Capítulo 17

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El inicio de la semana traía consigo nuevos problemas. Primero, iniciaban los exámenes de nivelación, para los cuales, no se sentía del todo preparado; segundo, Pomfrey a lo largo de ese día estaría avisando a sus padres y a los profesores sobre su afinidad con Harry Potter, y, tercero, Mattheo había vuelto y era mucho más posesivo y territorial.

Como todos los lunes, Draco tenía clases de pociones. Así que se levantó temprano para poder arreglarse con tiempo, sin apuros, sin embargo, los problemas llegaron en el momento en que salió de su habitación. Apenas salió, se encontró con Mattheo y la conversación no se alargó más de cinco minutos porque ya estaban discutiendo debido a que Mattheo no quería que él se acercará a Potter. Draco intentaba explicar que era algo inevitable, eran compañeros en pociones, que él no lo pidió, pero Riddle no hacía caso de sus palabras y solo se quejaba y lo culpaba.

A Draco no le era difícil comprender los celos de Riddle, principalmente porque, aunque Mattheo no lo supiera, tenía mil y un razones para sentirse así. Por ello mismo, Draco deseaba poder acabar con aquella situación lo más pronto posible, pero el cariño, la nostalgia y la preocupación lo tiraban para atrás cada vez que pensaba en terminar con él. Era algo que tenía decidido, sí, pero también fue una decisión que tomó suponiendo cosas de Mattheo que resultaron erróneas.

Al llegar al aula de pociones sentía su cabeza a mil y un revoltijo horrible en el estómago. No sabía como ver a Harry a la cara sin sentir vergüenza de sí mismo. Se sentó en su lugar clavando la mirada en el caldero. Mattheo lo miraba con intención, su mensaje era claro: "No te atrevas a hablar con Potter". Draco sacó el libro de pociones de su mochila y se puso a repasar la preparación de todas las pociones que había hecho hasta ese momento. Su examen de nivelación de pociones iniciaría apenas Snape entrara.

No le faltó levantar la mirada para saber que Harry había entrado al aula, podría distinguir su aroma a kilómetros de distancia. Aferró con fuerza las manos al libro y se obligó a sí mismo a no mostrar imperturbabilidad. Harry se sentó junto a él, su estómago se revolvió más. Serían las dos horas más complicadas de su vida.

—Puedo intuir que nada está saliendo como pensabas, ¿verdad?— susurró Harry cruzando los brazos.

Draco lo vio de reojo. Harry estaba cruzando miradas con Mattheo, quien si pudiera los asesinaría con ella.

—Algo así... Mattheo me sorprendió...— dijo sin mover mucho sus labios y tapándose ligeramente con el borde del libro.

Harry asintió, suspiró, volteó los ojos y lo volvió a ver.

—Se va a enterar tarde o temprano.

—Lo sé. Se lo diré y terminaré con él.

—No creo que lo hagas.

Draco alzó la mirada y la clavó en el contrario, sorprendido.

—¿Por qué no lo haría?

—Vas a perder más de lo que quieres si terminas con él.

Draco apretó la mandíbula. Debía acostumbrarse a que Harry tuviera una muy buena idea de lo que sentía y pensaba, al fin y al cabo, había estado dentro de su cabeza. Volteó la mirada a Mattheo, los seguía viendo.

—Mattheo no es mala persona.

Harry rio.

—No lo definiría así.

Draco rodó los ojos.

—Solo es así contigo y tu grupo.

—Y con cualquiera que no cumpla sus estándares— dijo, despectivo.

I wanna bewitch you [Harco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora