La soledad mata, estoy en una cuerda floja aunque no lo veas.
El miedo paraliza. Te paraliza el cuerpo, pero también la mente. Te paraliza tanto los movimientos como los recuerdos y duele tanto dentro de ti todo se empieza a mover.
"Yo no valgo para vivir".
¿Acaso alguien podría hacerlo con la vida que llevamos?
"Lo que le dice la enfermedad no es real". Es tan fácil decirlo pero no sé dan cuenta de que el problema no es eso, el problema es que queremos creerla.
Porque parece todo tan fácil desde esa posición que no sabemos diferenciar nuestras ganas de las suyas. Nuestras ganas de tener una puta vida y las suyas de quitárnosla.
Sientes que no puedes más, que no es verdad eso que te decían de que eres como una palmera. Que por mucho que te dobles no te quiebras.
Pero tú si te quiebras y te rompes en mil pedazos y te tienes que volver a construir y no quieres solo te quieres rendir, solo quieres parar por un momento y que todo se acabe.
Pero no te das cuenta de que en realidad no quieres que tu vida se acabe, quieres que se acabe lo que estás viviendo y mierda, cómo no iba a ser así si tu vida no se diferencia del infierno y tú estás cansado de jugar con fuego.
Ya está bien de abrazar al diablo.
Duele, recuperarse duele.
Al principio sientes que te hace más daño incluso del que te hacía la enfermedad.
Pero la recuperación también se basa en darse cuenta de que vale más la pena soportar el dolor durante un tiempo que mantenerlo a lo largo de los años.
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Una vida sin salud mental
SpiritualTú, que has abierto este libro y te sientes tan perdidx como yo lo estaba: se cómo te sientes, yo si te entiendo. Este libro es una bomba de realidad y malestar, pero también es una bomba de aprendizaje.