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Era su primer día en ese bar, a Michael le mareaban los olores fuertes, pero si se sentaban lo suficientemente lejos de los borrachos se sentía soportable, el único tipo de alcohol que aguantaba el olor y sabor era el vino, aunque no le gustaba mucho

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Era su primer día en ese bar, a Michael le mareaban los olores fuertes, pero si se sentaban lo suficientemente lejos de los borrachos se sentía soportable, el único tipo de alcohol que aguantaba el olor y sabor era el vino, aunque no le gustaba mucho.
Tenía una sonrisa dibujada en la cara mientras hablaba con sus amigos y hermana, riéndo y diciendo estupideces que solo le darían risa a ellos y a una persona con problemas mentales.
Sus ojos vagaban por los alrededores, por la pura curiosidad de ver el lugar y sus alrededores, solo para sentirse más cómodo, cuando sus ojos cayeron en alguien.
Un chico sentado en una mesa, cabello marrón claro y ojos marrón obscuro, pecas en sus mejillas y unas cuantas vagando por su barbilla y nariz, un arete con forma de estrella colgando de su oreja derecha y una pequeña sonrisa, al parecer lo estaba mirando fijamente, y eso le daba un poco de miedo.
Ignoró la mirada del chico clavada en el y siguió hablando con sus amigos, ocasionalmente dirigiéndole miradas, para encontrarse con que este seguía mirándolo, parecía que algo en el le había llamado la atención... Pero demasiado.
Después de un par de horas se levantaron, listos para irse, miró al niño rápidamente para notar que él también estaba de pie, era alto, tal vez 10 centímetros más alto.
Antes de poder salir escucharon pasos apresurados por detrás, el chico los alcanzó, pero al Michael voltearse lo único que pudo sentir fué náuseas. El chico olía demasiado a alcohol.
Antes de que este pudiera hablar Michael no pudo aguantar sus ganas de vomitar, antes de que el chico pudiera hablar salió corriendo de aquél bar, metiéndose a un callejón para sacar todo lo que tenía dentro (literalmente).
Sintiéndose mareado y apenado por haber prácticamente corrido del chico por su olor volvió, sus mejillas teñidas de un rosa por su vergüenza, cuando volvió corriendo se encontró a sus amigos esperándolo en la puerta, pero no rastro del otro chico.
Miró a sus amigos con curiosidad.

- ¿Dónde está?

- Se fué. - Respondieron sus amigos al unísono, dando una risa

- Y al parecer tu reacción lo deprimió un poco.

Todos sabían que hablaba del chico que había querido hablarle, sus mejillas se pusieron aún más rojas de la vergüenza. Quizás podría volver mañana y encontrarselo de nuevo... ¿Pero qué pensaba? Si ni siquiera conocía a ese chico, ¿Por qué quería volver y pedirle perdón? A demás de que su olor era asqueroso, si quería hablar con el, tenía que encontrarlo sobrio.
Sacudió la cabeza para salir de esos pensamientos, quizás volvería mañana, quizás no, ni siquiera el lo sabía.

Sacudió la cabeza para salir de esos pensamientos, quizás volvería mañana, quizás no, ni siquiera el lo sabía

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;; YO SOY JOTO, YO SOY JOTO, YO SOY JOTO, YO SOY JOTO

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⏰ Última actualización: Apr 29 ⏰

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𝘈𝘭 𝘖𝘵𝘳𝘰 𝘓𝘢𝘥𝘰 𝘋𝘦 𝘓𝘢 𝘊𝘢𝘯𝘵𝘪𝘯𝘢.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora