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Pasó una semana y cada que se acababa una clase Jungkook no podía soportar la ansiedad, tomaba su teléfono revisando cada segundo las notificaciones pero no llegaba ningún mensaje del señor Kim. Por su mente pasó la idea de ir a buscarlo a su oficina de nuevo, pero no quería hartarlo de su presencia tan rápido, necesitaba ser paciente pero pensar en el mayor no lo dejaba concentrarse. En las noches no dejaba de soñar con él gimiendole al oído que umentara sus embestidas en su interior. Se la pasó teniendo orgasmos fantaseando con su tutor que ahora se le haría imposible poder mirarlo a la cara sin ponerse duro.
        
—Jungkook, ¿no te irás aún?, las clases ya acabaron y hoy en la noche tendremos una fiesta con los ingenieros en mecatrónica—su mejor amigo de la infancia, Park Jimin, lo cuestionó sacándolo de su ensoñación.

—¿Eh? Si, claro que iré, no me lo perdería por nada.

—Perfecto, entonces ve a recogerme esta noche, te esperaré en el restaurante de mi mamá.

—Claro, nos vemos en la noche—tras despedirse comenzó a cuestionarse por qué accedió a ir, sus planes eran averiguar la dirección de su profesor para poder pasar de casualidad por su casa y tal vez esperar a que este llegara para de lejos ver qué estaba haciendo que lo mantenía tan ocupado como para no contactarlo una semana completa, ahora sus planes se veían arruinados por una simple fiesta en la que demasiados introvertidos se alcoholizarían. Nada bueno saldría de beber con Jimin, ya que este siempre aprovechaba la oportunidad para presentarle a alguien que el insistía sería el amor de su vida, pero todos siempre terminaban agotando su paciencia, nadie podría entenderlo como el señor Kim.

No sabía que ponerse, su clóset se encontraba lleno de prendas básicas de color negro. Tendría que ponerse cualquier cosa, no es como que fuera para impresionar a alguien.

La noche se llegó rápido y el ya se encontraba de camino para recoger a Jimin.

—Jungkook-ssi, ¿quieres comer algo?

—No, tal vez la próxima, pero muchísimas gracias señora Park, Jimin y yo ya debemos irnos.

—¡Ya voy!—el rubio gritó mientras corría fuera del baño—Vámonos Jungkook-ssi, te tengo una gran sorpresa.

—Jimin, ya sabes que no me gustan las sorpresas.

—Vamos, esta te gustará mucho, te lo aseguro—el rubio le aseguró palmeándole el hombro para que entrara al coche.

Durante el trayecto al local de la fiesta Jimin escuchó música a todo volumen para ambientarse y subir el ánimo del pelinegro que se veía demasiado decaído, revisaba su teléfono con demasiada frecuencia y suspiraba decepcionado, algo no le cuadraba.

—Jungkook-ssi, ¿te encuentras bien?

—Me encuentro perfecto—respondió sarcástico.

—Es enserio, acaso...¿estás saliendo con alguien?—preguntó exagerando las expresiones en su rostro y tapandose la boca como si hubiera descubierto que se avecinaba el fin del mundo.

—¡No! ¿Yo? ¿Salir con alguien? ¿Estás loco?—el nerviosismo en Jungkook no logró convencer del todo al rubio.

—Te creeré por ahora, así que no pienses en nada, hoy vamos a divertirnos—con emoción, sin parar de sonreír, Jimin arrastró a Jungkook hacia la fiesta, en el aire el aroma a marihuana era demasiado fuerte, todos parecían demasiado concentrados en acabar sus bebidas y juntar sus cuerpos con poca ropa al ritmo de la música.

El pelinegro hizo lo posible por llegar a la barra de bebidas, pues la emoción creció en su interior al sentir su teléfono vibrar en su bolsillo. Ilusionado revisó las notificaciones y era un mensaje del señor Kim.

Tutoring Sex-ssion © - KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora