Capítulo 6

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Narra Julia

Las risas continuaron, y pronto Camilo escaló a un segundo nivel con su siguiente comentario.

–Okay...– pronunció buscando calmar su risa –ahora que digan un chiste subido de tono– soltó.

–Dios mío, Camilo, tranquilízate– respondió daddy conteniendo su risa, objetivo que parecía costarle bastante por las carcajadas contagiosas de sus amigos.

–Sí, alguien quítele la botella de vino por favor– agregó papi risueño, haciéndolo reír ahora a él.


Narra Mateo

–A ver, pero ahora le toca a la nena– soltó Diego risueño, y mi princesa no tardó en comenzar a reír.

–No– respondí sonriente pero con firmeza en mi tono de voz. No hay manera de que permita que mi niña diga algo inapropiado.

–Miren a mi sobrinita, se ve que tiene un chiste buenísimo– agregó Camilo buscando convencernos.

La nena se removió risueña sobre mi regazo, confirmándome que contaba con material para la situación, pero al instante marqué un límite.

–Nena, no– sentencié firmemente, ocultando mi sonrisa para que supiese que no estaba jugando.

–Hablamos en serio, princesa, ¿okay?– agregó mi marido en el mismo tono, y su risita, aunque no desapareció por completo, sí disminuyó y eso me tranquilizó un poco.

–Chicos, por favor– rogó sonriente Sofi.

Negué con la cabeza y Sebas suspiró.

–Eso no pasará– sentenció él con una sonrisa que pareció haberle causado las sonoras carcajadas de Camilo.

Sonreí con tranquilidad, pues no estaba ni mínimamente molesto, solo quería hacerle conocer a mi niña sus límites.

–Están subestimando su nivel de inocencia– soltó Camilo buscando contener su risa entre cada palabra, logrando hacer reír nuevamente a mi princesita –. Mírenla, cómo se está reteniendo...– volvimos a reír, pues mi niña sí parecía estar tratando de contener una carcajada –es que ya no me interesa quién lo diga, solo quiero conocer ese puto chiste– agregó llevándose las manos al rostro con desespero en su risa.

–¡Ey, ey!– soltó Joaquín buscando sonar firme, pero su risa no se lo permitía.

–Sin groserías, cabrón– agregó mi marido con un falso enojo, haciéndonos reír al resto, suspiré y le dediqué una sonrisa que pronto lo hizo caer en cuenta de la situación, provocándole una risa.

–Perdón, yo también estoy borracho– confesó risueño y besé su mejilla –. Pero mi niña ya sabe que no puede decir esas cosas, ¿no es así, bebita?– se dirigió a la nena en mis piernas, quien le dedicó una adorable sonrisita justo antes de asentir, robándome el corazón sin el mínimo esfuerzo aparente.


Narra Julia

Vi ese chiste en TikTok, creo que fue parte de una entrevista, no lo recuerdo bien, pero me encantó cuando lo escuché, y ahora necesito decirlo en voz alta.

Sofía, Camilo y Diego me apoyaron buscando convencer a mis daddies para que me den permiso de decirlo, y tomándome por sorpresa, posteriormente se integró Joaquín a intentar ayudarme. Estoy impresionada con lo que poca cantidad de alcohol logra hacer en las personas.

Llegó un punto en el que daddy incluso comenzó a dudar ligeramente, parecía estar intentando contenerse de la tentación que los comentarios de sus amigos le provocaban, pero papi se mantuvo firme hasta el último segundo.

Julia Vol. 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora