19. Abril.

42 4 0
                                    

Para todos aquellos valientes que con coraje, escuchan atentamente a su corazón y siguen su llamado, desplegando con delicadeza los preciosos matices de sus sentimientos ante aquellos que aún no han descubierto la plenitud de sus propios corazones.



Voy por un camino solitario
y él sigue otro rumbo,
el recuerdo de aquella noche de abril,
cuando confesaste tu amor por mí, me atormenta.

Me pregunto en la oscuridad
de mis noches solitarias
si esos sentimientos aún perduran en ti
como lo hacen en mí, o si se han desvanecido
en el frío de la distancia y el tiempo.

El dolor de la incertidumbre me consume, preguntándome si alguna vez volveré a sentir el calor de tus palabras en mi corazón roto.

En la madrugada del 30 de abril, a las 3:39 a.m., permití que el latido de mi corazón guiara mi pluma y así te dediqué palabras impregnadas de amor.


30 de abril
3:39 a.m.

En la calma de la noche seguí mi corazón,
enfrenté mi miedo sin clamor.
Abrí mi corazon, dejé fluir la emoción y te escribí palabras de amor, sinceras y sin condición.

Cada letra era un latido, una súplica del alma,
Un reflejo de los sentimientos en mi pecho.
Te confesé mi amor sin reservas ni temor,
En la oscuridad de la noche se hizo eterno este ardor.

Con cada palabra mi corazón latía más fuerte,
Como una melodía en la noche, resonaba mi querer.
En la quietud de la madrugada te entregué mi ser,
Con la esperanza de que algún día puedas comprender.

Desnudé mi alma sin miedo, sin ningún temor,
Y aunque el silencio sea la única respuesta,
Sé que en mi corazón tu recuerdo será siempre una presencia.


A las 18:07, con el alma anhelante, aguardé con fervor tu respuesta a las palabras que con profundo sentimiento te envié desde el más recóndito rincón de mi corazón. Sin embargo, solo encontré el vacío de la espera, envuelto en el silencio que dejaste tras de el.


18:07 p.m.

Llegué a casa feliz por ver tu respuesta,
Pero en mi bandeja vacía hallé la afrenta.
Tu ausencia marcaba cada espacio vacío,
Y en mi pecho un suspiro, un dolor tardío.

Dormí hasta olvidarme de ti, de tu ausencia,
Cerré los ojos buscando en la noche una esencia.
El tiempo pasaba, pero tú no aparecías,
Y en mis sueños tu rostro se desvanecía.

¿Cómo olvidarte si estás en cada latido?
¿Cómo dejar de amarte si eres mi sentido?
Pero la mañana llegó y tú aún no estabas,
Solo tu silencio como un muro de palabras.

Así que dormí hasta olvidarme de ti,
Hasta que el sol despertó y tú seguías lejos.
En la realidad busco tu respuesta, tu presencia,
Pero solo encuentro el silencio, una cruel carencia.

Jennie
Pensamientos de medianoche.

Midnight ThoughtsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora