15 de septiembre de 2019:
Tal vez algún día con mis hermanas podamos ser felices y sin ningún problema, pero con Mauro viviendo con nosotras es muy complicado.
Hoy es mi primer día de clase, y como casi todas las mañanas, Mauro estaba borracho y gritando.
—Quiero mi dinero, Jessica.
—No es tu dinero, papá, es mío y no te voy a dar nada—dijo mi hermana cansada.
—Soy tu padre y te di todo mal agradecida—siguió a Jess a la cocina—. Tú no me quieres dar nada porque estás criando a esta bastarda que ni siquiera es de la familia—me apuntó cuando pasé por su lado.
Mauro siempre me odia porque yo no soy hija, me odia porque fui producto de una de las aventuras de mi madre cuando ellos estuvieron separados. Jessica y Naomi sí eran sus hijas pero aún así él no era un buen padre con ellas.
—Hola, Mauro, veo que hoy estás mejor que nunca—dije con sarcasmo.
Él odiaba que yo le hablara pero cuando le hablaba con sarcasmo peor.
—Cierra la boca, mocosa, no te metas en conversaciones de familia.
—Estás de muy mal humor hoy. ¿Qué pasó? ¿Te echaron del bar y no te quieren vender más alcohol?—me miro furioso.
—Oli, ve a seguir preparándote que vas a llegar tarde el primer día—dijo Jess interrumpiendo lo que él iba a decir—. Y llévate algo para desayunar en el camino.
—Y no me quieres dar dinero a mi que soy tu familia y a ella sí—se quejó Mauro.
—Y Nao te va a pasar a buscar hasta que aprendas cómo venir de la escuela a casa—siguió Jess ignorándolo.
—Está bien, gracias, Jess.
Mientras subía a buscar mi mochila a mi habitación escuché lo que Mauro decía sobre mí.
—Esa mocosa se cree mucho, tiene que comportarse mejor si no la echaré de mi casa.
—¡No es tu casa, es de Jess!— grité desde el piso de arriba para que me escuchara—. ¡Tú solo eres el tutor legal hasta que cumpla la mayoría de edad! . Y no falta mucho para eso, así que tú tendrías que comportarte bien con ella para que no te eche de la casa.
—¡Cierra la boca, bastarda de mierda!
—¡Papá!—gritó Jess.
—¡Ese insulto es nuevo, me gusta!—grité mientras reía.
—¡Olivia!—gritó otra vez Jess.
Entré a mi habitación y seguí preparándome hasta que Jessica entró mientras ponía mis cosas en la mochila.
—Hola—se sentó en mi cama—. Perdón por lo que pasó abajo, solo tenemos que aguantar un poco más y él nunca más va a volver a tratarte así.
Mauro era nuestro tutor legal, nuestros abuelos le habían dejado a Jessica una casa en Málaga. Cuando mamá murió hace dos años se empezaron a acumular muchas deudas y nos hipotecaron la casa que teníamos en Madrid. Tuvimos que venir a vivirnos aquí cuando Jess reclamó esta casa, que era lo único que nos quedaba, y nos la dieron con la condición de que Mauro se haga cargo de los bienes hasta que Jess tenga la mayoría de edad.
Jess nos prometió a Naomi y a mí que cuando cumpliera la mayoría de edad, les reclamaría a los abogados para que le den la casa, así podrá echar a Mauro y nos dejaría en paz una vez por todas.
—No tienes que disculparme tú, Jess, no es tu culpa que él sea un idiota.
—Lo sé pero no me gusta que te trate así.
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Tal vez algún día
Teen FictionOlivia y Dante están enamorados hace mucho tiempo. Pero siempre por una cosa y otra nunca pueden estar juntos. ¿Será que no hay suficiente amor? ¿O será que uno de ellos no está dispuesto a estar con el otro realmente? ¿Será que no son el uno para...