La Obsesión De Mi Obsesión

Capítulo 4: Un Encuentro en la Penumbra

La luz del alba filtrándose por la ventana apenas iluminaba mi habitación cuando me desperté esa mañana. La noche había sido inquieta, plagada de pensamientos tumultuosos sobre el enigmático extraño que había aparecido en mi vida. Me levanté con la mente llena de preguntas y el corazón lleno de anhelos no resueltos, decidida a encontrar respuestas a toda costa.

Después de un desayuno apresurado, me dirigí a la escuela, con la esperanza de que el ajetreo del día me ayudara a despejar mi mente. Sin embargo, la intriga y la curiosidad seguían dominando mis pensamientos, haciendo que el tiempo transcurriera con una lentitud exasperante.

Al encontrarme con Vittoria en los pasillos de la escuela, su entusiasmo habitual no pudo disipar por completo mi preocupación. "¡Hola, Helena! ¿Cómo estás hoy?"

"Estoy bien, gracias", respondí con una sonrisa forzada. "¿Y tú?"

Vittoria asintió con entusiasmo. "¡Estupendamente! Pero cuéntame, ¿has averiguado algo más sobre el misterioso extraño?"

La mención del extraño hizo que la intriga volviera a apoderarse de mí. "No mucho", admití. "Pero estoy decidida a descubrir quién es y qué quiere."

Vittoria asintió con admiración. "¡Esa es la actitud! Estoy segura de que encontrarás respuestas antes de lo que piensas."

Con las palabras de Vittoria resonando en mi mente, pasé el resto del día en la escuela, con la intriga y la determinación ardiendo en mi interior. Cada momento libre lo dedicaba a reflexionar sobre el enigma del extraño, tratando de encontrar alguna pista que me llevara hasta él.

Después de clase, me despedí de Vittoria y me dirigí de vuelta a casa, con la determinación de volver al parque y buscar alguna pista que pudiera ayudarme a descubrir la verdad. Mientras caminaba por las solitarias calles del vecindario, la sombra del enigma del extraño seguía acechándome, alimentando mi determinación de desentrañar el misterio.

La tarde caía lentamente sobre el parque cuando decidí regresar una vez más al lugar donde había encontrado la misteriosa nota. Con paso decidido, caminé por el sendero bordeado de árboles, con la esperanza de encontrar alguna pista que me llevara a descubrir la identidad del enigmático desconocido.

Al llegar al banco donde había encontrado la nota la noche anterior, me detuve frente el y examiné el suelo en busca de cualquier indicio que pudiera haber pasado desapercibido ¿Qué encontraría esta vez? ¿Y quién sería el misterioso remitente de aquellas palabras enigmáticas?

Pero mientras buscaba, de repente, una voz familiar rompió el silencio de la noche. "¿Brillito?"

Me giré sorprendida y vi a un joven parado frente a mí, con una sonrisa misteriosa en los labios. Era el mismo extraño con el que había tropezado la noche anterior en el parque.

Mi corazón dio un vuelco al reconocerlo, pero me esforcé por mantener la compostura. "¿Tú...?" balbuceé, sin poder creer que nos hubiéramos encontrado de nuevo.

El joven asintió con una sonrisa enigmática. "Sí, soy yo", dijo, extendiéndome un trozo de papel. "Pensé que tal vez querrías venir a una fiesta que estoy organizando esta noche. Aquí tienes mi número de teléfono por si quieres saber más detalles."

Tomé el papel con manos temblorosas, sin poder apartar la mirada de sus ojos penetrantes. "Gracias", murmuré, guardando el papel en mi bolsillo. "Lo tendré en cuenta."

Con una sonrisa enigmática, el joven se dio la vuelta y desapareció en la oscuridad de la noche, dejándome sola con mis pensamientos tumultuosos.

Al llegar a casa, saqué el trozo de papel del bolsillo y lo examiné con curiosidad. En él, encontré un número de teléfono escrito a mano y debajo unas palabras que decían:

"Nos volveremos a encontrar pronto."

Con un suspiro, guardé el papel en mi bolsillo y me dirigí hacia mi habitación. Era hora de agregar un nuevo contacto a mi lista de contactos, pero esta vez, con un nombre muy especial:

"Mi Misteriosa Tentación."