Prologo

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Los pasos resonaban con un eco frío y metálico en el interminable pasillo. Un hombre de traje oscuro y cabello canoso avanzaba con paso firme, seguido por cuatro acompañantes: dos guardias armados y una pareja vestida elegantemente. Las luces del pasillo se encendían automáticamente a su paso, iluminando la oscuridad y revelando fragmentos de una silenciosa discusión cada vez más cercana. El hombre de traje oscuro mantenía una expresión imponente e indescifrable, como si el peso del mundo descansara sobre sus hombros.

—¿Qué haremos cuando los suministros se agoten? El lado norte del muro ya está sumido en la pobreza.

—Podríamos acelerar la extracción en las minas subterráneas, así aumentaremos el comercio.

—Eso es demasiado esfuerzo. El norte no merece tantos recursos; su producción es errática y no contribuyen casi nada a Néxar.

El hombre de traje elegante se detuvo frente a un par de imponentes puertas de madera. Los guardias se posicionaron afuera y él abrió las puertas de par en par con fuerza, imponiendo un silencio absoluto en la sala. Los tres hombres dentro, vestidos con trajes caros, se levantaron de golpe, visiblemente nerviosos.

—Señor...

—Caballeros —dijo el recién llegado, tomando una copa de vino de una mesa cercana y observando su contenido con indiferencia.

El hombre más obeso tomó la iniciativa de hablar.

—Señor, lo estábamos esperando. Néxar está en peligro...

El hombre canoso lo interrumpió, caminando hacia un gran ventanal que ofrecía una vista panorámica de la ciudad. La cual mostraba una urbe vibrante, con sus luces parpadeantes y estructuras imponentes.

—Néxar nació como un segundo Edén, una creación de los antiguos para preservar la humanidad. Construyeron la ciudad amurallada más grande del planeta, o al menos de lo que queda de él. Creyeron que se salvarían dentro de estas murallas... — Pausó un momento, dejando que a todos en la sala expectantes —Pero la verdad es que crearon algo mucho mayor que eso. Crearon un monstruo, señores.

Los hombres se miraron entre sí, desconcertados. El más alto intentó acercarse, pero la mujer pelirroja se interpuso con una mirada de advertencia.

—¿Qué tiene que ver eso con lo que está ocurriendo? —preguntó desde su lugar.

—Absolutamente todo, señor Wilson. Ahora, cuéntenme qué han planeado para solucionar el problema.

El hombre más bajo tomó la palabra.

—Señor, con todo respeto, esperábamos que usted nos diera una solución. Si la gente de Néxar se entera de esto...

—La gente de Néxar nunca se enterará de esto, señor Marlowe. Somos nosotros quienes tenemos el control. Y para que quede claro, sus cabezas están en juego.

El miedo se reflejaba en los ojos de los hombres.

—No tiene que recordarnos lo que ya sabemos —dijo Aslen— Solo le pido que nos mantenga lejos del ojo público Usted sabe que no solo nuestras  cabezas caerán. La suya será la primera.

El hombre canoso lo miró con desdén y  sonrió burlonamente.

—Se equivoca, Aslen. Solo hay una persona en este mundo capaz de controlar Néxar, y soy yo.

Wilson tomó la palabra.

—¿Qué tiene en mente? Sé que tiene un plan. Usted es el único que puede resolver esto.

El hombre de traje sonrió orgulloso y volvió a mirar la ciudad.

—Un juego, señores.

Todos fruncieron el ceño.

—Que sea el Vortex quien decida. Este año tendremos la edición más importante de la historia de Néxar. Claudia —llamó a su asistente.

La mujer pelirroja dio un paso al frente.

—Dígame, señor.

—Prepara todo y anuncia a los medios de Néxar que el Vortex abre sus puertas al infierno otro año más.

La sala quedó en un inquietante silencio. Incluso Claudia miró al hombre con incredulidad.

—Señor... ¿Está seguro de que el Vortex...

—Yo controlo cada rincón de Néxar. Si alguien intenta esconderse, necesitará más que amenazas para evitar que le corte la cabeza. Y el Vortex es el único baño de sangre que el pueblo disfruta ver. Hagamos de este año algo inolvidable.

—Si piensa que el Vortex será la solución, no creo que sea lo ideal —comentó Aslen con temor.

—Millones en esta ciudad sueñan con cambiar su vida y vivir en distritos de clase alta. El Vortex puede ser un infierno, pero les da la oportunidad de cumplir sus sueños. Triplicaremos el premio este año. Será la mejor edición de todas.

El silencio expectante volvió a apoderarse de la sala. El hombre de traje dejó su copa y salió del salón, seguido por Claudia y el otro hombre. Los guardias retomaron su posición.

—Señor, confío en que esto salga bien —comentó Claudia con semblante impenetrable.

—Saldrá perfecto —sonrió a medio lado.

—¿De qué tamaño será la recompensa, señor? —preguntó el hombre con curiosidad.

El hombre de traje se detuvo y observó la ciudad con una mirada llena de ansias de sangre.

—De un tamaño al que no podrán resistirse.

VORTEX:Juegos Mortales ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora