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A pesar de mis intentos por resistir, me dejo llevar por la pasión que arde entre nosotros. Carlos me sigue besando con un deseo ardiente mientras me lleva hacia la cama, sus manos explorando cada centímetro de mi piel con una urgencia palpable.

Entre besos apasionados, Carlos me susurra palabras sucias y posesivas que desatan un torbellino de emociones dentro de mí. "Eres mía", murmura entre jadeos, mientras su lengua experta traza un camino de fuego por mi piel. "Nadie más puede tenerte como yo".

Cada palabra provoca una oleada de placer que me sumerge aún más en la vorágine del deseo. Mis manos se aferran a las sábanas mientras me entrego por completo a la pasión desenfrenada que nos consume.

Cuando sus labios encuentran mi intimidad, un gemido ahogado escapa de mis labios, y me siento abrumada por las sensaciones abrumadoras que me embargan. Carlos continúa con destreza, cuidando mi vientre abultado con ternura mientras me lleva al borde del éxtasis una vez más.

-Mmm... te amo- murmura entre lamidas, su voz cargada de sinceridad y pasión. -Nunca te dejaré, Hanna. Eres todo para mí-

Sus palabras me conmueven profundamente, y siento un nudo en la garganta mientras me entrego por completo al placer que él me ofrece. Cada movimiento es una declaración de amor, cada embestida una promesa de lealtad eterna.

Cuando finalmente me penetra, lo hace con cuidado, con una ternura que me estremece hasta lo más profundo de mi ser. 

-Eres mi todo-, susurra entre susurros, su voz llena de emoción contenida. -Y no dejaré que nada ni nadie nos separe-

Entre gemidos y susurros, me encuentro enredada en la pasión desenfrenada que nos consume. -Oh, Carlos...-, murmuro entre jadeos, mi voz cargada de anhelo y deseo.

Él me responde con un gruñido gutural, su ritmo aumentando gradualmente mientras nos entregamos por completo al éxtasis compartido. 

-Eres mía, Hanna-, murmura entre dientes, sus palabras cargadas de posesión y deseo. -Nunca te dejaré ir-

Cada embestida es un recordatorio de la intensidad de nuestra conexión, de la fuerza imparable que nos une. 

-Sí, sí...-, gimo en respuesta, incapaz de contener el torrente de emociones que me embarga.

Carlos continúa con un frenesí controlado, cada movimiento calculado para llevarnos a nuevos niveles de placer. gruñe, su voz llena de un deseo abrasador. 

-Te follaré hasta que ya no puedas más-

A pesar del éxtasis que nos envuelve, una voz en mi interior me recuerda la presencia del bebé que llevamos en mi vientre abultado. 

-Carlos...- susurro entre gemidos, mis manos aferrándose a él con desesperación y ternura al mismo tiempo.

Él detiene sus movimientos por un instante, su mirada se encuentra con la mía, y puedo ver la preocupación mezclada con el deseo en sus ojos oscuros. 

-¿Estás bien?-, pregunta con voz suave, su mano acariciando con ternura mi rostro.

Asiento con un suspiro, mi corazón latiendo con fuerza contra mi pecho mientras me dejo llevar por la ola de emociones que me embarga. 

-Sí, estoy bien-, respondo con voz temblorosa, una sonrisa temblorosa curvando mis labios.

Con un cuidado exquisito, Carlos reanuda sus movimientos, esta vez más despacio, más gentil. Cada embestida es una caricia, un susurro de amor y pasión que me envuelve por completo

-Eres tan hermosa-, murmura entre jadeos, su aliento cálido rozando mi piel sensible.

-Oh, Carlos...-, gimo, mis manos aferrándose a él con fuerza mientras me sumerjo en el placer abrumador que nos consume. Cada movimiento es una sinfonía de sensaciones, una melodía de éxtasis y deseo que nos lleva a nuevas alturas de placer.

Memory - Carlos Sainz-+18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora