𝕸𝖊𝖒𝖔𝖗𝖎𝖆 𝕯𝖊 𝖀𝖓 𝕬𝖒𝖔𝖗; 𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳

➳ 𝐒𝐮𝐞𝐧̃𝐨𝐬 𝐑𝐨𝐭𝐨𝐬

𝑻𝒊𝒆𝒎𝒑𝒐 𝑨𝒄𝒕𝒖𝒂𝒍
𝑷𝒆𝒓𝒑𝒆𝒄𝒕𝒊𝒗𝒂 𝒅𝒆 𝑨𝒔𝒉𝒍𝒆𝒆

Abrí los ojos con pesadez, sintiendo cada parte de mi cuerpo adolorida. El olor a sudor combinado con alcohol me provocó náuseas. La noche anterior había sido una completa mierda. ¿Qué día no era una mierda para mí?.

Con un suspiro cansado, aparté las sábanas y me senté en la orilla de la cama. La cabeza me punzaba, había bebido demasiado. No mencionaba la droga y los cigarrillos que me fumé. Esas porquerías me ayudaban a manejar mis horas de trabajo con mayor facilidad.

Durante mis años de adolescencia, soñaba con un futuro prometedor, en el que estudiaría medicina y viviría en una de las mejores zonas de Washington. Pero esos planes se vieron afectados con el accidente de mi madre.

Busqué mi ropa por la habitación después de vomitar hasta que la garganta me ardió. Me sentía terrible, no había comido ni dormido bien. Estaba cansada de la comida rápida, no era la primera vez que me intoxicaba y acababa con fiebre.

Tomé un baño de agua caliente, quería quitarme el repugnante olor de mi cuerpo antes de regresar a casa. Mis padres creían que trabajaba en el turno nocturno de una farmacia. Aunque ya tenían sus sospechas de que les mentía.

¿Pero cómo podría decirles que su hija se había sumergido en el mundo de la prostitución para no terminar en la calle? Era su mayor orgullo, ambos estaban agradecidos conmigo debido a mis contribuciones en el hogar. No quería que me vieran con asco, eso jamás.

Una sonrisa pequeña se formó en mi rostro al ver el automóvil estacionado frente al motel. Era un lugar familiar para mí y no me enorgullecía. Mi mejor amigo siempre me recogía a primera hora del día.

—Luces del culo—Como siempre, fue sincero. No era ningún secreto que estuviera en desacuerdo con mi trabajo. Casi siempre le sacaba el Jesús de la boca con los clientes que me topaba.—Ashlee...

—Sabes que mi respuesta será no, Georg—Cerré la puerta con fuerza, Detestaba escuchar la misma pregunta todos los días.—La última vez que intenté buscar un trabajo normal, terminé pidiéndote un préstamo para pagar las facturas. El trabajó de mi padre apenas cubre los gastos básicos de mi casa.

—Te lo he dicho millones de veces, no me importa prestarte dinero con tal de que dejes de acostarte con tipos drogados y borrachos. ¡La última vez te topaste con un maniático que intentó golpearte!—Encendió el vehículo, con una mueca de irritación.—Tuve que actuar por mi cuenta porque sé que no me escucharás y seguirás haciendo lo que quieras.

—¿A qué te refieres?—Alcé una ceja, observando como sacaba una tarjeta blanca de sus bolsillos.

—¿Recuerdas al hombre que me ayudó a conseguir empleó en esa empresa de primer nivel?—Asentí mientras tomaba la tarjeta, en donde se encontraba un número telefónico con tinta de impresora.—Pues me buscó ayer por la noche. Al parecer, la gerente de marketing necesita ayuda con urgencia. Su hijo mayor se ha encargado de correr a los empleados que pisan su hogar, el niñato engreído tiene un carácter difícil de tratar—Relamió sus labios, con una expresión divertida. Ambos compartíamos un mismo pensamiento con los niños de papis ricos.—La pobre mujer está buscando a una empleada de limpieza que la ayude con las tareas básicas. Su otro hijo, y el único funcional, es un jodido irresponsable que ni siquiera trabaja.