6- Eso no se pide

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Mallorca

Al día siguiente, en la habitación de Adrián, se escucharon risas.

- ¿Qué hacéis?- preguntó el adulto abriendo los ojos.

- Estamos jugando al escondite, pero no encuentro a Ty.- contestó su hija.

- ¿Podéis jugar sin hacer tanto ruido?

- Perdón papi.

Antes de que pudiera volver a dormirse alguien llamó a la puerta.

- Me cago en la leche.- dijo desesperado levantándose de la cama. Caminó de mala gana hasta la puerta y la abrió. Cuando vió a la chica se le relajó la cara.- Hola Lei, ¿qué tal te encuentras?

- Bien, bien. Escucha, ¿podemos hablar?- preguntó un poco nerviosa.

- Claro, pero... No podemos dejar a los niños solos.

- ¿Hablamos en la terraza de tu habitación?

- Vale. Oye, - la frenó antes de que entrara.- ¿estás bien? Te noto un poco nerviosa.

- Sí, sí.

Ambos fueron hasta la terraza. Una vez allí ella habló.

- Ayer no estaba en buenas condiciones para sacarte el tema, pero ahora sí...

- ¿Qué tema?

- El día de la boda casi nos acostamos.

- Si lo dices porque te pareció mal que te apartara lo siento....

- No es por eso. No creo que debamos ser algo más.

- ¿Cómo?

- Tú tienes una hija y yo un hijo. Tú vives en Barcelona y yo en Madrid.

- No pasa nada por eso. Uno de nosotros puede pedir el traslado.

- No creo que sea lo correcto.

- Pensaba que aún quedaba algo entre los dos.

- Y lo hay, pero no está bien.

- ¿Porque echas de menos a tu marido?

- ¿Perdón?

- Thiago me lo contó anoche.

- No creo que debas sacar ese tema.

- Entiendo que lo eches de menos, pero yo puedo ser un buen padre para Ty, igual que tú puedes ser una buena madre para Hall.

- ¿De dónde te has sacado eso?

- Ayer Ty me pidió que fuera su padre.

- Eso no es algo que se pida.

- Tarde o temprano tendrá un padre y prefiero serlo yo.

- ¿Por qué?

- Porque puedo darle lo que necesita y va a tener el cariño que se merece.

- Yo quería que su padre fuera mi marido.- dijo con los ojos levemente húmedos.

- Y lo entiendo, pero él no está y tú necesitarás ayuda.

- Tendría que pensarlo. No lo puedo decidir ahora mismo.

- Claro, claro. Pero recuerda que decidas lo que decidas te apoyaré. Siempre lo haré.

- ¿Te importaría quedarte con Ty hasta la tarde? Necesito ir a correr.

- Por su puesto.

- Vale, gracias.

La chica se fue a la habitación para cambiarse. Llegó a la suya, se puso la ropa de deporte y salió.

Desde hace años le gustaba correr. Le ayudaba a pensar y aclarar las ideas.

Todo comenzó con una bodaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora