PROLOGO

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En un día rutinario como cualquier otro, Renjiro recorría el trayecto de regreso a su apartamento luego de una jornada agotadora de estudios. Sus padres se encontraban fuera de la ciudad por motivos laborales, dejándolo solo, una situación que se había vuelto común debido a sus compromisos académicos. Sin embargo, debido a la falta de ingresos suficientes, se vio obligado a trasladarse a un apartamento más modesto en lugar de quedarse en la comodidad de su hogar familiar.

Al llegar frente a la puerta de su departamento, entreabrió los párpados mientras bostezaba, sintiendo el peso del cansancio acumulado durante el día.

• Renjiro: ¡Vaya día tan agotador y monótono - murmuró para sí mismo en un tono cargado de fatiga -

• Renjiro: ¡Vaya día tan agotador y monótono - murmuró para sí mismo en un tono cargado de fatiga -

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Al abrir la puerta, una luz que no recordaba haber dejado encendida iluminaba el espacio interior. Renjiro frunció el ceño, examinando su entorno con detenimiento, confundido por la situación.

Avanzó unos pasos hacia el interior, cerrando la puerta tras de sí. Sin embargo, su acción fue interrumpida por la presencia de un hombre mayor que emergió de la cocina. El individuo destacaba por su cabello azul celeste, un abrigo que lo envolvía y una expresión serena y madura en su rostro.

La repentina aparición dejó a Renjiro desconcertado, sus sentidos alerta ante la presencia de un extraño en su hogar.

• Renjiro: ¿Quién eres tú? - balbuceó Renjiro, señalando al hombre con un dedo tembloroso -

El hombre lo observó con una sonrisa tranquila, como si estuviera esperando este encuentro desde hace tiempo.

• Hombre: Finalmente has llegado. He estado esperándote todo el día - comentó con calma, desestimando el tono de alarma de Renjiro -

Confundido y desconfiado, Renjiro evaluó sus opciones, preguntándose si aquel hombre era un intruso o quizás alguien conocido cuya identidad escapaba de su memoria.

Exploró el entorno con la mirada en busca de algún objeto que pudiera utilizar como defensa, pero no encontró nada a su alcance, lo que aumentó su sensación de vulnerabilidad ante el intruso desconocido.

El hombre, con una calma aparente, se acomodó en el sofá de la sala y fijó su mirada en Renjiro con una intensidad que resultaba perturbadora.

El hombre, con una calma aparente, se acomodó en el sofá de la sala y fijó su mirada en Renjiro con una intensidad que resultaba perturbadora

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SOMBRAS DE PODER - 権力の影Donde viven las historias. Descúbrelo ahora