Rosas muertas | (Caesar x Zhenya) [PAUSADA]

09

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Moscú - 9:37 a.m.

El helicóptero continuo moviéndose rápido, ambos rusos estaban en silencio mientras veían como se aproximaban a Moscú.

Zhenya miró a Caesar y después puso el piloto automático, se quitó los audífonos y se levantó de su asiente, llamando la atención del ruso mayor, quién fue detrás.

-¿Qué sucede?

-No es nada grave.

El albino buscó en un gabinete del helicóptero un botiquín, lo encontró y saco algo de algodón con agua oxigenada, se remangó la camisa dejando ver su herida en la costilla.

Caesar lo vió y se acordó de la herida de Zhenya, después de la pelea con los guardias en la zona de embarque, también fijó su malestar en su brazo que no era tan grave.

-¿Te duele mucho?

Zhenya miró al ruso mayor, sorprendida por su preocupación, o simplemente se ilusionó.

-No es mucho para mí, va a cicatrizar de manera rápida como tu brazo.

-Si lo dices.

Caesar regresó al sitio delantero del helicóptero sentándose en el copiloto y vigilar la dirección del helicóptero. El albino frotó el algodón mojado con agua oxigenada, frunciendo el ceño levemente.

Después suspira y guarda todo, colocándolo en su sitio para después regresar, sentándose en el asiento piloto.

Caesar sacó un caramelo de su bolsillo y se lo dio a Zhenya, este año se quedó mirando curioso por el caramelo.

-Es un caramelo energizante.

-...Gracias.

Le regaló una sonrisa suave y se comió el caramelo mientras continuaba piloteando, abrió un poco la ventana y el aire cayó un poco fuerte por ambos pero estaba bien.

Los dos estuvieron en silencio durante un largo rato, pero Zhenya quería romper el silencio.

-¿Nos volveremos a ver, no?

-¿A que te refieres?

Zhenya puso el piloto automático y suspiró, mirando a Caesar.

-Digo que si llegamos a Moscú, eso significa que tú irás por tu lado y yo por el mío.

-Definitivamente si. No veo el problema.

-Veo que no lo entiendes.

-Si fueras más claro lo entendería.

El rubio frunció el ceño, el menor volteó a mirar el resto del cielo al frente y bajó la mirada.

-Fue divertido estar contigo, tal vez... Es demasiado pronto para soltarte.

La pequeña confesión dejó en silencio a Caesar.

Zhenya miró adelante con seriedad sin querer decir nada más, tal vez con eso dio a entender algo de lo que debería pensarlo.

Caesar lo miró con tranquilidad y miró adelante.

-Cuando lleguemos, nuestros caminos se van a dividir pero no dejaremos de hablarnos.

-Voy más allá de eso.

-¿Quieres seguir estando conmigo?

Caesar alzó una ceja y Zhenya se rió levemente.