Capítulo 3.

1 0 0
                                    

Llegué a casa con unas ganas de llorar tremendas por todo lo que había pasado aquel día.
A pesar de sentirme orgullosa por ayudar a un alma tan vacía como la de Sebas, sentía culpa por haber hecho que se vaya tan rápido, sentí que lo necesitaba muchísimo más tiempo a mi lado, me transmitía paz, aun estando destrozado...

Para mi sorpresa, abrí la puerta de casa, encontrándome con lo que menos quería ver en estos momentos, a un desconocido que llevaba toda la vida persiguiéndome a pesar de habérmela jodido.

—Clara: ¿Papá?
—Hugo: Hola hija, como no contestabas a mis mensajes, decidí venir a hablar contigo y tu madre.

—Clara: ¡Te dije perfectamente que no te quería ver ni en pintura joder! Que parte no entiendes de "NO TE QUIERO VER". Mamá, por favor, dile algo.
—Anna: Hija, creo que te estás pasando, todos hemos cometido errores, y pues al menos tu padre viene a arreglarlos

—Clara: Él no es mi padre... .-Dije comenzando a correr mientras lloraba yendo hacia mi habitación-...

—-Hugo: Abre por favor, déjame hablar contigo.
—-Clara: ¡Y una mierda, vete!

Al cabo de un rato insistiendo y no parar de hacerlo, decidí dejarle pasar, para ver que historia me contaría a partir de ahora.

—-Clara: ¿Qué quieres Hugo?
—-Hugo: Soy tu padre, no Hugo.

—--Clara: ¿Un padre no abandona a la madre de su hija para irse con otra mujer, y crearse una nueva vida, olvidándonos así como la nada durante cuatro años, y ahora tienes la cara de presentarte en nuestra casa después de abandonarnos?

—-Hugo: Sabes perfectamente el porqué Clara. Lo sabes. Mamá no estaba ni está bien, ella tal vez no te lo ha dicho, pero no por ocultártelo cariño, sino por miedo a que sufras ya la conoces. Pero la tienen que ingresar en un hospital psiquiátrico por temas de salud mental. Ya sabes como lo habéis tenido que pasar las dos desde aquello que pasó, ¿entiendes?

—-Clara: ¿Qué? ¿Como que ingresarla? ¿Qué le pasa? ¡Todo es tu culpa! ¡Si no nos hubieras abandonado nada de esto habría pasado, te odio, te odio, te odio, vete de aquí, vete!

—-Hugo: Lo siento Clara, pero te tienes que venir conmigo durante todo el tiempo de recuperación de mamá.

—-Clara: ¿Qué?...

En ese preciso momento me derrumbé, y poco a poco me desmayé, llegándole a creer a mi padre que no volvería a despertar.

De camino al hospital escuchaba todo lo que hablaban entre ellos, no sé cómo, pero podía hacerlo.

Una discusión entre mis padres que me dejaba más aturdida aún...

—-Anna: Ves como no tenías que haberle dicho nada, no era plan de que se enterara ella de esto, y mucho menos que se lo contaras tú. Yo quería hacerlo, yo quería...
¿Aparte de quitarme mi vida, ahora me vas a quitar a mi hija? No estás bien, Hugo.

—-Hugo: La que no está bien aquí eres tu Anna, ¿te estás viendo? ¿No ves todo el sufrimiento que está pasando Clara por tu culpa?

—-Anna: Pero si a quien no quiere ver es a ti, como vas a decir eso, sabes perfectamente que ella está así por todo lo que nos has hecho pasar.

Hugo dejó de contestar a las preguntas de mamá mientras aceleraba el camino hasta llegar al hospital.

Me llevaron rápidamente en una camilla grande e incómoda hasta una sala donde intentaron reanimarme durante 30 minutos.

Los doctores le dijeron a mis padres que me dejaran descansar hasta mañana a ver que tal amanecía.

Según los doctores, el desmayo había sido por causa de que a raíz de la noticia que me había comunicado mi padre hiciera que el flujo de sangre del cerebro disminuyera.

No logré despertar hasta notar una caricia resbalando por mi antebrazo y acabando agarrado de mi mano.
Era de noche, como las 2:00 de la mañana, estaba sola, mis padres se habían ido a descansar a casa, ya que el médico les aseguró que no era un tema serio, y se merecían descansar al igual que yo.

Abrí repentinamente mis ojos logrando ver de manera borrosa una cara que no reconocí hasta escuchar su voz.

—-Alejandro: Duerme pequeña, debes descansar, estaré aquí toda la noche por si necesitas algo.

Era Alejandro, mi ex pareja...
Siempre estuvo enamorado de mí, pero yo no puedo decir lo mismo. Desde siempre Sebas se llevó mi primera impresión, Alejandro fue un motivo para intentar dejar mi obsesión por Sebas.

Nunca se lo dije, pero va siendo hora de hacerle creer de una vez por todas que no me recuperará.
Al fin y al cabo somos los dos personas con el mismo derecho de saber la verdad, la realidad, no quiero seguir ilusionándolo, solo quiero que se dé cuenta de que no todas las personas somos para siempre, y enseñarle a dejar soltar...

Nuestro caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora