➳ 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐨𝐬 𝐑𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨𝐬

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𝑷𝒆𝒓𝒑𝒆𝒄𝒕𝒊𝒗𝒂 𝒅𝒆 𝑨𝒔𝒉𝒍𝒆𝒆

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𝑷𝒆𝒓𝒑𝒆𝒄𝒕𝒊𝒗𝒂 𝒅𝒆 𝑨𝒔𝒉𝒍𝒆𝒆



—Cariño, ¿quieres hablar?.

Desvié la mirada de mi plato de comida y me encontré con los ojos de mi madre. Mis pensamientos estaban en otro lugar, ni siquiera había probado los fideos. Para qué negarlo, mi alimentación no era la mejor. Últimamente, las drogas me cerraban el estómago y el apetito era inexistente.

Mi madre tomó mi mano al notar mi silencio y me regaló una dulce sonrisa que fue suficiente para tranquilizarme. Dudé al principio, pero luego decidí abrirme con ella. Necesitaba desahogarme con alguien.

—Es... es sobre él—Murmuré, sintiendo como las palabras se deslizaban de mis labios con esfuerzo.—Becca sabe que Tom regresó y quiere hacer lo posible para ganarse el cariño de su familia... dice que aún lo ama.

—¿Y qué opinas sobre eso?—Se mostró atenta a mis reacciones. Mi madre sabía que estaba enamorada de Tom desde mis quince años, así que no podía mentirle en lo absoluto. Terminaría descubriendome.

—Que es patético, mamá. Tom siempre se quejaba de ella, de sus peleas y sus infidelidades. Becca solía buscarlo después de tener sexo con alguno de sus mejores amigos, ¿acaso crees que lo llegó a amar? Por supuesto que no—Intenté evitar las palabras indebidas. Ya habíamos peleado anteriormente por mi vocabulario poco sutil.—Y lo peor es que él ni siquiera puede recordarlo... no puede recordarme a mí.

—Hija, sé que ese chico te gusta desde que entraste a la preparatoria... pero no quiero que ocurra lo mismo que esa noche. Su abuelo puede tomar cartas en el asunto si se lo propone. Ambas sabemos que nunca le caíste bien—Sus ojos se llenaron de miedo, un miedo que solo aparecía cuando mencionábamos a ese hombre.—Mis palabras no cambiarán tus sentimientos por Tom, y lo entiendo. Solo quiero que tengas cuidado... también con Becca.

—Te he dicho millones de veces que no es una mala amiga—Me levanté de la mesa y tomé los platos. Mamá me observó con una expresión intranquila, mi mejor amiga nunca le agradó.

—Sí tú lo dices...—Ambas nos quedamos calladas, el ambiente se sentía tenso. Estaba cansada y solo quería dormir antes de irme al burdel.—Deberías de invitar a cenar un día a Tom, siempre me cayó bien... al igual que Gus.

Gustav fue el único chico en la preparatoria que se enteró de mi romance prohibido con su mejor amigo. Gracias a él, Bianca jamás descubrió que me escapaba con su novio durante las horas libres.

Extrañaba muchas cosas de Gustav, en especialmente sus bromas de mal gusto y el sonido de su risa. Podría haber millones de personas malas en el mundo, pero él nunca fue una de ellas. Realmente no merecía morir, no cuando su vida apenas comenzaba.

Mi atención se desvío hacia la puerta al escuchar los golpes livianos en la misma. Mi padre aún estaba en el trabajo, así que supuse que se trataba del señor de la renta o quizás de algún vecino que quería quejarse como siempre.

𝕸𝖊𝖒𝖔𝖗𝖎𝖆 𝕯𝖊 𝖀𝖓 𝕬𝖒𝖔𝖗; 𝐓𝐨𝐦 𝐊𝐚𝐮𝐥𝐢𝐭𝐳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora