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—Jungkook, hijo, se te hace tarde para la universidad, arréglate y no olvides desayunar algo de camino a tus clases—su madre le avisó sin ánimos y el despertó confundido.
      
Lo único que recordaba de la noche anterior era el aroma cálido del señor Kim y como este lo rodeó con sus brazos, juraría que aún podía sentir la presión de sus manos contra su cintura. Mientras se bañaba recordó que tendría su primera clase de tutoría con el señor Kim, emocionado se roció con exageración su colonia favorita y se apresuró a vestirse para llegar a tiempo a la universidad.

Las clases parecieron eternas, el pelinegro veía conceptos básicos de programación tratando de relacionarlos entre si, pero entre ellos su mente no paraba de pensar en ese profesor que lo volvía loco con lo afilada que era su mandíbula y lo perfectos que eran sus labios en forma de corazón, cada que pasaba su lengua sobre ellos sabía que se encontraba frustrado o estresado haciéndolo que quiera besarlo con tanta intensidad hasta que olvide todos sus problemas y solo pueda pensar en el.

Cuando sus compañeros juntaron sus cosas el ya casi se encontraba bajando el segundo piso del edificio, tan emocionado se encontraba que ya quería salir de allí.

Corriendo como si su vida dependiera de ello logró llegar a la biblioteca antes que el señor Kim, sorpresivamente no había nadie, eso era demasiado raro, el lugar casi siempre se encontraba lleno de estudiantes de medicina. Los minutos pasaron y la punta de los dedos de su mano cosquillearon al ver al señor Kim entrar reluciendo unas nuevas gafas en el puente de su nariz, se ajustaban perfectamente a sus pómulos, asi como el traje de tonos cafés ceñido a su cuerpo delgado con curvas sutiles que gritaban por ser delineadas y acariciadas.

—Jeon, ¿se encuentra mejor? La sesión de hoy será sobre conceptos y problemas fáciles, no hay necesidad de estar tenso, puedo asegurarte que lograré desaparecer esa tensión en ti—el profesor casi susurró lo último y el nerviosismo en el menor no logró dejarlo escuchar del todo.

—Si, claro, me encuentro muchísimo mejor señor Kim, gracias por preguntar. Realmente me disculpo si anoche fui una molestia, le juro que no volverá a pasar—respondió desesperado haciendo una reverencia un poco torpe que lo hizo verse tierno ante los ojos del mayor.

—No te preocupes por eso, yo me encuentro encantado de ayudarte en lo que sea que necesites, si tienes algún problema no dudes en llamarme, te ayudaré de inmediato.

Jungkook no podía creer las palabras sinceras de su profesor, parecía que se encontraba en un sueño perfecto, le costaba entender la amabilidad tan repentina de su profesor contra su persona si realmente no lo conocía para nada o eso creía el.

—Bien, empieza resolviendo estos problemas, así podré saber en que temas necesitas profundizar más el estudio—el mayor le ordenó dándole un par de hojas con respuestas de opción múltiple. Su mano tembló un poco al recibirlas pero trató de disimular sonriendo y evitando el contacto visual, sabía que una sola mirada del mayor lograría hacerlo excitarse en un instante.

Pasaron los minutos de morderse el labio y resolver los problemas matemáticos que ya se encontraba por acabar, pero había un problema que no le cuadraba, como si faltara un número en la ecuación.

—¿Tanto quieres ponerme en cuatro Jungkookie?

—¿Qué?—cuestionó sorprendido. ¿Qué le había dicho su profesor?

—Si quieres puedes poner un cuatro en los valores de equis, ¿entiendes a que me refiero?—el mayor respondió entre sonrisas serenas y Jungkook no pudo evitar pensar que estaba alucinando.

Es imposible que su profesor le haya insinuado algo, ¿cierto?

—¿Eh? ¡Ah! Si, claro que entiendo, gracias señor Kim.

Tutoring Sex-ssion © - KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora