Mi mansión.

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Había pasado un gran rato mientras todo ocurría, dentro de la mansión jamás se había escuchado nada realmente, pero de cierta forma eso significaba verdadera paz a diferencia de afuera, ya que allá había un estruendo enorme por la destrucción y amontonamiento de muñecos que había. Pero ese día estaba segura de haber escuchado más de una cosa durante el tiempo que estuvo inconsciente. Tenía los ojos vendados y estaba recostada en una camilla, después se dió cuenta que sus manos y pies ya no estaban atados.

Pero esto no servía de nada si no veía, dirigió sus manos a su rostro, lo tocó suavemente y por fin tocó la venda, había una sensación en su rostro que no la dejaba en paz del todo, era como si hubiera despertado con algo nuevo.

Tomó la venda para tratar de quitársela hasta que escuchó a alguien en la misma habitación.

L: No te recomiendo hacer eso - sugirió el muñeco que estaba a un lado suyo dándole la espalda y acomodando una chaqueta en un maniquí -Aún no es tiempo para que te la quites -.

El tan solo escuchar su voz más cerca que nunca de ella hizo que se paralizara, su respiración comenzó a agitarse y comenzó a sentir miedo por el hecho de no saber que le habían hecho, ¿Era acaso que le habían hecho lo mismo que a esa muñeca?.

M: ¿Qué me... qué me hiciste? - su voz estaba quebrada, no podía controlar su sentir en aquel momento, solo sabía que quería irse.

L: Te ayudé - aquella voz con un tono sin interés solo provocaba más miedo en Mandy, Lou se separó del maniquí y caminó hacia Mandy, la tomó del cabello tranquilamente y lo acarició - Créeme que te sentirás mejor - sonrió cínicamente sabiendo que Mandy aún sin verlo, podría distinguir aquella expresión en él.

Lou se separó de ella y se dirigió a la puerta de la habitación en la que estaban, sabiendo que Mandy podía escucharlo a la perfección.

L: Será mejor que te dejes la venda, te lo aseguro - al terminar de decir aquello, salió de la habitación y cerró la puerta.

Caminó hasta acercarse a la puerta de aquellas tres muñecas que alguna vez lo admiraron, tocó la puerta y siguió su camino hasta llegar con uno de los robots. Se acercó a él y le pidió una remodelación para la puerta A2, el robot obedeció y se dirigió a hacer su tarea. Por otro lado Lou paseó por todo el corredor pasando por diferentes puertas que estaban a los lados, de pronto sintió la presencia de alguien detrás suyo.

L: ¿No deberías estar en tu habitación? - se detuvo de caminar y puso sus manos en su espalda, Michael que era el muñeco atrás suyo, solamente agachó la cabeza y se acercó más.

Mi: Lo sé, es solo que quiero saber ¿cuánto falta para la nueva generación? - ante aquella pregunta, Lou se volteó y lo miro fijamente con una expresión seria, Michael al igual que él tenía aquel rostro imponente.

L: En unas horas comenzará la nueva producción - aclaró mientras acomodaba su traje sin ver a Michael a los ojos.

Mi: ¿A cuantos más tirarás al reciclaje? - aquel tono fue directo y sin miedo, cosa que no le agrado al muñeco perfecto frente a él.

L: No a todos, sería un desperdicio de muñecos - dijo con una expresión seria y ahora sí confrontando con la mirada a Michael, el cuál miró a otro lado - No hace falta que preguntes tanto, querías protección ¿No? Ya te la estoy dando - Lou sonrió de forma "amable" y se dió la vuelta para seguir con su recorrido, dejando a Michael pensativo.

Había pensando en unirse a Lou durante tanto tiempo que al fin lo hizo, todo por no seguir afuera huyendo de tal tormento que el mismo había hecho, ahora estaba en la gran mansión libre de todo castigo por la gran rebelión que pudo haberle dado más libertad de la que ya tiene.

Misma rebelión que ya no existe y no existirá, cerró sus ojos y al abrirlos nuevamente se dirigió a su habitación sin lograr escuchar nada más que sus pasos por aquella gran y vacía mansión.

.•Yo Gano•. (Creepypasta Uglydolls)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora