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El reloj en la pared ya marcaban las seis en punto, marcando la hora exacta en la que sus manos tomaron ese incomodo y apretado corbatin para luego colocarlo en el cuello de su camisa, acomodando así el apretado conjunto que consiste en; una camisa blanca de mangas largas hasta las muñecas, con un chaleco apretado que delineaba a la perfección una cintura delgada y esbelta, acompañada por un pantalón del mismo color, señido a sus largas y delgadas piernas, asiendo que resalte su parte trasera.

-¡Hey Megumi!, Ya es tu turno, en el piso dos.-Hablo sonriente Itadori vestido de igual forma que el, mientras tomaba asiento en uno de los sillones de los vestidores.-Yo trabajo en el primer piso como bartender, así que estaremos alejados.

-¿No estaré en el mismo piso que tu?. - Pregunto megumi.

-No, quise convencer al señor Ryuri, pero dijo que no-Hablo triste mientras echa a su cabeza así atrás.- Pero la parte buena es que es el piso más exclusivo del lugar por decir asi, lo que significa que habrán buenas propinas. --Dijo viendo la cara del pelinegro que aunque no le dijera algo significativo podía leer su expresión- No te desanimes ya conocerás el lugar, y te aseguro que te adaptaras rápido.

La sonrisa que le dió del peli rosa hizo que a megumi se le subiera un poco el ánimo, es cierto, el era una persona capaz a la cual nada ni nadie podía detener cuando algo se le cruza va por la cabeza, así que esto sería fácil de realizar.

-Bien, me voy.

Tomando el pasillo derecho iba pensando en el camino como pudo embarcarse en esto.

Gracias al cielo pudo llegar a tiempo, claro unos diez minutos tarde tal vez pero eso no fue gran impedimento para conseguir el trabajo. Megumi se esperaba un fuerte regaño e incluso que ni siquiera le dejarán entrar por la impuntualidad, pero al azar del destino conoció a su jefe de una manera rara ya que corriendo para llegar a la oficina del último piso choco con un hombre de pelo celeste, soltaba una aura coqueta y despreocupada, y su rostro era algo sonriente muy sonriente para su gusto pero de igual forma fue muy amable de su parte el dejar presentarse y darle el trabajo a pesar de su impuntualidad.

Estando ahí le explicaron que el bar no era un lugar común y corriente, y bueno hace unos minutos notó eso. Mientras recorre los pasillos para conocer mejor el lugar se topo no con una ni con dos parejas del mismo sexo, si no que muchas, mejor dicho casi todas eran del mismo género y no era que le extrañe o le cause algún problema Pero solo no era como algunos clubes que havia visitado y cuando le pidio un tipo de explicacion a Itadori el solo dijo "Este es un lugar lleno de libertinaje, mayor mente para personas que no pueden divertirse alla afuera, en resumen es un estilo de bar gay disfrazado de establecimiento lujoso para gente fina".

En su camino aquí vio también hacer muchas cosas que no cree que sean muy legales, de hecho a nadie le sorprendería que haya alguna orgía en alguna de las habitaciónes.

<<Tsss, gran mierda la que me tocó. Dios yo no fui el que provocó la segunda guerra mundial, ¿por qué me haces pasar por cosas así?>>

Aun que no podía negar que sentía algo de envidia a esas personas que besaban con pasión a su pareja mientras sus manos recorrían al otro.

<<Si tan solo ella siguiera a mi lado no tendría que estar pasando por todo esto seguramente->>

-Fijate por dónde caminas.- a perdón Señorito Megumi-Hablo el de cabellos largos y celestes ofreciéndole una sonrisa.-Lo ciento no quise ser grosero. ¿Te dijo tu amigo que hoy nos atenderas verdad?

-Eso creo-La incomodidad del pelinegro salió a flote mientras el brazo Ryuri se posaba en su ombro.

-Siendo así te acompaño ha-

Propuesta De Trabajo【Sukuna X Megumi】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora