XI

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—Me gustas—Jennie se quedó con la mano en la manilla de la puerta—y es por eso que iré al psicólogo, no quiero que me veas sufrir.

Jennie bajó la mano y acercó su oreja a la puerta para escuchar con claridad la respuesta de Danielle. Tenía que aceptar a su hija, si no lo hacía, la echaría inmediatamente de la casa. No permitiría que otra persona le hiciera daño a su hija. Se quedó ahí unos minutos, muchos minutos y no escuchó nada.

Se alejó cuando le comenzó a doler la espalda. Caminó hacia las escaleras, soltó un suspiro y luego un grito diciéndoles que estaba lista la cena. Caminó con pasos fuertes y luego tocó la puerta. No quería encontrarlas en un momento incómodo, como cuando su madre la pilló con el padre de Haerin. En solo recordarlo le da escalofríos. Al no recibir respuesta ni otro tipo de sonido, abrió la puerta.

Se las encontró tan solo durmiendo. Abrazada. Muy abrazadas. Haerin tenía la cara bajo el cuello de Danielle En el pecho. Jennie sonrió por eso, parecía una copia joven de su relación con Rosé. Disfrutó levemente el amor de las menores mientras recordaba los mejores momentos con Rosé ¿Cómo podría estar tan jodidamente enamorada de esa mujer? Antes de comenzar a llorar, agarró las mantas y tiró de ellas para despertarlas.

—La cena está lista—les dijo y caminó para irse. Se dio vuelta solo para soltar un chiste, pero vio que Danielle le daba un corto a su hija antes de levantarse. Hizo que no las vio y siguió diciendo que no debían de saltarse una comida y menos cuando era la única comida del día de Haerin.

"Rosé no me creerá si le digo que su hija es igual de inocente que la mía" pensó mientras servía la comida.

Ambas menores se encontraban sonrojadas. Jennie miró la hora en su celular, necesitaba que Rosé llegara para así dejar de sentirse el mal tercio. Ambas menores comían en silencio, pero las miradas y las sonrisas ¿Así se veía cuando era joven? No. Nunca fue así de tierna con el padre de Haerin, por eso la tuvo tan joven.

Agarró un gran pedazo de comida y mientras mordía comenzó a insular a Rosé en su mente. En cada segundo la odiaba más ¿Por qué no estaba ahí para hacer de buena madre y bromear con su hija? O al menos que llegara para contarle todo. Agarró su celular para mandarle un insulto y se encontró con un mensaje de ella.

"¿Puedes abrirme la puerta?" Era de hace 10 minutos "Perdí las llaves"

"No." Le respondió.

Se levantó de la mesa. Haerin dejó de sonreír por verla rabiar. Danielle también la miró y ambas se levantaron para ver de lejos el porqué estaba así. Haerin esperaba que no fuera por su culpa y Danielle ya se imaginaba que era la culpa de su madre.

Jennie abrió la puerta y se encontró con Rosé sentada en el suelo. Jennie gruñó al verla y sin siquiera saludarla, le agarró de la oreja para que entrara de una vez. Rosé entró con la cabeza agachada por el tirón y saludó con una sonrisa a las menores.

Danielle tragó saliva al ver eso y luego miró a Haerin ¿A su edad serían iguales? Se sobó la oreja mientras seguía a Haerin al comedor. Ambas se sentaron y siguieron comiendo en silencio. Sus madres se encontraban discutiendo, pero ninguna estaba enojada de verdad. Danielle ya se había acostumbrado a ese tipo de peleas. Parecía que nada de esa pareja era tomado en serio. No podía entender a los adultos.

Sacó su celular al sentirlo vibrar. Se encontró con una gran cantidad de mensajes de Hanni preguntándole de como estaba Haerin y si es que estaban ya saliendo. Miró a Haerin y soltó un suspiro. Ya se confesaron, se abrazaron y se dieron un beso ¿Ya estaban saliendo? ¿Ya podía decir oficialmente que es la novia de Haerin? Le respondió un corto "Está bien" y volvió a guardar el celular.

Al poco tiempo el celular de Haerin comenzó a vibrar. Sin dejar de mirar a su madre pelear con su pareja, sacó el celular, lo desbloqueó. Se sonrojó levemente al pensar si así se vería con Danielle cuando sean mayores. Le agradaba la idea de discutir estupideces, porque eso es lo que hacían las mayores, estaban discutiendo sobre la telenovela que veían juntas. Miró el celular y se encontró con más de cien mensajes de Hyein. Rio por eso y se acercó a Danielle para mostrárselo.

—Está preguntando si estamos saliendo—le susurró solo para que ella escuchara. Danielle la miró reír, ella soltó una risa nerviosa ¿Estaban saliendo? Miró como Haerin escribía un "Sí." Y su corazón se aceleró.

Jennie le dio un codazo a Rosé, le apuntó con la mirada a las menores. Ella las miró por un tiempo. Ambas mirando el celular de Danielle con las mejillas sonrojadas, Haerin tenía una sonrisa completamente pura mientras reía de las estupideces de Hyein.

—Se volvieron cercanas—susurró Rosé, feliz de que Haerin se estaba soltando. Ella ya sabia que no tardaría en hacerlo. Podría ser la persona más tímida que a conocido, pero eso no le sacaba lo habladora que podría ser en su hogar. Jennie le dio un golpe en la nuca.

—Mira mejor—le susurró.

Rosé entrecerró los ojos, buscando algo más entre Danielle y Haerin. Ambas estaban con el uniforme, estaban mirando el celular, estaban cerca, muy cerca, sonrojada ¿Qué estaban mirando en el celular? Haerin se puso a teclear en el celular, lo hacía rápido y Danielle afirmaba con la cabeza ¿Estaban hablando con alguien que alguien de las dos le gusta? Danielle le quitó el celular a Haerin y comenzó a escribir. Haerin soltó una risa alta y golpeó el hombro de Danielle. Esta última miró con orgullo el celular y se lo devolvió a Haerin que no podia dejar de reir.

—Están saliendo—susurró Jennie.

—¿Quiénes?—Jennie soltó un suspiro. 

Rosé podría ser una persona muy inteligente en el trabajo, pero afuera de ahí era una completa estúpida. No podía creer que estuviera saliendo con ella ¿Cómo es que lo lograron si Rosé nunca se daba cuenta de las cosas? La respuesta era bastante simple. Jennie hizo todos los movimientos, por eso no se sorprendía que Haerin fuera la primera en confesarse. Eso estaba en sus genes.

—Nuestras hijas.

Rosé las miró y todo cambió. Eran tan obvias que entendió el porqué Jennie le había golpeado. Se tapó la boca de la sorpresa, no lo veía venir ¿Sus hijas tenían los mismos gustos en mujeres? Lo encontraba tan raro que le dio escalofríos.

—¿Desde cuándo?

—Desde hace un par de horas, escuché todo.

Haerin se levantó de la mesa y sin dejar de mirar el celular se fue hacia su habitación. Danielle la siguió por detrás. Sus madres sintieron un escalofrío. Eran una copia exacta de ellas. Se miraron por unos minutos. Ninguna hablaba, no sabían qué palabras usar. Se dejaron de ver cuando escucharon la puerta de la habitación de arriba suyo cerrarse con pestillo. Ya era muy tarde, pensó Rosé. Ya no iban a poder separarlas por un buen tiempo y debía de rechazar la propuesta de trabajo en el extranjero.

—Esto es incómodo—susurró Rosé.

—Sí... ¿Quieres ir al cine?

—Suena idea fantástica—Ambas se levantaron y, dejando los platos sobre la mesa, salieron lo más rápido de la casa. Dejando a sus hijas la privacidad que se merecían.

Haerin apagó la luz y se acostó al lado de Danielle. Se puso entre sus brazos y miró el computador que estaba sobre las piernas de la mayor. Le habían contado todo a Hyein (y a Hanni, ya que se notaba que estaban juntas) y luego de enviar muchos emoticones de emoción, les dijo que deberían de ir a tener una cita inmediatamente.

No podían salir así de la nada, no querían que sus madres sospecharan, por lo que le propuso a Danielle ver una película en su habitación. Danielle eligió la película, una romántica que siempre ha querido ver. El celular volvió a vibrar y mientras la película iniciaba, lo desbloqueó y se sonrojó completamente al ver un mensaje de su madre.

"Recuerda cortarte las uñas" bloqueó rápidamente el celular y notó que Haerin también lo había visto. Ambas se acomodaron e hicieron lo posible para concentrarse en la película que no lograron terminar, ya que ambas se quedaron dormidas. 




La segunda parte, llamada Attetion, ya está en mi perfil ;)

Super Shy [Daerin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora