Tiempos Oscuros, Verdades Reveladas

Capìtulo 2

Capítulo 2

Sirius.

Había sido un torbellino, escuchar sus gritos, los gritos de Severus de vuelta, ambos gritándose... las bocas unidas en un beso violento y desesperado, para que este se rompiera de nueva cuenta a los gritos de ambos, hasta que al fin pudo quemar ese maldito papel, que quería separarlo de su esposo para siempre, ya había pasado 12 años en Azkaban, no pensaba volver a pasar otro día sin su Severus.

Así que luego de una larga, larga, larga plática, donde tuvo que aceptar que su esposo le hiciera Legeremancia para que confiara en él otra vez, una mierda saber que a ese punto había llegado la confianza de su esposo, muchas gracias. Logró que al menos dejara el asunto del divorcio y que tenía una aventura con Monny, pero, un punto vital de todo lo que se habían gritado había sido el funeral de su pequeña estrella, de su hijo; eso sí que no había podido arreglarlo, le costó bastante, que al menos Severus aceptara – a medias – que se preocupaba por Harry, pero aún no podía perdonar a James y realmente dudaba que alguna vez lo perdonará, pero al menos prometió intentar dejar de ver a James como Harry.

Así que ahora se encontraba apunto de convencer a su esposo de hacer lo que deseo hacer desde que salió de Azkaban, cuando oye que las puertas se abrieron y su esposo lo volteo a mirar como diciendo "Te lo dije".

— Pads, volvimos, si intentaste hacer algo que no deberías, súbete los pantalones porque estamos por entrar

— Todos tenemos nuestra ropa puesta, Lupin

— Por favor, no digan esas cosas, o vomitare y no será agradable — rogó Harry entrando a la habitación y respirando aliviado al ver que ambos solo estaban sentados uno al lado del otro.

— ¡Entonces todo está bien ahora! ¿No es genial?

— ¿Todo está bien? ¡Black imbécil! ¡Nada está bien! ¡La rata bastarda de Pettigrew está suelto, donde solo Merlín sabe dónde y lo más importante de todo! ¡Sigues siendo un prófugo! Así que ahora yo tendré que ir a arreglar esto

— ¿Puede arreglarlo? No quiero ofender, profesor Snape, pero... Usted no fue de mucha ayuda teniendo en cuenta lo que le dijo al ministro cuando capturaron a Sirius — soltó sin pensarlo de forma agria Harry, claro que tuvo que mirar a su ahijado de forma de regaño para que no saliera peor.

— Si bueno Potter, tú y tus amigos tampoco fueron de ayuda, al gritar como los Gryffindor sin cerebro que son, mientras olvidaban el enorme hombre lobo que los atacó y que obviamente un Ministro o Ministerio no les creería a 3 niños traumatizados que habían visto a un preso, habían sido atacados por un hombre lobo y por dementores, además del hecho de que Fudge es un inepto lame batas que jamás resuelve nada, así que deja que yo hable y arregle este desastre

— Espera Severus, ¿De verdad puedes hacer algo? No estoy diciendo que dudes de tus habilidades... es solo que... Es un prófugo y todo eso, ya sabes

— Lupin, no quiero ofenderte, pero soy un miembro respetable de la comunidad mágica, profesor de Hogwarts, último varón de la familia Prince, aun siendo mestizo además de que soy el consorte de Lord Black y como él está prófugo, soy la cabeza de la larga y muy estimada familia Black, ahora, Potter, sé que tienes preguntas, sé que Lupin te contó cosas pero, esto no te concierne, lo que haya pasado, paso, o pasara, no necesitas esta información, mejor deberías ir a descansar, los Weasley vendrán aquí mañana temprano, y madrugaras pasado mañana para ese horrible deporte que te gusta, Sirius irá contigo en su forma animaga, yo hablare con el inepto de nuestro ministro y si no hace nada tendré que hablar con la desagradable de Rita Skeeter

— ¿Quién?

— Es una periodista Harry, una mujer desagradable, es quien escribe en el diario el Profeta, y otros — le explico con calma a su ahijado mientras suspiraba, sabía que había muchas cosas que Remus iba a querer saber apenas Harry se fuera a dormir, pero era algo obvio que su esposo no quería hablar de nada de eso.