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-Vamos, pide por tu mami.

Las lágrimas rodaban por sus mejillas, los sollozos le raspaba la garganta por más que solo surgen respiraciones extrañas.

Quería gritar con todas sus fuerzas, desde hace mucho tiempo quería gritar, pero como siempre ningún sonido salía de su boca.

-¿Qué pasa cerdita?¿Si sabes que nadie va a escucharte, verdad?

Tiraron de sus cabellos para que alzara el rostro, aunque evitó liberarse solo lograba que le jalaran más el cabello.

Solo provocó risas de las chicas, las burlas nunca eran suficientes para ellas, y ahora las que implican golpes parecen más divertidas en especial porque ChaeWon a pesar de todo no hacía ningún ruido, las tres competian por quién podría hacerla gritar primero pero obviamente, nunca pasaba.

Su cuerpo fue tirado hacia abajo, pero su estómago fue golpeado por una rodilla duramente, sacando todo el aire de sus pulmones, dejándola hecha bolita en el suelo del baño.

Sus tres dolores de cabeza prosiguieron con revisar su mochila, buscando dinero, comida o cualquier cosa que fuera de su interés.

ChaeWon no sabía por qué esas chicas la comenzaron a molestar, ella nunca había hecho nada malo, pensó que tal vez si no hubiera seguido el consejo de Sakura de hablar con la directora sobre lo que había pasado en la clase de gimnasia eso no hubiera pasado.

A parte de no hablar, ChaeWon no tenía nada malo, a parte de no ser tan delgada, ser la protegida de la directora, ella no tenía nada malo.

Bien, quizás sí tenía algo malo.

Chaewon comenzó a pensar que todo en ella era malo.

Concentrado en mirar al suelo, ChaeWon intentaba pasar por los pasillos. tratando de ser más fuerte que los empujones, que los codazos. Apenas llevaba seis meses en el colegio, y ya comenzaba a odiar todo, y a odiarse a sí misma

En Seúl iba a una escuela con chicos como ella, quizás no eran todos mudos, quizás algunos incluso hablaban de más, quizás había gente que estaba mucho peor que ella, pero con ellos se sentía cómoda, ellos estaban tan mal como ella.

No entendía cuando su médico le dijo que ir a una escuela para "chicos normales" iba a ser bueno para ella, porque no era normal, y no iba a poder encajar.

Esas chicas eran crueles, malas, la golpeaban en el baño, robaban su dinero o su almuerzo, dejaban pegamento en su silla, los que habían tirado una botella de refresco en su mochila, y habían metido su ropa en el inodoro luego de una clase de gimnasia.

No hablaban con ella y si lo hacían era para decirle cosas feas, la apartaban de todos lados y sólo la hacían sentir como una miseria, ni siquiera volvió a contarle a la directora lo que sucedía, descubrió que solita empeoraba las cosas.

Love me, mute (adaptación SSamkkura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora