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2010, Hamburgo-Alemania

Caminaba tranquilamente con Bill, ambos íbamos platicando y planeando una cena especial por nuestro tiempo que llevábamos juntos, habían pasado varios meses de lo ocurrido y el miedo se había disminuido, pero claro, siempre estaba alerta constantemente, temía que le hicieran algo a mi hermana.

Todo había mejorado al parecer, Amber y su novia habían estado tan felices, mi madre tenía un trabajo estable y pasaba mas tiempo con nosotras dos, y yo cada que tenía tiempo salía con Bill a pasar el rato.

Edward había dejado de acosarme y cada vez lo veía menos, y Lilith, por su parte, al parecer había conseguido a alguien que la amará, o al menos eso queremos creer Bill y yo.

— Cielo... — Murmuró suavemente mientras acariciaba mi mano.

— ¿Si? — Pregunté mientras me detenía.

— Eres demasiado linda... Tus ojos son tan hermosos.

Me sonrojé levemente ante sus cumplidos mientras que el me sonreía y besaba mi mejilla.

— ¿Quieres ir por un café?, Hace demasiado frío, mira tus manitos, están muy frías.

Asentí feliz mientras que yo caminaba a una cafetería cercana y el me seguía.

Y si, hacia demasiado frío afuera, yo llevaba un abrigo y una bufanda, pero se me habían olvidado mis guantes, justamente en la lavadora. Bill notó eso y se quitó los suyos para darmelos y que yo no tuviera nada de frío, era tan lindo.

Después de mucho tiempo de estar fuera de casa, Bill y yo volvimos a mi casa, mi hermana no se encontraba en casa, suponía que mi madre se la tuvo que haber llevado.

Me senté cómodamente en el sofá mientras que Bill hacía lo mismo, recargandose en mis hombros mientras pasaba sus manos sobre mis muslos.

— Cariño... Estoy muy cansado. — murmuró acercándose a mi oído, lo que me hizo poner mi piel chinita y soltar una leve risa nerviosa.

— Duérmete un ratito si quieres.

El solo asintió y se acomodó en mi pecho para quedarse dormido después de un tiempo.

Poco a poco iba anocheciendo, comencé a sobrepensar las cosas, mi hermana aún no llegaba y me mamá menos, ¿Y si les había pasado algo?

No podía hacer ningún movimiento, pues Bill estaba dormido encima de mi y no quería despertarlo.

esperaba que no fuera algo grave, después de todos estos meses que estuve sufriendo, finalmente había uno en el que sentía que mi vida había dado un rotundo cambio, y quiero decir, me alegra, pero simplemente... tenía miedo de perder algo en lo que había estado esperando por tanto tiempo, para que llegara alguien y me lo arrebatara en un segundo.

me quedé tanto tiempo en mis pensamientos que no me di cuenta cuando Bill finalmente había despertado, él se encontraba mirándome a los ojos, demasiado preocupado al perecer.

— ¿Estas bien, Hanna? —  Lo escuché hablar suavemente, su voz tenía una pisca de preocupación, tenía mi teléfono en su mano, y por lo que pude ver, tenía muchas llamadas perdidas.  

Tome mi teléfono, marque el número y nadie contesto, después marco mi mama, le hable, y en el momento en el que ella respondió, mi corazón se detuvo por unos instantes, no sabía que había pasado, no sabía cómo reaccionar y... no sabía que hacer, simplemente salí corriendo de mi casa, subí a mi auto y maneje lo más rápido que pude a donde me dijo mi madre.

Bill iba a mi lado, el tomaba fuertemente mi mano sin soltarla, decía algo, pero no pude concentrarme en sus palabras, mi mente no reaccionaba en esos momentos. 

finalmente, llegue a mi destino, baje corriendo del auto y fui hacia donde mi hermana, quien estaba tirada en el suelo, sus respiraciones disminuían y Bill llamaba a una ambulancia, no pude ver a donde fue mi madre, simplemente escuche un disparo, me desmaye.

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— Hanna... — Escuche una voz suave y débil a mi lado, lentamente abrí mis ojos, y tal vez hubiera querido no hacerlo.

Bill me sostenía en sus brazos, el perdía demasiada sangre, no, mucha sangre, podía escuchar los latidos de su corazón como iban disminuyendo, me levante rápidamente del suelo para que ahora yo lo cargara en mis brazos.

me quite mi suéter y lo coloque en su herida, intentando disminuir el sangrado, sentí como sus suaves y cálidas manos se posaban sobre mis mejillas frías, llenas de lágrimas.

— Ella se llevó a tu hermana... no pude detenerla, perdóname... 

— No digas eso, no es tu culpa... —  seguí presionando más y más. 

— No vale la pena intentarlo, no hay nada que puedas hacer... — Murmuro, su mano helada fue a mi mano que sostenía el suéter ensangrentado, intentando detener mis acciones.}

saque mi teléfono como pude y llame a la ambulancia, no podía perder tiempo, no cuando el amor de mi vida estaba dando sus últimas respiraciones.

— Perdóname... no pude detener a tu mamá y ella se la llevó, no pude hacer nada.

— No te culpes, corazón... ya no hables, ya viene en camino la ambulancia, por favor resiste... 

— Tienes los ojos más hermosos que he visto... — El pronuncio mientras tomaba mi mejilla y limpiaba mis lágrimas.

—No pude salvar a mi hermana y ahora tú, no pude salvarlos... todo es mi culpa, ojalá nunca me hubieras conocido. — cerré mis ojos con fuerza, agarraba más y más a Bill, tenía miedo de perderlo y que jamás volviera a mí.

Loa latidos de Bill disminuían, podía sentir como su mano que se encontraba en mi mejilla se enfriaba, y cuando menos lo espere, el dejo de respirar, perdió mucha sangre y los sonidos de la ambulancia apenas se hacían presentes.

Ojalá hubieran llegado antes, y tal vez el amor de mi vida seguiría con vida...




















𝓘 𝓵𝓸𝓼𝓽 𝔂𝓸𝓾 𓍯 ִֶָ ִ ࣪𖤐 ┋ Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora