Iniciando un año nuevo, colegio nuevo, vida nueva.

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Faltaban tres días para empezar las clases en su nuevo colegio, y Alice detestaba la idea de ir allí (como era un colegio encontrado a la suerte, a Alice le molestaba la poca preocupación de sus padres por sus estudios, y por su futuro educacional). Como ya les mencioné, tampoco le agradaba la imagen en su cabeza, acerca de hacer nuevos "amigos", pensaba seriamente en hacerse lesbiana, puesto que lidiar con chicos era desastroso y terminaba en lágrimas, una mujer en cambio, podría entenderla y no hacerla sufrir.

Fueron con su mamá a comprar las cosas para el colegio, lo que la entretuvo, ya que fue más difícil de lo que pensaron conseguir el uniforme; lo vendían en otra comuna, y eso hizo que estuvieran toda la mañana y hasta pasado del medio día en esos trámites.

Alice ya estaba lista para comenzar sus clases, algo bueno de todo lo ocurrido, era que, por primera vez, tendría que tomar micro para ir al colegio. Siempre había tenido que estudiar cerca de casa, otra de las tantas cosas que a ella le molestaba, ya que, por esa misma razón, perdió la oportunidad de estar en un colegio emblemático solo de niñas, de la mejor educación que imparten en el país, pero que al estar muy lejos, no fue bien recibida por sus padres la petición.

Se subió a la micro, pagó su pasaje llena de orgullo, y camino por el pasillo del bus para llegar a un asiento vacío, mientras se sentaba y miraba todo el camino que le ofrecía el viaje, pensó en que quizá cuantas nuevas cosas llegarían a su vida con este nuevo rumbo. Se puso sus audífonos, y disfruto del trayecto.

Al llegar al colegio, varios ojos la observaban. Era un colegio pequeño, y solo para alumnos de secundaria, por lo que ya todos debían reconocerse al menos de vista. Ella era el "bicho nuevo", rápidamente se corrió la voz, Alice no entendía el porqué de tanto alboroto; ella solo era una alumna nueva, en un colegio nuevo, fin. El inspector le indicó donde se encontraba formado su curso, así que se encaminó hacia ese espacio para formar parte de él. A medida que avanzaba y apreciaba los rostros de sus nuevos compañeros, cada vez se sentía peor, porque sentía que eran todos chicos en la "edad del pavo", más interesados en otras "cosas" que, en estudiar, tener buenas notas, y llegar a la universidad, que era lo que ella pretendía (Alice tenía entre 17 y 85 años, no tengo pruebas, pero tampoco dudas).

Sus compañeros fueron muy amables con ella, todos la miraban con una sonrisa pintada en el rostro, pero ella, simplemente los ignoraba y avanzaba (si, inició con el pie izquierdo). Tras terminar el acto y los cursos ingresaron en sus aulas, a ella le tocó el cuarto piso; tampoco le agradó la idea, ya que, pese a tener buen desempeño en educación física, prefería evitar el trabajo físico extra.

Lo que ocurrió a continuación fue lo que marcó el inicio del año escolar para Alice. El profesor jefe hizo que todo el mundo se presentara, con nombre, edad, y que aspiraciones y hobbies tenían. Todos comentaron sus gustos por muchas cosas, abiertamente se referían a los "carretes", y que pasar tiempo con los amigos era sin duda, el mayor hobby que tenía el general de sus compañeros.

Cuando llega el turno de Alice, ella se levanta, dice su nombre, su edad y la frase "tengo gustos y aspiraciones que ninguno de ustedes tiene, así que no lo entenderían" y se sentó. Se podía cortar el ambiente con una tijera de lo tenso que se sintió.

Fue automático, se ganó el repudio de sus compañeros, y eso empeoraría con el tiempo, ya que sus vanidosas palabras se acompañaron de sus actos educativos; fue el promedio más alto en el colegio, el mejor de su curso, se rehusaba a ayudar a sus compañeros porque decía que era una pérdida de tiempo. Los profesores la alababan por ser una alumna tan diciplinada, pero los jóvenes, la miraban de mala forma por actuar de manera tan grosera, y por creer que era superior a ellos.

Comenzó a tener problemas con estudiantes de otros cursos, ya que se conoció sin ella quererlo, porque siempre la premiaban por buen desempeño académico y sus participaciones en talleres y otros. Como era obvio que no quería tener relación alguna con hombres (así lo hizo notar desde el principio), se comentaba en boca de todos, que ella era lesbiana, y que odiaba a los hombres. Esto hizo que parte de la comunidad gay del colegio la enfrentara en más de una ocasión, haciéndole saber que no les parecía su forma de actuar; cosa que ella ignoraba como si nada y continuaba con su camino. En su curso un grupo de chicas comenzó a pegarle chicle en el pelo, tirarles bolas de papel, empujarla cuando pasaban por su lado. El resto del curso simplemente la ignoraban, o se sumaban a los insultos que le decían en los consejos de curso. Alice estaba a punto de explotar. No se sentía bien con todo eso. No le agradaba la sensación de que todos la odiaran por no querer pertenecer a él.

En el último consejo de curso del semestre, antes de iniciar las vacaciones de invierno, Alice explotó. Sus compañeros comenzaron a quejarse de ella con el profesor jefe, porque decían que ella era la que más sabía, pero no ayudaba a nadie, que era muy creída, que se sentía mejor que los demás, y que eso los hacía sentir incómodos porque nadie le había hecho nada, y respondía de forma grosera, cortante y petulante.

Ella rompió en llanto.

Todo el curso quedó en silencio.

Alice se puso de pie y mirando a sus compañeros mientras se secaba las lágrimas les dijo: -no saben quién soy, no saben mi historia, no conocen todo lo que he pasado y no tendría que contarles para que me dejen tranquila. Desde el primer día les dije que no quería hacer nuevos amigos, que no me interesaba formar ninguna clase de vínculo con ninguno de ustedes, así que lo que les molesta es que venga una tipa y sea así de sincera y directa.

Tras terminar de decir esto, volvió a romper en llanto, y continuo –Pero de todas formas quiero disculparme con cada uno de ustedes, lamento que mis fantasmas me hayan llevado a tener una actitud tan engreída e insolente, jamás he sido así, pero me siento profundamente herida por cosas de las cuales ninguno acá tiene la culpa, y se los cobré de igual forma, lo lamento.

Todo volvió a quedar en silencio, nadie soltó una sola palabra.

El asombro era evidente, jamás pensaron que Alice se disculparía, menos de esa forma y que la chica de carácter indomable y antipática, en realidad sufría. Desde ese día el curso la acogió, y ella acogió a su curso, sus compañeros se disculparon por haberla tratado de esa manera, y la relación cambio.

Al comenzar el segundo semestre, de vuelta de las vacaciones, comenzó a ayudar a sus compañeros con las tareas más costadas, dirigió el curso para actividades del colegio, donde salían primero, comenzó a salir con varios compañeros a sus carretes, comenzó a vivir, y lo curioso era que ese grupo que al principio pensó no le serviría, acabarían convirtiéndose en los mejores recuerdos de su adolescencia, ya que cada día las risas eran más acogedoras. Le encantaba ir al colegio, sabía que, al llegar, sus compañeros la harían sentir en su "lugar seguro", un lugar a donde poder arrancar de su casa, en donde sentía que se hacía pequeñita e insignificante. 

AliceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora