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—Ah

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—Ah... Lisa, mi amor. Tienes esa ropa toda manchada de pintura—expresó Chitthip, viendo a su hija con cariño—. ¿Estás segura de que quieres ir así a la casa de tu amiga, la que te va a dar tutorías de Literatura? ¿Cómo es qué se llama?

La pelinegra ladeó la cabeza.

—A mí me gusta, mami—respondió Lisa, viendo su suéter color negro que tenía un bonito estampado del dinosaurio de Google cuando se iba el internet, con algunas manchas de pintura en las mangas y en el dobladillo de el suéter—. Y se llama Jennie, pero me gusta decirle Nini—explicó la pelinegra, haciendo una línea con sus labios.

Chitthip sonrió ante la respuesta de Lisa, encontrando adorable su confianza en su propio estilo.

—Entiendo, cariño. Si te sientes cómoda así, entonces está bien. Solo asegúrate de llevar una muda de ropa limpia contigo por si acaso, ¿de acuerdo? —aconsejó Chitthip con ternura, preocupada por el bienestar de su hija.

Lisa asintió con una sonrisa, agradeciendo el consejo de su madre.

—Sí, mamá. Tengo una muda de ropa en mi mochila, por si acaso—informó la pelinegra, la cual recibió un beso en su frente por parte de su mamá.

Cerró los ojos instintivamente ante el contacto.

—¿Sabes nena?—preguntó Chitthip con voz azucarada—. Te tengo un regalo, ¿Recuerdas esos bolígrafos de colores pasteles que vimos el otro día en la tienda, los que venían con ese libro de colorear?

Lisa abrió los ojos con sorpresa y emoción al escuchar sobre el regalo que su madre le tenía preparado.

—¡Sí, mamá! ¡Los recuerdo! ¿De verdad los compraste? —preguntó Lisa, emocionada ante la posibilidad de tener esos bolígrafos de colores pasteles que tanto le habían llamado la atención en la tienda.

Chitthip asintió con una sonrisa, disfrutando de la emoción de su hija.

—¡Sí, cariño! Los compré pensando en ti. Sé cuánto te gustan esos colores y cómo disfrutas pintando y dibujando. Así que pensé que sería un buen regalo para ti —explicó Chitthip con cariño, acariciando suavemente el cabello de Lisa—. ¿Te gustaría verlos?

Los ojos de Lisa brillaron con alegría ante la perspectiva de ver los bolígrafos de colores pasteles.

—¡Sí, sí, sí! ¡Quiero verlos! ¡Por favor, mami! —exclamó Lisa emocionada, sin poder contener su entusiasmo.

Chitthip sonrió ante la reacción de Lisa y rápidamente fue a buscar el regalo que había preparado para su hija. Regresó momentos después con una caja envuelta en papel de regalo colorido y se la entregó a Lisa con una amplia sonrisa.

—¡Aquí están, cariño! ¡Espero que te gusten! —dijo Chitthip con alegría mientras Lisa abría emocionadamente la caja para revelar los bolígrafos de colores pasteles que tanto había deseado.

Bad Grammar- Jenlisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora