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Bella exploró la habitación con detenimiento, posando su atención en la estantería llena de libros. Un suspiro de anhelo escapó de sus labios al descubrir "Mujercitas" entre ellos, un libro que había estado deseando leer desde hacía mucho tiempo.

Tom la observó con curiosidad, tentado a usar legilimancia por unos instantes, pero la chica parecía protegida por escudos mentales, lo que lo llevó a preguntarse si ella también poseía habilidades mágicas.

"Isabella Swan", llamó Tom la atención de repente, haciendo que Bella lo mirara sorprendida.

"¿Sabes qué es la magia?" preguntó Tom.

"¿Qué?" respondió Bella confundida.

"Nada, olvídalo. Puedes tomar el libro", dijo Tom, ofreciéndole el libro con una sonrisa.

"¿En serio? ¡Gracias!" exclamó Bella con alegría, tomando el libro con entusiasmo y comenzando a hojearlo.

"Solo cuida las páginas, no es mío", advirtió Tom con una sonrisa.

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Tom sintió un suave pinchazo en la mejilla, una sensación que solo una persona lograba despertar en él.

Un dedo se deslizó por sus labios, acariciándolos antes de ser besados.

"Rey, despierta", dijo una voz.

"Hola, Lau", respondió Tom, reconociendo la voz de Lauren.

"Te ves muy guapo durmiendo. Pero prometiste que iríamos a La Push, nene", lo recordó Lauren con una sonrisa.

"¿Me dejas cambiarme?", pidió Tom.

"Claro, bonito", respondió Lauren con ternura antes de salir de la habitación.

Caminaron juntos hacia la playa en la Reserva, tomados de la mano.

"Oye amor, los chicos invitaron a tu hermana, no te enojes ¿vale?", dijo Lauren mientras caminaban.

"No me importa", respondió Tom.

Al llegar donde estaban los chicos, Lauren saludó a todos como de costumbre, mientras Tom simplemente les dedicaba un asentimiento como saludo.

Se sentaron juntos en la arena, y Lauren se acomodó entre las piernas de Tom.

"Quita esa cara, por favor", le susurró.

"Lo siento, ¿si te doy un beso puedo arreglar mi expresión?", propuso Tom con una sonrisa.

Lauren respondió con un beso juguetón.

"Vamos al agua", sugirió Tom.

"No resistes el frío", bromeó Lauren.

"Entonces caliéntame, quiero hacer cosas contigo", dijo Tom con picardía.

"A plena luz del día, con tus amigos mirando", respondió Lauren con una sonrisa traviesa.

"No mirarán, y últimamente ni tu madre ni mis padres nos dejan solos en casa", argumentó Tom.

"Tienes razón, en mis tiempos se esperaba hasta el matrimonio", bromeó Lauren.

"Tus tiempos son los míos, hermosa", dijo Tom con una sonrisa, acercándose para besarla nuevamente.

Tom Riddle... No, Swan |CrepúsculoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora