𝘤𝘪𝘯𝘤𝘰

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Minho ya no se sentía tan seguro de lo que hacía, al menos no como antes. Él sabía, bueno, él presentía en su pequeño corazón que había hecho sentir mal a Hyunjin por algo y no quería eso. Minho deseaba que Hyunjin fuera feliz, no quería que terminara corriéndolo de su casa o dejando de darle los besos y mimitos que tanto le gustaban. También quería seguir durmiendo en su cama. Oh sí, adoraba la cama de Hyunjin, pero por sobre todo, le gustaba acostarse sobre este y escuchar los latidos de su corazón. Por otro lado, el rubio olía muy bonito y eso se sentía bien, porque al olfatear a Hyunjin todo su cuerpo se relajaba, eso era bueno y se sentía correcto. O cuando Hyunjin lo besaba, definitivamente los besos y cariños del mayor eran la parte favorita de entre todas las nuevas experiencias de Minho. Y él no quería acabar con eso por sus metidas de pata.

Por su pequeña mente pasaron tantas imágenes de Hyunjin echándolo de la casa, quizás su amigo Changbin le había dicho algo como que Minho era feo o que tenía piojos. Él no tenía piojos, lo sabía porque además de vivir en la calle por un tiempo, cuidaba mucho sus cabellos ondeantes, ya eran el único bonito que se encontraba en su forma anormal. O tal vez... Tal vez Hyunjin ya no lo quería por ser diferente. Lo diferente es raro, lo raro es feo y lo feo no le gusta a nadie, así lo entendía Minho.

😿


Una vez Changbin se fue de la casa, quedaron solo Hyunjin su gatito en el sofá. Hyunjin estaba algo sorprendido porque Minho no había querido sentarse en sus piernas cuando lo llamó, siendo que desde el día anterior era lo que más hacía, tampoco le Había sonreído en todo el tiempo que Changbin estaba ahí, pero eso no era lo importante, seguro fue causado por lo mismo, por la presencia de alguien que simplemente no era de la confianza del pequeño niño y por ello se sentía un poco incómodo. Cuando él al fin se sentó en el sofá y con la casa completamente sola, jaló con cuidado a Minho del brazo y lo sentó a horcajadas sobre sus piernas, logrando que el gatito lo mire algo confundido, hasta que Hyunjin atrapó sus labios en un profundo beso al cual el menor no dudo ni dos segundos en correspondencia.

Minho amaba con locura a Hyunjin, simplemente por salvarlo y mimarlo, pero Hyunjin era extraño y la mente del minino no logró comprender la mayoría de acciones de su dueño. ¿Entonces Hyunjin no estaba enojado? Porque ahora lo besaba, y lo estaba haciendo muy bien. Minho dejó libre a su cola para menearse y sus orejas sacudirse debido a los estremecimientos de todo su cuerpo. La lengua de Hyunjin se movía ya de manera experta por toda su cavidad bocal, por cada rincón de esta, escuchando sus pequeños jadeos, sintiendo las vibraciones de su cuerpo y, si se atrevía a entreabrir los ojos, podía observar con claridad el temblar de las cejas del pequeño. Tan hermoso, tan precioso, tan malditamente sexy y frágil.

⏤Ñam ⏤un pequeño maullido salió de los labios de Minho una vez colocó una de sus manos en el pecho de Hyunjin, alejándolo un poco para poder respirar. Las mejillas del minino estaban rojas, ni siquiera rosadas, simplemente rojas, mientras este tenía la punta de la lengua fuera y jadeaba ante la mirada llena de lujuria de Hyunjin. Minho ya sentía su entrepierna molestándolo de nuevo y sabía y comprendía, por los ojos ahora café oscuro del contrario, que esta vez esto sería diferente que todas las otras veces.

No alcanzó a respirar por demasiado tiempo porque antes de siquiera esperarlo, ya Hyunjin volvió a cazar sus labios con hambre y el felino se derritió por completo, dejándose llevar.

⏤Respira por la nariz, amor ⏤le dijo el más alto cuándo se separó únicamente para mordisquear su labio inferior y tras un asentimiento de este, lo besó otra vez, dejando que sus manos bajen hasta el pequeño y duro trasero de Minho, acercándolo más a su cuerpo.

•𝘕𝘦𝘬𝘰 𝘤𝘰𝘳𝘱𝘰𝘳𝘢𝘵𝘪𝘰𝘯 ʰʸᵘⁿʰᵒDonde viven las historias. Descúbrelo ahora