☆ Sentimientos.

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- Padre... ¿qué haces en mi cuarto -dijo el vampiro algo nervioso-

- Es mi casa, puedo estar donde se me de la gana. Te hice una pregunta, ¿dónde estabas?

Iván se quedó unos segundos pensando en que responder, los nervios lo estaban matando. No podía decir que estuvo con un brujo, probablemente su padre se enojaría, pero tampoco quería mentir.
- Solo salí a volar un rato -tartamudeó Iván. Técnicamente no estaba mintiendo, ese había sido su plan en un principio-

- Jm... -gruñó thanatos algo incredulo- tu comida está sobre la cama, provecho -exclamó con la voz más inexpresiva del mundo, después de esto solo salió de la habitación dejando a su hijo connun sabor amargo en la boca-

Iván se tomó unos minutos para procesar lo que acababa de pasar. -"creo que todo está bien"- pensó el chico.
Después de cenar se acercó hasta una pequeña mesa y sacó de ahí una hoja y una pluma.

"Querido Rodri.
La pasé muy bien el día de hoy, me alegra haber conocido a un chico tan genial e interesante como lo eres vos.
Estaría encantado de invitarte a una salida cuando estés libre. Supongo que conoces el parque de diversiones místico, podríamos ir juntos.
Espero tu respuesta.
Te quiero, amigo.
-Iván"

Terminó de escribir y se acercó hasta una pequeña jaula que tenía en su habitación, allí se encontraba Orus, la lechuza de Iván.
El vampiro enrolló la carta y se la entregó a su mascota para que esta se la llevara a Rodrigo.

Después de unas horas llegó la respuesta de Rodrigo, por supuesto había aceptado.

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Era viernes, día en que Rodrigo e Iván decidieron verse. Se encontraban ya ambos en el parque, más específicamente, el parque de diversiones místico, lugar al cual podía ir cualquier tipo de criatura. Realmente era un lugar bastante feliz, se sentía como si los monstruos fuesen solo uno, sin rivalidad, sin miedo, solo dulce compañía.

- ¡Ivi! -gritó Rodrigo emocionado mientras se acercaba en su escoba-

-¡Rodri! -respondió Iván igual de emocoonado. Pensó unos segundos mientras miraba al castaño. Tomó aire, agarró valentía y le dio un abrazo a su amigo.
Rodri solo pudo corresponder al abrazo mientras sus mejillas se volvían de un tono rosa.-

Rodrigo e Iván se pasaron la tarde jugando. Subieron a la montaña rusa, a la rueda de la fortuna, al carrusel y a los columpios.
Estaban a punto de ir a las tazas giratorias, pero Rodrigo vio un lindo peluche de gato que llamó su atención. Aunque el castaño no dijo nada, el azabache notó que toda su atención había caído en este peluche así que inmediatamente arrastró al chico hacia esta atracción.
Lo único que había que hacer era tumbar algunas botellas con una pelota.

- Un boleto por favor -dijo Iván sjn darle tiempo a Rodrigo de procesar lo que estaba pasando-
El vendedor le entregó tres pelotitas negras y le indicó qué tenía que hacer.
A Iván no le costó nada ganar. En un rápido movimiento derrumbó cada pequeña torre de botellas. El vendedor, sorprendido por la agilidad de Iván le preguntó que premio quería, y por supuesto, el vampiro eligió el peluche de gato.

- Toma Rodri, es para ti -dijo el vampiro mientras le extendía el peluche al castaño-

- ¡¿PARA MÍ?! No te creo. -exclamó el brujo emocionado- ¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS! -decía mientras daba saltitos de felicidad y abrazaba a su gatito, esto le pareció muy tierno a Iván.
En un pestañeo, Rodri se acercó a la mejilla de Iván y plantó un suave beso. -me gusta demasiado Ivi, muchas gracias-

- No hay de q-que -respondió Iván nervioso-

Los chicos siguieron divirtiendose un rato más, solo hasta que el parque cerró decidieron irse a sus casas. Se despidieron con un abrazo y cada uno tomo su camino.

Es cierto que los chicos estaban siendo un poco muy cariñosos para llevar tan poco tiempo de conocerse, pero ellos se transmitían la suficiente confianza para actúar así. Ahora no había día en el que no se escribieran, se la pasaban muy bien juntos, se sentía como si se conocieran de años atrás. Pero no solo era cariño, había algo más, y ambos lo sentían pero ninguno lo entendía aún.

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Iván llegó a casa y se tiró en la cama con Nekros a un lado. No podía parar de pensar en el beso que Rodri dejó en su mejilla. El solo pensar en este chico hacía que sus mejillas se ruborizaran y su corazón acelerara.
Rodrigo no se quedaba atrás, en toda la noche no paró de pensar en Iván, en ese maravilloso día que habían pasado.
-"¿Por qué pasa esto?"- se preguntaban ambos; sin embargo, Iván pareció encontrar la respuesta a esta pregunta esa misma noche.

- Nekros -susurró algo tímido- creo que... creo que me gusta alguien.

...

Amor místico🌙🦇 -Rodrivan-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora