bien.
- Vale, pero no voy a ser capaz de mirarte a los ojos y no sentir nada.
- Pues el sentimiento será mutuo.
- ¿Te puedes ir ya?
- De acuerdo.- cogió la bolsa y antes de salir por la puerta lo miró.- ¿Puedo darte un abrazo de despedida?
- Vale.
Ambos se dieron un abrazo y el chico no pudo evitar que se le cayera una lágrima. ¿Aquella sería la última vez que se verían?
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Todo comenzó con una boda
RomantikAdrián y Leire se conocían desde los 4 años. A los 17 se hicieron novios, pero debido a que la chica se tuvo que ir a estudiar a 2500km de él, la relación se descontroló y 3 años más tarde se dicen adiós, pero.. ¿para siempre?