(Perspectiva de Samuel).
No daba crédito a lo que mis ojos me estaban mostrando en este mismo instante. Empezaba a creer que se trataba de un hermoso sueño, un simple escenario creado por mi cerebro y que desaparecería en cuánto mi madre me llamara en la mañana. Creía que ya me había vuelto loco y que seguramente ya estaba internado en un manicomio. Sin embargo, sí esto era una ilusión esperaba que jamás se terminara.Dicen que hay personas que son felices al vivir en la ignorancia, que prefieren desconocer la verdad y sonreír por lo maravillosa que es la vida. Por otra parte, están aquellos individuos que prefieren sinceridad antes de vivir engañados. Durante toda mi vida he deseado pertenecer al segundo grupo.
¿De qué sirve ser felices a causa de un espejismo? Sonreír impulsado por una mentira y vivir rodeado de personas que te juzgan por ser un idiota lleno de ilusiones sin sentido.
En este momento me río cínicamente cuando me doy cuenta, que nada me haría más feliz que el creer que Willy se recuperará del trauma psicológico en este mismo instante.
Ojalá estuviera en un sueño del que jamás pudiera salir o internado en un manicomio mientras imagino hechos inexistentes.
Todo eso sería mejor que la realidad.
Una realidad en la que la persona más importante de mi vida, el chico que amo, mi amigo, mi compañero y mi mejor amigo está postrado en una cama hace meses. Una realidad en la que existen seres humanos horribles que son capaces de robarle a un simple muchacho y atreverse a tomar su cuerpo por varias horas sin su consentimiento; un suceso que acabó por completo con la cordura y ganas de vivir de una persona. El sólo imaginar a cinco hombres agarrando con fuerza a un simple muchacho y quitándole su dignidad, me hace querer morirme.
No me imagino el dolor que sintió Guillermo en ese momento. Cómo con el paso de los minutos sus gritos se fueron disminuyendo a causa del esfuerzo, sus lágrimas se iban agotando por la resignación y su alma se iba destruyendo. Intento no pensar en las risas crueles y la burla de esos imbéciles. Sí los tuviera en mis manos los mataría a cada uno de ellos. No me importaría ir a la cárcel sí sé que ellos pagaron sus actos. Después de todo ellos se encargaron de dejar muerto en vida a mi Willy.
Tal vez no me dolería tanto, sí las últimas palabras que me dirigiste antes de irme a ese horrible viaje, no hubieran estado plagadas de desprecio. Recuerdo cada una de las palabras que expresaste y la última frase que pronunciaste antes de cerrarme la puerta de la habitación en la cara:
-"Te odio Vegetta, Lárgate y déjame solo".
Luego de eso me fui al aeropuerto y me convencí de que cuando regresara todo se solucionaría.
Fui un completo estúpido.
No quise hacer caso de la angustia que empecé a sentir a medida que pasaban las horas en el avión; ignoré la falta de aire y esas ganas de tomar un paracaídas y bajarme lo más pronto posible para acudir a tus brazos. Creía que era solamente producto de mi imaginación y que estaba siendo paranoico.
Me quise morir cuando recibí la llamada de la policía contándome la tragedia; pero nada se compara con las lágrimas que derramé cuando te vi en esa cama.
No eran tus ojos brillantes. No era tu expresión de felicidad al verme. No eras tú el que se encontraba ahí. Eran simplemente los restos de lo que un día fue Guillermo Díaz.
Era un cuerpo sin alma, un simple conjunto de órganos que funcionaban independientemente y que se encargaban de mantenerte con vida.
Una vida vacía, carente de risas, de ganas de continuar y llena de nostalgia.
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ESPERANZA (WIGETTA TWO-SHOT).
Fanfiction¿Qué ocurre sí un día Guillermo sufre un trauma tan grande que le impide ser consiente del mundo exterior? ¿Qué pasaría sí Samuel se culpa por ello y no puede evitar hundirse con él? Sin embargo, por ahí dicen que la esperanza es lo último que se p...