Capítulo 5: Sustituto

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Mismo día

Departamento de Sergio Pérez

Mónaco

Los iris multicolor observaron a Sergio sentarse a un lado, las arrugas de su frente se materializaron con angustia, le mataba lentamente que este omega que lo veía como un niño grande, se preocupara por él, le dedicara tiempo, lo escuchara y animara; entonces fabricaba una ilusión: cuando llegaba de la mano de André y le pedía que se quedara a comer, en esos momentos se imaginaba que esta era su familia, genuinamente olvidaba que el pequeño cachorro no era su hijo, que el hombre de las pecas adorables no llevaba su anillo de casados y por supuesto, que era el esposo de su difunto casi hermano, todo eso se derrumbaba cuando se despedía de los dos con un beso y debía regresar a su departamento, solo, deseando quedarse en aquella casa, despertar con Sergio, amarlo sin limitaciones y ser correspondido. ¿podría ser más egoísta? Sufría cada vez que se alejaba de ellos, pero era lo suficientemente cobarde para no confesarse.

-Bueno Charlie, dime ¿qué sucede? Sabes que en lo que te pueda ayudar niño bonito, si hay que darle unos golpes a alguien, estoy más que puesto...-La mirada divertida de Sergio se apagó cuando él no siguió con su broma, le dolía el pecho por no saber fingir correctamente. -Me estás preocupando, ¿te pasó algo? ¿necesitas que te acompañe con Jan? Puedo sacar una cita ahora mismo, es más vámonos, no estaría mal que te revisara. - hizo el ademán de levantarse para buscar sus llaves, pero él le tomó del brazo con más fuerza de la necesaria.

-¿Por qué no me dijiste? ¿Acaso no me tienes la confianza? ¿Qué tengo que hacer para que me veas como un adulto? -La voz le salió entre cortada, se estaba conteniendo de gritar pues su decepción era tan fuerte que lo hacía sentir impotente y rechazado.

-¿Decirte qué? Tal vez hablas de las regularizaciones para la nueva temporada, entiende eso debe ser secreto...-frunció los labios incómodo ante el contacto del alfa.

-No hablo de eso... No estás platicando con un imbécil que no puede entender cosas serias. Lo sé todo, deja de ocultármelo, soy parte de tu vida. -

-¿Contarte qué? Para de darle vueltas al asunto, ¿qué problema tienes conmigo? - Su Sergio era así, si lo acorralaban tendía a atacar con sus palabras.

-Lo de tus visitas al médico, ¿cuándo te ibas a dignar a contármelo? ¿Después de acostarte con el estúpido de Webber? - Estiró el brazo de Checo que aún tenía atrapado entre sus garras, para acercar su rostro al suyo. -¿En serio elegiste a ese tipo? -

-Tú eres demasiado joven para preocuparte por esas cosas, lo estoy arreglando y hago lo mejor por mi hijo. -Sostuvo su mirada, y aquellos ojos que antes lo veían con ternura, se encontraban evadiéndolo.

-No soy demasiado joven, la mitad de mi vida la he pasado a lado tuyo, y me importas lo suficiente para sentirme con el derecho de reclamarte esto... No sabes lo lastimado que estoy, no puedo creer que por Carlos me tenga que enterar y no por tu propia voz, ¿tan poco te importo? - sintió los ojos arder, pero contuvo las lágrimas no quería alimentar la idea que tenía él sobre tratar con un niño.

Alfa sustituto | CheclercDonde viven las historias. Descúbrelo ahora