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—Vete —dijo entre dientes sin siquiera mírarlo.

—Missa, cariño — Antoni levantó su mano para tocarlo.

Missa levantó antes la suya y puso en su cuello el borde de la navaja de afeitar.

—¡LÁRGATE ANTONI!— grito y no le importó que el filo dejara una leve línea roja.

El beta solo cerro los ojos un minuto y se dio media vuelta.

— Dejaré que tú mente se calme y después hablamos, todavía tienes mucho que explicar— salió dando un portazo a al puerta del baño.

Missa apagó la ducha rápidamente y corrió a la puerta cerrando la con el seguro por dentro.

No faltaría mucho para que su madre entrará a hacerle un escándalo y sabiendo que su cuarto ya no tenía privacidad de antes prefería estar así, al menos hasta que su madre se aburriera de gritar.

Tomo la toalla, la enredó en su cadera y se deslizó por la puerta hasta quedar sentado en el piso. Se llevó las manos a su cabeza y suspiro. ¿ En que se había convertido su vida?. Todo se había salido de control y lo que más le molestaba es que la piel aún le picaba en los lugares que Philza había tocado o besando. No podía negar que se sentía mejor mil veces que cuando Antoni lo acariciaba. No se imaginaba como sería si tuviera acceso a todo su cuerpo, a tocarlo con libertad. El solo pensamiento le hizo estremecer y sacudió la cabeza intentando quitar esos pensamientos de su mente.

Efectivamente tres minutos después de que Antoni dejará su casa los golpes en la madera y los gritos de su madre se hicieron oír. Y por el volumen, de seguro todo el vecindario se enteraría. A estas alturas que se deradara su imagen más de lo que ya estaba le valía un pito.

La debió haber escuchado por más de diez minutos, no se callaba y los golpes eran constantes, hasta que desistió y rato después salió de la casa, no sin antes romper más de un objeto en su paso.

Si las cosas seguían así su vida sería un suplicio. Tenía que salir de ahí lo antes posible. Se puso de pie para salir, cuando su estómago volvió a dar problemas, terminando en el inodoro vaciando solo líquido. Para rematar estaba enfermo.

Con esfuerzo salió del baño y abrió el armario para buscar la maleta cuando miro la hora y recordó que día era .

Maldijo entre dientes, su bolso se había quedado en la oficina y no tenía forma de contactar a nadie.

Suspiro , su mejilla dolía, tenía que hacer algo con eso, no podía andar por toda la empresa con una marca morada en su rostro. Agarró el maquillaje que siempre tenía en caso de emergencia para ojeras y oculto el moretón lo más que pudo.

Tomo dinero y sus zapatos y salió a hurtadillas por la parte trasera de la casa.

Su madre lo estaría esperando en la sala y no estaba para ella en ese momento.

Llego en 15 minutos y ya su gente lo esperaba en la puerta.

—¿ Que ocurre?—

— Director Missa, lo sentimos no hemos terminado —

Missa se sintió culpable, gran parte del trabajo recaía en el y al estar ausente obviamente se Iván a retrasar.

—Ustedes tranquilos , ya llegó su vaquero, tenemos hasta las 9 pm para presentar lo planificado — camino hacia la entrada siendo seguido por ellos — ensillen los caballos, preparen los rifles señores, que ya llegó el cuatrero más alocado del oeste — dijo de forma chistosa para aligerar el ambiente tenso que había. — Vamos a demostrar nuevamente que con nosotros no hay potro que pueda —

I'm not yours Philza [Deathduo - Luckity]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora