El Inquilino || ItaFushi

Capítulo Único

Megumi se lo conoce por ser un joven tranquilo, que vive apartado de todo, si alguien lo invitaba a una salida en grupo, simplemente rechazaba la oferta. En los recesos se dedicaba a escuchar música o leer un libro, siempre en alguna esquina donde nadie pueda acercarse.

Algunos se preguntaban, que hacía un tipo tan reservado como él estudiando una carrera que implica contacto humano, esto es un enigma para sus compañeros. Megumi se encontraba en su segundo año universitario en la carrera de Trabajo Social.

Tampoco podían desmeritar al de cabellos negros, tenía las calificaciones más altas del ciclo, por lo que se puede decir que toma muy en serio la profesión.

Aunque hace unos días que aquel joven callado, comenzó a abrirse un poco, dejando que sus compañeros se acercaran, pero no demasiado para entrometerse en su vida, aún así agradecían el esfuerzo. Pensaron que al fin comenzó a sentir amistad hacia ellos.

Estaban equivocados.

Aquel cambio surgió por otros motivos.

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Megumi se encontraba realizando un trabajo, el cuál era en grupo, sólo debía hacer su parte y enviar al encargado del grupo. Sus largos dedos tecleaban cada párrafo, es minucioso con la información, buscando diferentes fuentes y la veracidad de ellas.

Entonces uno de sus libros cayó del estante, como si alguien lo hubiese cogido y se hubiese escapado de su mano. Megumi no tardó en ponerse de pie, para tomarlo y devolverlo a su posición.

—Eres tú ¿No es así? —volviendo la mirada atrás, no había rastro alguno de una persona.

Tan solo suspiró y volvió a su asiento, debía continuar con su tarea, escribió en su laptop una vez más, tuvo que detenerse por el fuerte sacudir de su escritorio.

—¡Te he dicho muchas veces que no hagas eso! —alzando su laptop con el ceño fruncido, se dirigía a su cama.

Se sentó en medio de la cama y sintió un peso a su lado.

—¿Podrías dejarme terminar mi trabajo? —con voz agotada.

—Lo siento Megumi, sólo quería llamar tu atención —aquel espacio hundido en su cama, se había materializado lentamente en un ser ligeramente transparente.

—No me gusta que hagas eso, menos si estudio o hago mis trabajos—dejando salir un suspiro.

—Todo el día estás en la universidad, te extraño ¿Sabes? —mirando fijamente al pelinegro que estaba concentrado en acabar su trabajo.

—No puedo entender porque lo haces —sin despegar sus ojos de la pantalla.

El fantasma resignado se lanzó hacia atrás moviendo ligeramente la cama.

Aquel ser tenía nombre: Yuuji.

Apareció de la nada en su casa rentada. No iba a mentir, las primeras veces se aventó un tremendo susto, antes de saber su nombre o siquiera que aparezca de forma física, si podía decirse así, se presentaba moviendo cosas. Por ejemplo: abriendo puertas, girando el pequeño candelabro de la sala, encendiendo y apagando las luces.

Era sumamente molesto y aterrador, no encontraba alguna explicación lógica para aquellos sucesos, hasta el día que decidió presentarse en frente. Ese día no lo olvidaría jamás, nunca fue un creyente de lo paranormal, por lo que fue un bajón de azúcar a su sistema y casi se desmaya.