La llegada a Abyssum

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La tarde caía sobre los campos ingleses cuando la familia Wilson llegó un viernes por la tarde a la imponente entrada de Abyssum. Oscar, un empresario exitoso de una inmobiliaria tenia una mirada determinada, guiaba el automóvil de la familia con destreza por la horrible carretera campestre, mientras Ashley, su esposa de cabello castaño y ojos avellana, observaba con cierta aprensión el camino que se abría ante ellos despues de todo ella extrañaba  su vida en París llena de compras y reuniones con amigos.

Mientras que en el asiento trasero, Alber y Antoni, dos adolescentes, miradas desde sus ventanas el paisaje, Alber tenia sus audífonos a todo volumen, mientras que Antonio intentaba leer el libro sobre la vida en Inglaterra y sus lugares más visitados por los turistas.

Despues de algunas horas en el camino y de algunos desvios la familia pudo ver desde una curva como la mansión se alzaba ante ellos como un testigo silencioso de décadas de historia y secretos enterrados en sus paredes. Sus torres góticas y sus ventanas enrejadas parecían susurrar historias olvidadas mientras el viento agitaba las ramas de los árboles cercanos, esta imponente mansión daba la sensación que cualquier persona que entraba en ella tenia que hacer bajo su propio riesgo o si eran listos nunca entrar en ella y salir corriendo.

Oscar estacionó el automóvil frente a la entrada principal, donde un mayordomo algo mayor con un aspecto venerable los aguardaba con un gesto formal. "Señor y señora Wilson, jóvenes Alber y Antoni, bienvenidos a Abyssum", anunció el mayordomo con una voz profunda que resonó en el vestíbulo de la casa.

La familia descendió del automóvil, Hunter, su fiel perro alemán, salió disparado hacia el césped circundante con la cola agitada. El mayordomo, Bartholomew, los condujo por los pasillos sombríos hacia el salón principal, donde una mesa preparada aguardaba la cena de bienvenida.

Durante la cena, la abuela materna, cuyo retrato vigilaba desde la chimenea, fue el tema central de la conversación. Antes de su fallecimiento, les había informado a los Wilson sobre Abyssum y les había entregado las llaves de la mansión. "Esta casa ha sido nuestra por generaciones", murmuró Ashley mientras servía vino tinto en las copas. "Pero nunca la habíamos visto en persona hasta ahora" ella sabia que desde antes de casarce con Oscar de la madre de él, nunca respondió las preguntasbde donde vivio en su juventud como si quieriera borrar todo eso de su mente.

La abuela había vivido en Abyssum en su juventud junto a su familia y que tenía un pequeño hermano James. La historia de la desaparición de James seguía siendo un misterio no resuelto que había marcado a la familia durante décadas. "Tened cuidado", advirtió la abuela en una grabación de voz reproducida en un antiguo gramófono. "Abyssum esconde más de lo que parece".

Alber y Antoni escuchaban con atención, sus mentes jóvenes se llenaron de preguntas y de una emoción ante la perspectiva de explorar los rincones ocultos de la mansión. Hunter, el perro, permanecía alerta desde la chimenea de la sala, sus orejas levantadas como antenas en busca de cualquier sonido inusual.

El mayordomo guío  a la familia por la escalera hasta el tercer piso en donde se encontraban las habitaciones, ya que en el segundo piso solo se encontraban habitaciones  como la biblioteca,  la habitación del baile y otras más. El mayordomo habría una habitación  donde se encontraron dos camas preparadas para los jovenes aun cuando toda la decorado en la habitación era muy antigua las camas parecían modernas -"Esta habitación es para los jóvenes amos, pueden desempacar sus pertenencias y dormir, a las 8 am se servirá el desayuno por lo que el servicio se retirara antes del anochecer y regresara el día siguiente, espero que duerman bien jóvenes amos-" realizo una reverencia mientras guiaba a los señores a otra habitación que estaba a unos 19 pesos de esta.

La noche cayó sobre Abyssum con un manto de oscuridad que envolvió la casa en un aura de misterio y anticipación. Los Wilson se retiraron a sus habitaciones asignadas, cada una con su propio carácter y secretos por descubrir. Mientras los adultos se retiraban para su habitación  se pudo escuchar la puerta cerrarse y como dentro de esa habitación  empezó a sanar música a todo volumen.

Abyssum:Condenados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora