III

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(Pov Adán)

Humillante

Era la única palabra que podía describir mi situación ahora. Humillación, irá y quizás hambre. No he salido de la habitación de Lucifer en tres días, asi que no si Charlie u otro huésped de este hotel de segunda sabe de mi presencia, pero era mejor que no, me veo tan jodidamente patetico.

Claro, solo he estado aquí tres días, pero para mí eso es una eternidad. No tengo nada para entretenerme, solo ver la coleccion de pagos de goma que Lucifer tenia por toda su habitación. No entendía su obsesión por estos animales, solo comen pan y nadan por estanques, no tenia nada de especial.

Aún así, me alegraban las mañanas, pues ahí estaba Lucifer, conmigo. No es que me agrade, pero en este momento de aburrimiento cualquier cosa puede entretenerme y no me gusta estar solo. Me da pánico ese sentimiento de soledad, pero al menos tengo un peluche de pato que me acompaña.

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Adán estaba acostado en la cama, mirando el techo. Era algo que hacia en estos últimos días, pensar. Pensaba en como estaba su leal compañera, Lute. ¿Quizás ya lo había olvidado? Solo habían pasado tres días, pero la extrañaba, era la única que aguantaba sus ofensivos chistes.

No había muerto, así que, técnicamente, podia volver al cielo. Era algo en que pensaba, pero el seguia débil, no podía ni volar en ese momento. Además, sabía que lo habían tomado por muerto, nadie bajaría a buscarlo y siendo sinceros, Lucifer no lo ayudaría volver.

Quiero decir, lo mantenía aquí, en esta habitación llena de patos. Adán sabía que todo esto era para humillarlo más, al parecer a Lucifer no le basto con la golpiza que le dio en el día del exterminio.

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Mientras los pensamientos llenaban su mente, escucho como la puerta se abría. Rápidamente se levantó, esperaba que fuera Lucifer trayendole algo de comer. Unas ricas costillas no le harian mal... Pero, cuando la puerta se abrió lentamente, una pequeña diablita se asomo.

Espera, ¿no era esa quien lo apuñalo? No sabía su nombre, nunca tuvo interés en saberselo, pero cuando esa pequeña chica se acerco a el, con la mirada más aterradora que Adán haya visto, este no pudo evitar soltar un grito no muy varonil.

En otro lado, específicamente en la sala de estar del hotel, se encontraba Charlie y Lucifer teniendo una conversación no muy interesante. Ahora que Lucifer vivía cerca suyo, se ha acercado mucho a ella o eso ha intentado, no es muy bueno socialmente, de hecho es muy torpe cuando se trata de iniciar una plática, pero lo intentaba.

Los dos escucharon un grito proveniente del segundo. Charlie se sorprendió, menos Lucifer, conocía bien ese grito tan irritante. Ambos corrieron rapidamente a ver que sucedía, viendo la escena de Niffty tratando de acercarse a Adán, mientras que este ultimo trataba de alejarla lanzandole todo lo que tenia en mano.

Lucifer sonrió nerviosamente, aún no le había dicho a su hija que tenia a Adán en el hotel. Hizo contacto visual con ella y, a juzgar por su mirada, no se veia muy contenta que digamos.

Después de separar a Niffty de Adán, Charlie estaba frustrada. Creía en las segundas oportunidades, pero Adán era un idiota por completo.

"Papá, debiste contarme" - Charlie

"Te lo iba a contar... No hoy, pero quizás mañana" -Lucifer

"¿En serio? Se que te dije que todos merecen una segunda oportunidad, me alegra que lo hayas entendido, pero... ¿Adán? ¿En serio?" -Charlie

"Se lo iban a comer los amigos de Alastor... Estaba vivo, no pude dejarlo ahí" -Lucifer

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⏰ Última actualización: Apr 28 ⏰

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Mi media manzana - AppleAdamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora