Home

60 6 0
                                    

Maldije el momento en el que Ashton apareció en mi vida, y en realidad, aun lo siego haciendo.

–Sé que al menos él me quiso más de lo que tu pudiste quererme– le dije sonriendo con superioridad.

El rio asintiendo.

–Si, eso es cierto– reí.

Nos quedamos aproximadamente un par de segundos en silencio antes de que recordara algo que quería preguntarle hace mucho tiempo.

–Supe que, después de que terminarnos, estuviste con Alice Benson–el asintió.

–Y que ella termino embarazada– le dije mirándolo con cautela.

–Así es, fue una preciosa niña– me dijo mientras sonreía recordando al parecer a su hija.

–Y, ¿Aun sigues con Alice?– le pregunte mirando de nuevo hacia el ventanal.

–No, cuando ella se dio cuenta de que yo la embarace, se fue y me dejo a Charlotte– me miro.

–Solo a ti te pasan esas cosas Ashy– le dije riendo.

Abrió la boca para hablar, pero su teléfono lo interrumpió

–Es Michael– me informo, entonces nuestras miradas se cruzaron.

–Contesta– lo alenté.

–Le diré que te encontré...– lo interrumpí.

–Ponlo en altavoz– ordene levantándome de la maleta.

Ashton asintió y contesto la llamada colocándola en altavoz.

–Ashton– sollozo. –¿Sabes algo de California? –

–Mike, no llores y tranquilízate un poco quieres– le dijo Ashton.

–No se o que voy a hacer, ya fui a los lugares en que estuvimos y...– lo interrumpí.

–No me encontraste– le dije.

–¿California?–

Suspire.

–Sé que estás ahí cariño...– dijo mientras sorbía sus mocos. Eso me hizo reír ya que el era como un gatito.

–Michael me voy– mire a Ashton.

–Yo, iré por café– dijo asintiendo para después irse.

–Lo he notado– me dijo susurrando.

Estuvimos unos minutos en silencio.

–Quédate conmigo por favor– susurro.

Me lo imagine cerrando sus ojos, tratando de no llorar.

–No puedo Mike, no puedo seguir estancada– le dije ahora susurrando.

–Pero podríamos...– lo interrumpi.

–Sabes que no lo haremos–

–Maldición– maldijo volviendo a sollozar.

–Te extrañare– confesé pasando mis manos por mi cara.

–También te extrañare–

–Michael, necesito que me digas algo, necesito que me digas en donde estabas todas esas noches–

–Cal, yo...– suspiro, y entonces me lo imagine pasando sus manos por su cabello.

–Trabaja, eso es lo que hacía cada noche, trabajaba en un bar. Incluso los chicos y yo nos llegamos ah...–

–¡Eres un maldito mentiroso!– grite, enojada y repugnancia en mi ser.

–¡Ni siquiera me has escuchado!–

–¡Eres un maldito bastardo, me engañaste más de una maldita vez!– grite caminando de un lado a otro hasta patear mi valija.

Estaba hirviendo de furia.

–¡No es cierto!– me contradijo ahora también gritando.

–¡Te vi besar a más de una maldita chica!, ¡Y lo sé por qué me mandaron fotos!–

–Cali...–

–¡Estoy malditamente harta de ti!–

Sweet Despair «m.c»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora