Capítulo 9

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POV Chiara

Estos días había estado fatal, sin ganas de nada, me di el lujo de poder faltar a las clases aún así seguí adelantando en mi casa. 

Estuve duchándome antes de ir, por lo menos tendría que ir aseada, también me maquillé sutilmente usando labial rojo, me puse una camiseta de mangas largas negra que dejaba mis hombros al descubierto y también una falda larga de tela vaquera, cogí las partituras y salí para el tren. 

Desde que terminó la guerra las cosas habían cambiado mucho, España había vivido en una verdadera burbuja, sin acceso a internet ni siquiera a vías de comunicación terrestres, ahora todo eso estaba cambiando. 

Desde mi teléfono avisé a Violeta de que ya estaba dentro, pero antes de mandarle el mensaje la vi sentada, con una camiseta rosa y unos vaqueros. 

Cuando entré a la habitación se levantó para darme un abrazo, pero simplemente me hice a un lado, no soportaría estar tan cerca suya. 

- Bien, comenzamos? - pregunté - enséñame lo que has practicado, hoy comenzaremos a tocar una canción

- Vale - dijo posicionándose mejor

Empezó a tocar equivocándose solo un par de veces, no lo hacía nada mal para ser su segunda clase de piano. 

- Vale, quiero que te fijes en mis manos, los arpeggios que voy haciendo luego los imitarás tu también y después lo apuntaremos en las partituras. 

Seguimos la clase de manera normal, intenté que fuera lo más dinámica posible para que no se aburriera, pero la verdad es que miraba atenta a todo lo que tenía que decir. 

- Bueno, ya está, hemos terminado por hoy - dije levantándome y guardando mis cosas.

- Te puedo invitar a un café o lo que prefieras... - dejó caer

- No puedo - dije mientras intentaba salir de la habitación

- Kiki... 

- No me vuelvas a decir así - dije mostrándome más fría de lo normal, en el ejército nos habían enseñado bien a no mostrar las expresiones en el rostro

- Chiara, podemos hablar - rogó

- No - dije abriendo la puerta

- Hay otra no? - preguntó dolida

- No tienes derecho a saber nada, dijiste que me ibas a esperar - expresé

- Te esperé, te busqué, pero la última imagen que tenía de ti era desangrándote, qué querías que me imaginara - dijo ahora ella dolida - me dejaste que me fuera, podrías haber escapado conmigo 

- Sabes bien que no podía, si me hubiera escapado hoy si que no iba a estar contigo, me hubieran fusilado por traición - le dije fríamente y salí, dejándola ahí. 

Llegué a mi casa y me tumbé en el sofá bocabajo, creía que hoy iba a verla y dejaría de tener sentimientos por ella, es una estupidez, no estuvimos juntas ni un mes, era una falsa promesa aquello de que íbamos a esperarnos, a la primera de cambio estaba con otra persona. 

Decidí que al no ser capaz de llorar intentaría sacar un poco de este nudo en el piano, tenía graves problemas a la hora de expresar mis sentimientos, con Violeta siempre fue más fácil, tocaba los botones necesarios para hacer que hablase, me sentía escuchada, no me juzgaba. 

Toda una vida callando lo que sentía, dolor, tristeza, enfado, ira, felicidad, nunca pude llorar, me tenían avisada de que eso no lo hacía un buen soldado, era débil, mostrarme vulnerable me convertiría en un blanco. 

Ahora con 23 años había llorado solo en dos ocasiones, a la muerte de mi madre y cuando nací, ni siquiera ver a Violeta yéndose mientras yo estaba tirada con un cuchillo en mi pecho hizo que soltase lágrimas. 

Alguna vez que otra me emocioné con Violeta, ella estuvo presente, pero nunca sollocé, simplemente me caían lágrimas y me las limpiaba, no podía hacer ninguna mueca. 

Me habían hecho de piedra al parecer, pero yo me sentía la persona más débil del mundo, sobre todo cuando se traba de Violeta, ella tenía mi corazón ahora mismo lo estaba apretujando a ver cuanto más podría aguantar. 

Mi relación con ella se ceñiría a lo profesional, me habían pagado para ello, me había pagado él, para ello. 

No la quería en mi vida como una amiga más, Violeta nunca fue solo mi amiga, no podría soportar tenerla tan cerca y que no me quisiera de la misma manera en la que yo lo hacía. 

Era doloroso, sabía que era el amor de mi vida, había estado hablando con otras chicas, pero nunca me envolví en una relación, ellas sabían para lo que yo las quería, y lo que podía ofrecerles. 

Violeta era la única que entraba a mi corazón abriendo todas las puertas sin pedir permiso, tampoco era como si lo necesitase, mi corazón era suyo, he intentado por tres años involucrarme en relaciones pero me es imposible, pero el mero hecho de ver a Violeta otra vez hace que quiera secuestrarla y llevarla de nuevo a Málaga, donde podríamos vivir las dos en mi antigua casa sin interrupciones, pero parecía que ella ya había escogido y era feliz en brazos de alguien más, aún así mi corazón todavía aunaba algo de esperanza. 

Así pasaron semanas, donde mi única rutina era levantarme, ducharme, me saltaba el desayuno e iba a la universidad, luego le daba clases a una niña pequeña y almorzaba, después iba al gimnasio y volvía para la cena y dormir. 

Una semana no pude ir a dar clases a Violeta porque subí a Newcastle, donde residía mi padre actualmente, él estaba al tanto de toda la situación, me dijo que le hubiera gustado haber conocido a Violeta, y también hablamos y me pidió disculpas por haber estado siempre en segundo plano, no como un padre presente. 

No le culpaba, tenía demasiadas responsabilidades encima, criar a una niña solo era demasiado difícil, sobre todo por los tiempos que corrían. 

Flashback

- Deberías de recuperarla - dijo mientras se sentaba en al lado mía en el porche de la casa - toma - dijo mientras me tendió una cerveza fría

- No puedo, ya hay alguien más, la perdí - dije mirando el atardecer - es demasiado tarde

- Está muerta? - dijo crudamente

- No... 

- Entonces tienes tiempo, no sabemos cuanto vamos a estar en este mundo, ni siquiera si vas a estar mañana, todos lo damos por hecho y retrasamos tantas cosas por miedo, yo debería de haberle dicho a tu madre que la quería antes de que se fuera... - explicó - esa noche discutimos, ella ya estaba enferma y a mí me iban a ascender, discutimos porque mi ascenso sería en Barcelona y me perdería tu cumpleaños, me fui, sentía que no me entendía, que no le daba importancia a mi trabajo, con el tiempo entendí que ella sabía que esa noche sería la última y simplemente quería que yo estuviera para abrazarla y descansar en mis brazos, fui un cobarde sabiendo el estado de tu madre y yéndome sin avisar, me arrepiento todos los días, ella solo quería irse de este mundo en brazos de la persona que amaba - exhaló liberando el nudo de su garganta - nunca des por hecho que todos vamos a estar mañana aquí, lo digo porque te quiero, y sé que aunque hayas encontrado equilibrio en tu vida, serías más feliz con esa chica. 

Fin del flashback

Tenía razón, no sabía como, seguía sintiéndome dolida, todas las noches me acostaba a las tantas perdiendo mis sentidos al piano. 

La música siempre me había ayudado a escapar, a disociar, en el buen sentido, del mundo, a desaparecer, me sentía invisible con ella, el reloj de mi cuarto dejaba de correr, el sol de moverse, me perdía, solo había dos cosas que me hacían sentir así, la música y ella, sobre todo ella. 

Mi cabeza era un lío tremendo, sentía que tenía una marcha atrás en mis espaldas, quería hablar con Vio pero a la vez me dolía verla, era recordar que estar era nuestra situación actual. 

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Bueno, este es un nuevo fic, me gustaría que dijeseis que creéis que va a pasar, o que os gustaría que no pasase, un besazo

Guerra -KiviWhere stories live. Discover now