v e i n t i t r é s

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-No puedo creer que estoy despertando así otra vez, creí que estaba soñando-sonreí abrazándome con fuerza al torso desnudo de Justin, intentando impregnarme por completo del olor que destila su piel naturalmente, y es que de verdad se siente como un sueño, todavía anoche parecía todo tan irreal, hicimos el amor dos veces, y después hablamos sobre nosotros, sobre Audrey, sobre qué el quiere que no perdamos tiempo y quiere que vivamos con el, sobre muchas cosas más, fue la noche más mágica y perfecta

-No es ningún sueño, y de ahora en adelante será nuestra realidad por qué no pienso dejarte ir nunca más-acarició mi brazo y después besó mi frente repetidamente

-Buenos días, por cierto-sonreí alzando mi rostro para poder mirarlo

-Buenos días, excelentes días-respondió besando mis labios cortamente, la mañana comenzó muy bien, nos dimos una ducha, juntos, nos alistamos y ahora estamos terminando de desayunar para así ir por Audrey, Justin muere de ganas por verla, y yo también, ya quiero ver su carita cuando le demos la noticia. Todo estaba perfecto, cuando de pronto el timbre de la casa de Justin comienza a sonar repetidamente seguido de toques desesperados en la puerta

-¿Quien será tocando así?-fruncí el ceño

-No lo sé, tú espera aquí-me miró, asentí no muy convencida y lo vi abrir aún así yendo detrás de él

-¿Ya estarás feliz no es así?, ¡Increíble!, sabía que te encontraría aquí-dijo Dago furioso

-¿Qué estás haciendo aquí?-pregunté con algo de molestia

-Te busqué toda la maldita tarde y noche hasta dar con la casa de este imbécil, ¿Ya estás feliz por habérmela quitado?-miró a Justin con desprecio

-No tienes ningún derecho a estar aquí, vete de mi casa-dijo Justin poniéndose en medio de nosotros

-Me la robaste, todo este tiempo te metiste entre nosotros, y tú.-se giró hacia mi.-Eres una cualquiera, el mismo día que se suponía te casarías conmigo viniste a revolcarte con el, que se metió con tantas, eres una fácil.-apretó los dientes

-No te permito que le vuelvas a hablar de esa manera, lárgate de mi casa ahora mismo y déjala en paz, ella no te ama, me ama a mi y eso es algo que vas a tener que aceptar, además, no digas que te la robé, no pude robar algo que nunca fue tuyo-gruñó Justin girándolo bruscamente hacia el, lo único que sucedió fue que Dago lo golpeó, un puñetazo en su rostro provocando que se girara ligeramente escupiendo sangre

-No te permito que le vuelvas a hablar de esa manera, lárgate de mi casa ahora mismo y déjala en paz, ella no te ama, me ama a mi y eso es algo que vas a tener que aceptar, además, no digas que te la robé, no pude robar algo que nunca fue tuyo-gru...

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-Justin...-intenté tocarlo pero fue demasiado tarde, Justin se abalanzó sobre el y comenzaron a golpearse entre los dos, yo no se que hacer, me siento en shock, nunca había presenciado algo así.-¡Justin basta!.-grité provocando que el se detenga y suelte a Dago que ya está demasiado golpeado en el piso

-Espero que con esto te quede claro que no te debes meter conmigo, ni con la mujer que amo y mucho menos con mi hija, así que lárgate y déjanos en paz-lo miró con desprecio y entramos a la casa

-¿Estás bien?-pregunté una vez dentro

-El quedó peor-bufé limpiando la sangre de mi labio

-No me agrada para nada lo qué pasó, pero, gracias por defenderme, ahora vengo, traeré el botiquín que voy a curarte-dije acariciando su mejilla, rápido fui por el pequeño botiquín y regresé para curar sus heridas

-No voy a permitir jamás que nadie te haga daño.-la miré a los ojos.-Auch.-me quejé sintiendo ardor por el contacto del alcohol

-¿Te lastimé?-preguntó preocupada

-Bésame, por favor, solo bésame, necesito comprobar que no es un sueño que te tengo aquí, bésame por favor-susurré, ella dejó el algodón y se acercó a mi acunando mi rostro en sus manos y después, me besó, lentamente, suave y cuidadosa, un beso que me está derritiendo por dentro, Dios mío cuánto extrañaba esto, rodeo su cintura al estar de pie entre mis piernas y la pegó más a mi sin dejar de besarnos

-Te amo-susurró sobre mis labios

-Te amo-correspondí pegándola aún más a mi, mis manos bajaron a su trasero envuelto en su pantalón

-No seas travieso-rió sobre mis labios, aproveché su risa para besar su cuello y sentir su piel erizarse

-Me encantas-susurré en el lóbulo de su oreja

-Tú a mi más, pero tenemos que ir por Audrey-dijo tiernamente subiendo y bajando sus manos por mi pecho, pero a la vez con una chispa en su mirada

-Quedamos de estar a las doce, son las once-sonreí triunfante mientras alcanzo una de sus piernas para hacerla rodear mi cadera, una vez que enredó ambas, la cargue hacia el sillón, donde ella sorprendentemente me empujó para que esté yo debajo y ella se apresuró a alzar mi playera y su blusa, todo, hasta finalmente estar unidos una vez más en el sillón, haciendo el amor por segunda vez en la mañana, por cuarta vez desde ayer, es como si no pudiéramos estar el uno sin el otro, y es que después de cuatro años así, sin ella, nunca será suficiente para recuperar el tiempo que perdimos, de verdad no sé qué hubiera hecho si si se hubiera casado con Dago, de verdad, me aterra si quiera imaginarlo, a esta hora quizá estaría perdido en el alcohol, pero que hermoso es estar perdido en sus besos.

-¿En qué tanto piensas?-preguntó _____ después de minutos en silencio, ya en el auto con camino a recoger a Audrey

-En lo feliz que me siento, lo vivo que estoy, pienso en cómo es que tienes ese control y poder sobre mi, que depende tanto mi estado de ánimo, de ti-sonreí tomando su mano para besarla suavemente

-Aunque no lo creas es igual para mi, mira lo que ocasionó aquel beso y aquella llamada en la madrugada-sonrió provocando que vuelva a mirarla por unos segundos antes de girar mi rostro de nuevo a la carretera

-Bésame.-pedí.-Nunca dejes de besarme.-murmuré, ella se estiró lo suficiente en su asiento y me besó.

Mark My Words|2da Temporada Change Me|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora