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Pov Lex

Mi cabeza da vueltas. Escuché gritos desde la sala. Miré la mesita de noche, aunque la veía borrosa. Había una pastilla, seguramente dejada por mi hermano menor para aliviar mi resaca. Me la metí en la boca sin pensarlo. Enseguida me levanté de la cama (con ayuda de mi alma, porque fuerzas no tenía) y me dirigí a abrir la puerta del refrigerador para tomar agua y bajarla.

Entonces sentí una presencia en mi pantalón. No cualquier presencia. LA presencia. Esa que viene cada mañana. Puse mis manos justo en esa zona de mi pantalón, para ver si bajaba un poco.

Fue en ese momento que me voltee y Vi a Luks ahorcando a Lenix en el piso, lo normal. ¡¿Espera khe?!

-¿¡Qué carajo les pasa a vosotros?!- me acerqué corriendo a separarles, dejando a un lado la jarra con agua

-¡No lo toques Lex!- gritó Lenix en cuando sintió que el agarre de Luks disminuía

-¡Suéltalo ya Luks! ¡Esto se puede hablar de otro modo! ¡Lo vas a matar!- agarré a Luks por detrás, logrando apartarlo de mi hermano menor

-¡Que no me toques!- ahora fue a mi a quien Luks inmovilizo contra el suelo

Sentí mi cabeza chocando, solté un jadeo al sentir la rodilla de mi hermano contra mi estómago.

-¡Él no está involucrado!- gritó Lenix ¿De qué habla?

-Cállate traidor- entonces fijó sus ojos en mi- Tú...no me lo esperé de ti

Él...¿Sabe mi secreto?

-No es lo que piensas Luks, puedo explicarlo, yo...- me interrumpió

-Nunca esperé que hicieran algo como eso- nos miró a ambos- Ni tú, ni él. Confíe en ustedes. No esperaba que tuvieran un secreto peor que el del club- suspiró

Entonces mi respiración se detuvo por completo al ver como sacaba una pistola de su bolsillo...y me apuntaba con ella.

-Lex...quise ser un buen hermano para ti. Lenix...intenté darte el mejor ejemplo. Chicos, intenté que fuéramos una familia, pero parece que soy una mierda intentando- sonrió y cargó la pistola- Das un paso y le vuelo la cabeza al chico piercing- dijo a Lenix

-Estás loco Luks- intentó acercarse- Cálmate, podemos solucionarlo

-Lo siento mucho, te juro que yo no quería, era por el dinero, nuestro pa-

-¡A callar!- gritó Luks pegando la pistola a mi cabeza- Te moviste Lenix- río

¡Boom!

Y disparó...

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Después

La de ojos color avellana estaba caminando por la calle, usando unos audifonos de cascos negros. Algunos elogiaban sus rizos, pero ella no los escuchaba.

No lo escuchó, pero sintió el golpe de un cuerpo contra el suyo. Inmediatamente se quitó los audífonos gritandole groserias a la persona delante de ella.

Era un policia

Mierda

El oficial la miró por un segundo, pero dejó de hacerlo enseguida. Ella procedió a mirar a su alrededor. Eran varios policias, tenian a un chico de cabello castaño entre sus brazos. El chico se sacudía, gritando que era inocente.

El mundo está lleno de criminales

-Será mejor que no te resistas- le gritaron

-¡No hice nada!- dijo el chico tratando de soltarse

-Tienes que explicarnos 4 asesinatos y 1 homicidio- le dijeron sin soltarlo

-¡No sé nada!- gritó y logró soltarse, salió corriendo inmediatamente

Los policías comenzaron a perseguirle. Hasta que...se cayó al suelo. Las personas ya estaban llamando a una ambulancia, hasta que él mismo se levantó algo desorientado.

-¡Que os jodan hijos de puta!- gritó de repente el chico, su expresión había cambiado, justamente intentaba atezar golpes contra los policías

-¡Pero que cambio!- dijeron las personas a mi alrededor, yo no me atreví a decir nada, estaba demasiado impactada por la escena

Entonces presencié como le apuntaban con una máquina eléctrica. Él golpeó a un policía en la zona del pulmón, a otro en el ojo y a el último le rompió el labio. Justamente ese último logró impactarle el choque eléctrico, dejándolo aturdido.

Lo subieron a uno de los coches de policía mientras él no podía moverse. Era injusto, pero al mismo tiempo justo. No sé, es un criminal, eso se lo ganó por rebelde también.

Fue en ese momento que noté al chico junto a mi. Era L, ese chico de pelo negro que conocí en el pasillo de comida saludable. Miraba al chico que metían a la camioneta con cierta amargura y nostalgia. Estaba fumando.

-Una pena ¿Verdad?- dijo él sin mirarme, algo había cambiado en él desde la última vez

-No fumes al lado mío, eso daña los pulmones- noté como dió un paso hacia atrás cuando intenté arrebatarle el cigarrillo- ¿Estás enojado por lo del delincuente? ¿No escuchaste lo que hizo? Lo merece

-Tu no sabes nada rizitos- me miró por fin, pero era diferente, había rencor en su mirada- No sabes lo que pudo haber pasado, solo lo juzgas

-Pero no importa el contexto, acabó con varias vidas- le dije golpeado su pecho con la punta de mi dedo- Y eso...- apunté a su cigarrillo- Puede matarte

-Lo que digas rizitos- sacó un bolígrafo del bolsillo de su sudadera y escribió un número en mi mano con la tinta- Cuando estés lista para comprender todo, llámame, le darás una buena calada al veneno de la vida- vi como sus pasos para alejarse se hacían más rápidos

-¡L!- grité y comencé a correr detrás suyo. Qué ridículo es llamar a alguien por un sobrenombre así. Es ridículo pero real, y así es como corrí detrás del chico desconocido

Él no me conocía, pero me invitó a fumar. Algo trivial, pero fue sincero, no se sobrepasó o algo así. Me daba mucha curiosidad este chico. No se molestó en indagar sobre mi, solo necesitó hablar conmigo unos minutos. Es increíble.

Él hizo que me tragara mis palabras, quería escuchar lo que tenía que decir. Quería darle una calada al veneno de la vida.

-Ya estoy lista- le dije enseguida llegué a dónde él estaba

-Tú si que te preparas rápido- dijo en broma- Vamos querida desconocida, voy a venderte en el mercado negro- comenzó a caminar a paso lento, supuse que quería que lo siguiera

-Me encantaría ser vendida a Brasil- dije, siguiéndole el juego

Entonces, así empezó mi historia con los hermanos L.

°Fricción°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora