4- Chicas

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Mallorca

Pasados los días, los niños comenzaron a llevarse bastante bien.

Al día siguiente se celebraría la boda. Leire se encontraba con Lucía, tranquilizándola. Mientras que Adrián y Jack estaban cuidando de los niños en la playa.

- Chicos, ¿queréis ir al agua?- les preguntó el primero.

- No, hay tiburones...- se quejó su hija.

- Cielo, aquí no hay tiburones. Los tiburones están durmiendo.

- Entonces sí.

- Yo no sé nadar.- se quejó el niño.

- No te preocupes, trajimos un flotador enorme.- explicó el amigo.

- Yupi.- gritaron los niños.

- ¿Tus padres no te enseñaron a nadar?- le preguntó Halley a Thiago.

- Solo tengo mamá y donde vivimos no hay playas.

- Ah, vale.

- Venga peques, vamos al agua.- gritó entusiasmado Adrián.

- Yo voy a llamar a Lu antes.- les avisó Jack.

- Vale, te esperamos en el agua.

- Perfecto.

Se inclinó hacia la bolsa y marcó el número de su prometida.

- Hola cielo.- saludó ella.

- Hola, ¿qué tal?

- Bien, estoy con Lei. Nos están haciendo un masaje genial. ¿Y tú?

- Cuidando de 3 niños.

- ¿3? Hall y Ty son 2, no 3.

- Adri también cuenta.

- Cierto.- dijo entre risas.

- Tengo ganas de verte.

- Pues tendrás que esperar hasta mañana, porque si no da mala suerte.

- Lo sé... Pero no aguanto.

- Creo que en vez de ser 3 niños sois 4.

- Ja, ja. Qué graciosa.- exclamó sarcásticamente.

- Bueno cielo, te voy a colgar porque me están haciendo un masaje increíble.

- Ya verás el que te voy a hacer yo mañana.

- Lo estoy deseando.

- Adiós Lu.

- Hasta luego.

Ambos colgaron el teléfono. Él lo dejó de nuevo en la bolsa y corrió hasta la orilla donde estaban los demás.

Pasaron la tarde en la playa hasta que el sol comenzó a esconderse detrás del horizonte.

- Chicos, vamos a cambiarnos para ducharnos en el hotel y poder ir a cenar.- informó Jack.

- Jo..- se quejaron los niños.

- Jack tiene razón, si esperamos más tiempo os va a coger el frío y os váis a enfermar. ¿Queréis poneros enfermos?

- No.- contestaron a la vez.

- Pues vamos a cambiarnos.

Todos salieron del agua y caminaron hasta el hotel. Cuando llegaron a la planta en la que estaban alojados fueron hasta la puerta de Leire.

- Un momento, estoy en la ducha. Salgo ahora.- gritó la chica desde dentro. Un par de minutos más tarde salió con la toalla enrollada en el pecho con las gotas de agua recorriendo su parte del cuerpo descubierta.- Hola chicos.

Todo comenzó con una bodaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora